Estudio de cohorte observacional multicéntrico | 12 ENE 20

Pancreatectomía distal laparoscópica

El presente estudio apuntó a analizar el impacto de la implementación de la pancreatectomía distal laparoscópica a nivel nacional, mediante el reporte de los resultados clínicos a corto plazo sobre un intervalo de 11 años.
Autor/a: Lof S, Moekotte AL, Al-Sarireh B, Ammori B, Aroori S y colaboradores BJS 2019; 106: 1657-1665
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Introducción

En 2007, el National Institute for Health and Care Excelence (NICE) [1], publicó recomendaciones para una cuidadosa implementación de la pancreatectomía distal laparoscópica (PDL) para el manejo de lesiones quísticas y tumores neuroendócrinos (TNE) en el Reino Unido. Desde entonces, un número de centros en el Reino Unido han comenzado a reportar su experiencia, resaltando las ventajas potenciales del abordaje laparoscópico en términos de pérdida de sangre y duración de la estadía hospitalaria [2-6].

Inicialmente, la mayoría de esos reportes concernían solamente a lesiones benignas y TNE; no obstante, con el aumento de la experiencia se han publicado más datos sobre la viabilidad y la eficiencia oncológica del abordaje laparoscópico cuando se trata de enfermedad maligna [7,8].

Esos resultados promisorios fueron recientemente confirmados por varios meta-análisis [9-11] y el primer ensayo clínico randomizado (ECR) [12], demostrando la factibilidad y seguridad de la PDL, comparada con la pancreatectomía distal abierta (PDA).

Sin embargo, la mayoría de la evidencia actual se origina en centros especializados con alto volumen de casos y pueden no representar la práctica común de la cirugía pancreática [13,14]. La falta de datos generalizables a nivel nacional podría contribuir a una lenta implementación de la PDL, como lo muestran las tasas nacionales bajas de utilización (15-28%) del abordaje laparoscópico [14.15].

Otros factores pueden incluir a la escasez de oportunidades de entrenamiento, y la necesidad de una clara comprensión de la longitud y de la pendiente de la curva de aprendizaje fuera de los centros especializados con alto volumen de casos [16].

La evaluación de la curva de aprendizaje es un aspecto importante para la implementación de cualquier técnica emergente nueva, según lo declarado por el modelo IDEAL para la innovación quirúrgica [17]. Para la PDL, un punto de corte de 10-17 procedimientos ha sido sugerido, después del cual la curva de aprendizaje tiende a estabilizarse, con descenso de la tasa de conversión y del tiempo operatorio [18-20].

No obstante, estudios recientes [21,22] han sugerido que la duración de la operación y los parámetros intraoperatorios por si solos no reflejan completamente la curva de aprendizaje, especialmente en el contexto de una cirugía compleja como la PDL. La evaluación de la curva de aprendizaje debe incorporar los resultados postoperatorios para representar mejor el éxito del procedimiento.

El presente estudio apuntó a analizar el impacto de la implementación de la PDL a nivel nacional, mediante el reporte de los resultados clínicos a corto plazo sobre un intervalo de 11 años. También se evaluó la curva de aprendizaje para la PDL.

Métodos

Este estudio fue realizado de acuerdo con las guías STROBE [23]. Según las regulaciones de la British Health Research Authority (HRA), la investigación basada sobre bases de datos anonimizadas no requiere la aprobación de la HRA o una revisión ética. Debido al diseño retrospectivo del estudio, el consentimiento informado no fue solicitado.

Este estudio de cohorte retrospectivo en todo el Reino Unido fue efectuado entre 11 centros terciarios de referencia con extensa experiencia en cirugía pancreática. Cada centro participante recibió una base de datos en blanco en la que fueron capturados los parámetros de interés para pacientes consecutivos sometidos a PDL entre el 1 de enero de 2006 y el 31 de diciembre de 2016.

La selección de los pacientes para la PDL se hizo de acuerdo con las guías nacionales NICE y la discreción de los cirujanos. Las guías NICE [1] publicadas en 2007 recomendaron el abordaje laparoscópico para las lesiones quísticas benignas. No obstante, con la mayor experiencia, más pacientes con enfermedad maligna fueron considerados adecuados.

Una contraindicación absoluta para el abordaje laparoscópico fue la necesidad de resección vascular y reconstrucción.

Los pacientes menores de 18 años fueron excluidos del presente estudio. Cada centro participante recibió una encuesta relacionada con el número de cirujanos involucrados con la PDL en ese centro, antecedentes quirúrgicos y de entrenamiento de los cirujanos participantes, si los métodos quirúrgicos habían cambiado con el tiempo, y el volumen anual de PDA y PDL durante el intervalo del estudio.

> Definiciones

La pancreatectomía distal fue definida como la resección de la parte del páncreas localizada del lado izquierdo de la vena mesentérica superior [25].

Se definió la conversión cuando una resección fue intentada por vía laparoscópica, pero requirió una laparotomía o asistencia manual por alguna razón distinta a la colocación del trócar o la extracción del espécimen. La resección extendida fue definida como la resección adicional de cualquier estructura, tal como el estómago, intestino delgado, glándula suprarrenal, riñón, hígado, o cualquier estructura vascular además de los vasos esplénicos [26].

Los diagnósticos histopatológicos incluyeron: neoplasia mucinosa intraductal papilar (NMIP), neoplasia quística mucinosa, neoplasia quística serosa, adenocarcinoma pancreático ductal (ACPD), TNE, pancreatitis crónica/pseudoquiste, y enfermedad no tumoral (pancreatitis o abscesos). Los tumores malignos fueron estadificados de acuerdo con la 7º edición de la clasificación TNM de la AJCC [27].

Los márgenes de resección fueron categorizados como: R0 (distancia entre el margen y el tumor de 1 mm o más), R1 (distancia entre el margen y el tumor menor a 1 mm), o R2 (margen macroscópicamente positivo), de acuerdo con la definición del Royal College of Pathologists [28]. La morbilidad postoperatoria se basó en la complicación más grave y se calificó utilizando la clasificación de Clavien-Dindo para las complicaciones quirúrgicas [29].

La morbilidad mayor fue definida como un grado de Clavien-Dindo de, al menos, IIIa. Se usó la definición del International Study Group for Pancreatic Surgery para calificar postoperatoriamente a la fístula pancreática (FPPO) [30]. Una FPPO grado A fue considerada como filtración bioquímica de amilasa por el drenaje, sin impacto clínico; sólo se reportaron los grados B y C. Los detalles sobre el procedimiento quirúrgico efectuado en los centros participantes han sido descritos en detalle previamente [2-4,7].

> Análisis estadístico

Los datos continuos normalmente distribuidos, expresados como media (desvío estándar [DE]) fueron comparados utilizando la prueba t de Student. Los datos continuos sesgados, presentados como mediana (rango intercuartil [RIC] o rango), fueron analizados usando la prueba U de Mann-Whitney. Los datos categóricos, presentados como cuenta con proporciones, fueron comparados mediante la prueba de c2 o exacta de Fisher, según lo apropiado.

La implementación de la PDL en el Reino Unido fue evaluada dividiendo el estudio en tres intervalos de tiempo: P1 (2006-2009), P2 (2010-2013), y P3 (2014-2016). Los tres períodos fueron comparados mediante ANOVA para los datos continuos normalmente distribuidos, y con la prueba de Kruskal-Wallis para los datos no normalmente distribuidos. Las tendencias fueron evaluadas usando la prueba de Jonckheere-Trepstra para los datos continuos, y la prueba lineal-por-lineal para los datos categóricos.

Para investigar el impacto potencial de la implementación de la PDL sobre los resultados, la curva de aprendizaje se analizó agrupando datos de los primeros 15 procedimientos consecutivos para cada centro asistencial.

Los datos de los segundos y terceros 15 procedimiento consecutivos, y de los 30 últimos procedimientos también fueron agrupados. La división en grupos de 15 se basó en los estudios sobre la curva de aprendizaje de Rooij y col. [21] y de Ricci y col. [19]. Se efectuó un análisis de sensibilidad para las PDL indicadas para tumores no-ACPD.

Se estableció el nivel de significación estadística para una P de dos lados menor a 0,050. Todos los análisis fueron realizados con el programa SPSS, versión 24.0 (IBM, Armonk, New York, USA).

Resultados

Un total de 573 pacientes fue sometido a PDL por lesiones pancreáticas del cuerpo o cola durante el intervalo del estudio. Tres pacientes fueron excluidos del análisis (2 por fecha desconocida de operación y 1 por ser operado en 2002). Los resultados de la encuesta mostraron que la PDL fue implementada por un único cirujano en 10 de los 11 centros.

En el centro asistencial restante, dos cirujanos implementaron y realizaron en conjunto las PDL. Durante el intervalo del estudio, más del 90% de las PDL fueron efectuadas por un único cirujano en 7 de los 11 centros.

Todos los cirujanos tenían extensa experiencia en cirugía hepatobiliopancreática y, como mínimo, habían asistido a varios cursos específicos de PDL antes de implementarla en su centro asistencial; sólo un cirujano había seguido un curso de entrenamiento específico para PDL. Uno de los centros invitó a un supervisor en el lugar.

Dos centros realizaron 6 PDL en 2006, mientras 11 centros efectuaron 85 PDL en 2016. Los 11 centros llevaron a cabo un total de 888 PDA en el mismo intervalo. Los centros realizaron una mediana de 16 (rango: 7-41) pancreatectomías distales (tanto abiertas como laparoscópicas) en los años 2014-2016.

La media (DE) de la edad de la cohorte fue de 58 (16) años y el 62,1% fueron mujeres. La mediana del tamaño del tumor fue de 30 mm (RIC: 18-45). Los TNE (26,7%), neoplasias quísticas mucinosas (19,7%) y ACPD (15,1%), estuvieron entre las lesiones más frecuentemente resecadas.

La mediana de la duración de la operación fue de 240 min (RIC: 182-300). Se requirió conversión a cirugía abierta durante 69 procedimientos (12,1%). La principal razón para la conversión fue el sangrado (41%). Las tasas de esplenectomía y resección extendida fueron del 68,0% y 6,1%, respectivamente. A todos los pacientes se les colocó un drenaje intraabdominal.

Un total de 276 pacientes (48,8%) experimentó alguna complicación; en 78 pacientes (14,0%) éstas fueron calificadas como grado IIIa o mayor de la clasificación de Clavien-Dindo. La FPPO de grado B o C ocurrió en 87 pacientes (15,3%). La mediana de la duración de la estadía hospitalaria fue de 6 días (RIC: 5-8). La tasa de mortalidad a 30 días fue del 0,4% (2 pacientes).

La conversión a cirugía abierta resultó en un aumento significativo de la pérdida de sangre (550 ml (RIC: 300-811) versus 150 ml (RIC: 100-300; P < 0,001) y de la duración de la estadía hospitalaria (8 [6-11) versus 6 [5-8] días; P < 0,001), mientras que las tasas de morbilidad global y de mortalidad a 90 días fueron comparables (P = 0,109 y P = 0,597, respectivamente).

 

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