Medical slang | 05 FEB 09

Lenguaje médico informal y jerga médica

Todas las profesiones tienen un lenguaje secreto, casi privado, sardónico, que puede llegar a ser indescifrable para los que no pertenecen a ese círculo profesional.
Autor/a: Claudia Tarazona, traductora pública e intérprete 

Ya lo decía Sigmund Freud en 1905:

"Comenzamos ahora a comprender también en todo su alcance la "magia" de la palabra. En efecto, la palabra es el medio más poderoso que permite a un hombre influir sobre otro..."

Los traductores somos curiosos por naturaleza respecto de los diversos aspectos de la lengua. Uno de ellos es sin duda el lenguaje coloquial, informal, el que justamente es difícil de:

a) Adquirir: este lenguaje no está en los textos ni en las publicaciones científicas, (¡sí en los pasillos del hospital y en ER o Grey´s Anatomy!)

b) Comprender: pues lleva incorporado un sólido componente social y cultural que es diferente del nuestro

c) Emplear y emplear bien: en el ambiente y el marco adecuados.

¿Por qué elegí este tema? Porque se relaciona con la comunicación, tema que me apasiona, en particular con la comunicación y la relación médico-paciente. Es un tema que me preocupa y que preocupa también hoy a la comunidad médica.

¿Qué es el lenguaje médico informal?

Todas las profesiones tienen un lenguaje secreto, casi privado, sardónico (origen de la palabra sardónico, planta que al ingerirla causa risa convulsiva y muerte), que puede llegar a ser indescifrable para los que no pertenecen a ese círculo profesional. Según el Dr. Ballesteros Fernandez, académico numerario de la Real Academia de Medicina de las Islas Baleares, “cuando el estilo  o modo de hablar se diferencia del lenguaje general se puede usar con propiedad el vocablo jerga”.  Como nos dicen la Dra. Alicia Zorrilla y la Dra. Luisa de Serrano Redonnet en su “Diccionario de usos correctos del español” “jerga  es el lenguaje especial y familiar que utilizan entre sí individuos de ciertas profesiones u oficios. Es un lenguaje difícil de entender o jeringoza (lenguaje de mal gusto y complicado). Así es la jerga médica: complicada y a veces de mal gusto o humorística.

Dado el crecimiento sin precedentes de los sistemas de comunicación y la rápida aparición de tecnología en el mundo de la medicina, las formas de expresión incorporan términos generalmente del inglés (por ejemplo: stent, shock, needling,) antes de buscar un término para dicho concepto en la propia lengua, en este caso, el español. Esto ocurre también por practicidad y comodidad.

La jerga propia de la profesión, el uso de siglas y abreviaturas son parte el código de comunicación diaria entre médicos. Estas expresiones y palabras no aparecen en los textos ni en los journals: es el lenguaje que se usa en las conversaciones en los pasillos, en los ateneos, en los informes entre colegas, durante un procedimiento, en las bromas y situaciones de emergencia. En algunos casos con el objeto de ser breves, precisos y evitar malos entendidos. En cuanto al lenguaje escrito, la claridad también es el  componente esencial de todo artículo científico, y cada vez se hace más hincapié en la redacción de textos claros y concisos (instrucciones de los editores). Ya quedaron atrás en el tiempo las pomposas y poéticas descripciones de los clínicos franceses del siglo XIX que  escribían por ejemplo: “el cáncer de recto navega con la bandera de las hemorroides”.

Por otra parte, la denominada acronimofilia es un flagelo de la medicina moderna; esta  enfermedad ingresó  al léxico médico en el año 1994 incorporada por T. O. Cheng en un artículo del British Medical Journal.  Se la conoce como una enfermedad infecciosa burocrática o buropatía.  Los acrónimos facilitan, aceleran y simplifican la comunicación. Se emplean para denominar ensayos clínicos: VALUE, STITCH.

Pueden ser nombres de comidas: Big Mac (Beaumont Interventional Group – Mevacor), CHEESE (Comparative trial of HIV-infected patients evaluating the efficacy and safety of saquinavir enhanced oral formulation); partes anatómicas (ATLAS, INTIMA, CAVA), tener un toque romántico (CASANOVA, KISS); o ser nombres (EVA, RITA, ELSA, ERICA). Algunos no suenan muy bien: DEAD (Digitalis Excretion After Dialysis); HATE (Heparin and TNKase Evaluation); FEAR (Functional Evaluation of Angiographic Revascularization); CORPS (Coronary Revascularization Post Streptokinase); CRAP (Cholesterol Risks after pancreatectomy).
 
 Podemos agregar que según la definición del Webster´s Third New Internacional Dictionary el término SLANG implica un lenguaje propio de un grupo determinado, vocabulario secreto y hasta vulgar utilizado por una clase social determinada (delincuentes, músicos, mendigos, adictos), la jerga asociada con una profesión determinada; en todos los casos se caracteriza por una extrema informalidad  y una marcada tendencia a caer en desuso o ser modificada.

En cuanto a la compilación y publicación de material sobre el tema en inglés, son varias las revistas científicas que le han dado un lugar al tema (The Lancet, British Medical Journal). No es así en español. Siendo los hispanoparlantes, por ejemplo los argentinos,  tan creativos e ingeniosos, debería haber mucho material sobre el tema. La conclusión es que esto existe, el material abunda y se usa pero no ha sido recopilado ni publicado. (Referencia: Academia Nacional de Medicina).

¿Quién usa este lenguaje y por qué? ¿Cuál es la sicología que se esconde detrás de esta forma de comunicación?

Es un fenómeno internacional al que debemos agregar el color local. Pero esta forma de comunicación cruza las fronteras del lenguaje  porque la sicología del lenguaje médico informal refleja la misma problemática y similar actitud en los E.E.U.U., Argentina o España. Sabemos que en el ejercicio de la medicina no todo es color de rosa. (Aunque “por el hospital también pasa la vida” como me dijeron una vez los Payamédicos, Hospital de Clínicas, Buenos Aires). Por esta razón, el toque humorístico de este lenguaje es una forma de enfrentar o convivir con el sufrimiento, las funciones orgánicas, los olores desagradables y hasta la muerte.

Este lenguaje es la expresión verbal de un mecanismo de defensa que sirve para despersonalizar el estrés, para distanciarse, separarse del dolor y de la angustia y no padecer el síndrome de burnout.

En un artículo publicado en el British Medical Journal los médicos entrevistados dicen “cuando todo esto nos supera, cuando el médico no acepta su vulnerabilidad si no logra detener el avance de una enfermedad  y el paciente muere, en esta situación, nos desconectamos”. El médico debería aceptar, aprendizaje mediante, que  como dice Patch Adams ”la muerte no es una falla de la medicina; es el último acto de la vida”- Death is not a failure of medical science but the last act of life”).

Por otra parte el médico se aleja, no se involucra puesto que muchos consideran poco profesional el mostrarse humano.

Problemas de comunicación y aspectos legales

Cómo nos sentimos cuando el médico usa jerga, abreviaturas….. ¿ofendidos? ¿desplazados? Pensamos “no quiere que entienda o que haga preguntas”, “¿tendré algo malo?” “¡qué incertidumbre!” (Frase del cirujano al anestesista: “andá durmiéndolo que ya vengo”). Una vez más estas situaciones se repiten en diversos lugares del mundo. En Londres una encuesta entre enfermeros reveló problemas de comunicación, por ejemplo  en las recetas o indicaciones del médico “sólo se entienden las primeras letras. El resto es garabato y sólo lo entiende el farmacéutico”. Como vemos no sólo se trata de jerga sino de caligrafía también.

La obligación del médico, la denominada “duty of care” implica informes claros, precisos. La ambigüedad en un texto quebranta el “standard of care”. Una sigla puede tener más de un significado. Además, puede ocurrir que un colega de otra especialidad no la conozca o comprenda.

 

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