"La verdad y otras mentiras" | 13 FEB 08

Las caderas mienten

Acerca de la obesidad, la culpabilización y la cultura.
Fuente: IntraMed 

Hoy resulta casi imposible leer una publicación médica donde no se afirme que la obesidad adquiere dimensiones epidémicas o que constituye una verdadera transición antropológica de la especia hacia el “mono obeso” en que parece que nos vamos convirtiendo. Las múltiples patologías que de esto se derivan son las que los médicos asistimos a diario en nuestros consultorios en pacientes de todas las edades y comenzando cada vez más temprano. Diabetes, dislipemias, hipertensión, enfermedad coronaria prematura, resistencia a la insulina, diversas neoplasias y muchos otros son los diagnósticos cotidianos para millones de personas en todo el mundo.

También es cierto que las estrategias para controlar la situación muestran altísimas tasas de fracaso. Cuando se analizan las causas los investigadores difieren en el peso que a cada una le atribuyen. Alteraciones de la conducta alimentaria, urbanización, sedentarismo, modificaciones de la calidad de la dieta, disrruptores endocrinos, reducción de las horas de sueño, son sólo algunas de las más mencionadas. Finalmente todo parece señalar que el impacto de nuestros modos de vida contemporáneos conforman los cuerpos de las personas y la clínica registra las alteraciones que esto ocasiona. Así, los modos de vivir anticipan los modos de morir.

¿Qué tiene que ver la cultura?

Según la clásica definición de Taylor, cultura es: "aquel complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre en cuanto miembro de la sociedad".

Desde la perspectiva antropológica la cultura es la matriz de los hábitos y las costumbres en todas sus esferas de aplicación. En este marco teórico confluyen lo individual y lo colectivo explicándose mutuamente en una trama compleja y variable.

La cultura influencia la conducta vinculada a la salud de varias formas:

  •  Aporta definiciones acerca de lo normal y lo patológico. 
  •  Provee un repertorio de explicaciones causales para los síntomas.
  •  Determina roles vinculados a quién es el enfermo y cómo debe actuar.
  •  Legitima procedimientos de asistencia sanitaria.
  •  Conforma hábitos y prácticas que facilitan o previenen la enfermedad.

Datos provenientes de diversos estudios epidemiológicos dan cuenta de la relación entre los modos de vivir y el impacto que estos ejercen sobre la salud y la enfermedad. El Health Professionals Follow-up Study  muestra – en una gran población de médicos - la  manera en que la prevalencia de Diabetes tipo II crece a medida que decrece el ejercicio físico.

El  Australian Study: Diabetes and hours of TV, realizó un seguimiento, comparando el promedio de horas diarias que las personas pasaban viendo televisión con sus niveles de Glucemia en ayunas y la tolerancia a una sobrecarga de Glucosa. Se observó una relación lineal entre la cantidad de horas-TV y ambos parámetros del metabolismo de los hidratos de carbono.

La ya clásica situación de los indios Pima a uno y otro lado de la frontera con los Estados Unidos constituye un ejemplo incontrastable acerca de la influencia de los estilos de vida y sus consecuencias sobre la biología.

¿Problema colectivo o individual?

En este punto adoptamos la perspectiva de la antropóloga de la alimentación Dra. Patricia Aguirre que, en varios y excepcionales trabajos de investigación y libros, analiza el fenómeno con una claridad y fundamentación poco frecuentes.

Los hábitos alimentarios constituyen uno de los elementos centrales de la cultura de todo grupo social. Sus características no son únicamente los elementos nutricionales que la integran sino un variado conjunto de componentes sociales, rituales, étnicos y económicos que determinan el resultado final observable.

La cultura de una comunidad es la que escribe los “guiones culturales”  que fundan las elecciones alimentarias. En este sentido la comida debe considerarse como parte de un entramado de relaciones sociales.

En sociedades como las de los países menos desarrollados, las condiciones de accesibilidad y la seguridad alimentaria son también puntos cruciales en el tema.

La evolución humana recorre un trayecto que va desde el omnivorismo, que contribuyó a hacernos humanos, la agricultura que origina la acumulación de excedentes y, por ello la desigualdad de acceso al alimento, hasta los procesos agroindustriales que, en gran medida, producen a la vez la opulencia y la crisis alimentaria de nuestros días.

 

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