Si pagas más, disfrutas más... | 06 MAY 14

¿La comida más cara sabe mejor?

Un estudio halló que los comensales que pagaron el doble disfrutaron más de la comida.

Robert Preidt

Aunque pagar más por una comida sea peor para el bolsillo, en realidad podría hacer que tuviera un mejor sabor, según un estudio reciente.

Incluyó a 139 personas de la parte alta de Nueva York a quienes se ofreció un bufet libre italiano que costaba 4 u 8 dólares. Tras comer, se les pidió que calificaran la comida y la experiencia.

Los comensales que pagaron 8 dólares disfrutaron más la comida (un promedio del 11 por ciento más) que los que pagaron 4 dólares. Aunque ambos grupos comieron en general la misma cantidad de comida, los que pagaron 4 dólares eran más propensos a decir que habían comido en exceso, sentían más culpa por la comida, y la comida les gustó cada vez menos a medida que la cena avanzaba.

El estudio fue presentado el martes en la reunión anual de la Sociedad Americana de Nutrición (American Society for Nutrition) en Biología Experimental (Experimental Biology), en Chicago. Los datos y las conclusiones deben ser considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.

"Nos fascinó hallar que el precio tiene poco impacto sobre la cantidad que se come, pero un impacto inmenso sobre cómo se interpreta la experiencia", comentó en un comunicado de prensa de la reunión Brian Wansink, profesor de la Facultad de Economía Aplicada y Administración de la Universidad de Cornell, quien supervisó la investigación. "Simplemente reducir el precio de la comida en un restaurante afecta de forma dramática la forma en que los clientes evalúan y disfrutan de la comida".

"Nos sorprendió el llamativo patrón que observamos", dijo en el comunicado de prensa el autor del estudio, Ozge Sigirci, investigador del Laboratorio de Comidas y Marcas de la Universidad de Cornell. "Si hay comida, uno se la come, pero el precio afecta mucho cómo uno se siente sobre la comida y cómo evaluará el restaurante".

Los autores dijeron que el estudio muestra cómo unos factores aparentemente poco importantes pueden influir sobre los hábitos alimentarios de las personas.

"Este es un ejemplo de cómo un cambio realmente pequeño puede transformar la forma en que una persona interactúa con la comida de una manera que no conlleva hacer dieta", apuntó Wansink.

FUENTE: American Society for Nutrition

 

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