La vida después del infarto

"Cómo no me iba a infartar, si todos los dolores y todos los amores pasan por el corazón". La frase pertenece a Luis, uno de los integrantes del grupo de ayuda para pacientes con antecedentes cardíacos que funciona en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca).

Por Florencia O'Keeffe / La Capital

"Cómo no me iba a infartar, si todos los dolores y todos los amores pasan por el corazón". La frase pertenece a Luis, uno de los integrantes del grupo de ayuda para pacientes con antecedentes cardíacos que funciona en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca). La experiencia, única en su tipo en la provincia, permite a hombres y mujeres que sufrieron un evento cardiovascular poner en palabras los temores, las dudas y los sentimientos y encontrar contención de pares y profesionales para transitar el proceso de recuperación de una mejor manera.

El grupo "Abrí tu corazón" es coordinado por los servicios de salud mental y cardiología del Heca. Funciona desde hace dos años y ya han participado más de 70 personas. Ahora buscan darle otro impulso y para eso abrieron una página en Facebook y repartieron folletos. "Queremos que se acerquen más personas y que los concurrentes puedan estar en contacto entre sí en forma diaria si lo necesitan", explican Viviana Firpo y Alicia Aronson, las psicólogas.

Palabras que valen. La cita se repite semana tras semana, los días jueves, de 10 a 11, en una de las salas del Heca. La Capital fue testigo de una de las reuniones en la que los participantes desnudaron sus emociones y se animaron a exponer sus preocupaciones, pero también posibles soluciones para enfrentar el post infarto, una etapa compleja que forma parte de la enfermedad y que debería ser tenida en cuenta siempre por los sistemas de salud. Cristina Girino, cardióloga y una de las promotoras del grupo de ayuda, dijo que "normalmente al paciente que sufrió un problema cardiovascular , los médicos le damos una serie de medicamentos y recomendaciones y lo dejamos ir. Le decimos: tome esta pastilla para el colesterol, esta otra para la hipertensión, haga dieta y sobre todo no se amargue más. Y le abrimos la puerta...".

Así de simple. Después de un episodio que puso en riesgo la vida, de un golpe emocional profundo (más allá de que la persona pueda verbalizarlo o no) la medicina ofrece pocas opciones de contención y acompañamiento. "Por eso abrimos este espacio de transición donde construimos junto con el enfermo algunas respuestas luego de un episodio de gravedad. Reconocemos que la enfermedad cardiovascular está relacionada con lo psicosocial, así como con la obesidad, la diabetes o la presión arterial, y por eso intentamos darle la importancia que se merece el aspecto emocional", destacó Girino.

El grupo está formado por personas que no superan los 60 años y la mayoría son varones. Todos reconocen que el infarto o el ACV les cambió la vida. Esta nueva "chance", como algunos la definen, viene con grandes cambios: basta de grasa, nada de sal, muy poquito alcohol y sobre todo, el desafío de no hacerse "mala sangre". Hablar, ser escuchado, compartir las vivencias con otros a los que les pasó algo similar "ahuyenta los fantasmas" y es, sin dudas, uno de los remedios más poderosos para sobrellevar la enfermedad.