No fueron los pepinos españoles y tampoco, al parecer, las semillas germinadas. Y dos semanas después de que surgiera el brote de una cepa letal de E. coli, las autoridades alemanas continúan sin saber dónde está la fuente de la infección.
Esto ha puesto de manifiesto las complejidades que se enfrentan para rastrear a un patógeno a través de la cadena alimentaria.
Desde el principio, el dedo acusador ha apuntado a vegetales que se consumen crudos, como pepino, tomate y lechuga, pero hasta ahora ha sido imposible confirmar cómo y dónde comenzó la infección que ha matado a 22 personas y contagiado a más de 2.000 en Europa.
Lo que las autoridades saben hasta ahora es que se trata de un microorganismo que nunca antes había sido identificado, una combinación de dos cepas que ha resultado ser altamente virulenta.
Historial de alimentos
"En un brote como éste, en el que se han visto eventos de infección en distintos lugares, es sumamente difícil localizar la fuente" explica a la BBC el profesor John Coia, microbiólogo clínico de la Universidad de Glasgow y exdirector del Laboratorio Escocés de Referencia de E. coli.
"Porque esto significa que el alimento potencialmente responsable ha estado distribuido en un área geográfica amplia y es necesario analizar el historial de toda una gama de alimentos".
"Y estamos hablando de un período de incubación de hasta dos semanas" explica el experto.
En efecto, desde el momento en que una persona consume un alimento contaminado hasta que comienza a presentar los síntomas de infección, principalmente diarrea, suelen pasar siete días.
Si la infección es leve o moderada la diarrea puede desaparecer en siete días. Pero si se presentan complicaciones puede pasar otra semana más para que la persona sea internada en una clínica.
"Sin duda son momentos de ansiedad y mientras no se sepa de dónde provino este organismo y cómo entró en contacto con nuestra cadena alimentaria tendremos una causa de preocupación"
Prof. Mark Fielder
Es decir, cuando las autoridades se dieron cuenta de que había una infección seria en la comunidad habían pasado ya entre tres y cuatro semanas.
Para entonces, no todos los pacientes internados en el hospital recordaban qué habían comido hacía un mes.
E incluso los que lo recuerdan -que en su mayoría hablan de ensaladas que podían haber contenido tomates, lechuga, pepino y semillas germinadas- es poco probable que puedan decir en detalle dónde habían comprado el producto o de dónde provenía.
Aún así, las autoridades alemanas llevaron a cabo el complejo proceso de entrevistar a los pacientes, visitar restaurantes, supermercados y plantas de procesamiento y granjas para ubicar al microorganismo que podrían haber surgido en el agua, la tierra, los fertilizantes o en muchos otros lugares.
Tal como señala el profesor Coia, "podemos imaginar lo que ha sido llevar a cabo todo el historial de cada alimento y de cada lugar que pudo haber estado implicado en la infección".
"Ha sido una tarea extraordinariamente grande porque después de dos semanas es muy difícil recordar lo que comimos, especialmente si el que tiene que recordar es un paciente gravemente enfermo", agrega.
El domingo las autoridades alemanas nombraron a una planta productora de semillas germinadas en el estado de Baja Sajonia como la fuente más probable de la infección de E- coli.
Pero las pruebas llevadas a cabo mostraron que 23 de las 40 muestras estudiadas eran negativas de E. coli.
Ciencia lenta
Se nombró como posible responsable a una granja de semillas germinadas.
Los expertos afirman, sin embargo, que no sorprende que dos semanas después de que se dio a conocer la enfermedad, no se ha encontrado la fuente de infección.
El proceso de identificación del origen de una bacteria es tan complejo que quizás nunca llegará a conocerse.
La peor infección de E. coli que ha surgido en el mundo, ocurrida en Japón en 1996, llegó a afectar a cerca de 8.000 personas y aunque se sospechó que los responsables habían sido rábanos contaminados, nunca llegó a confirmarse la fuente de contagio.
"Lo que me sorprende es la rapidez con que las autoridades alemanas nombraron a un responsable, en este caso los pepinos españoles" explica a la BBC el profesor Mark Fielder, experto en microbiología médica de la Universidad de Kingston, Inglaterra.
"Porque en el pasado este tipo de brotes de microorganismos nos han enseñado que puede ser sumamente difícil identificar la fuente de una infección en un periodo corto".
"La microbiología es una ciencia muy lenta en muchos sentidos, así que tenemos que ser muy cautelosos antes de empezar a nombrar fuentes responsables".
Lo cierto, afirma el experto, es que este brote nos ha enseñado que tenemos que ser mucho más cautelosos con los alimentos que consumimos, en particular con los vegetales que se consumen crudos.
"Esto demuestra la importancia de lavar cuidadosamente la fruta y las verduras. Estamos muy bien entrenados en los peligros del consumo y manejo de carne cruda y ahora debemos también entender los peligros del consumo de vegetales crudos".
Mientras no se conozca dónde surgió esta peligrosa bacteria, dice el profesor Fielder, seguirá siendo una situación preocupante para las autoridades.
"Sin duda son momentos de ansiedad y mientras no se sepa de dónde provino este organismo y cómo entró en contacto con nuestra cadena alimentaria tendremos una causa de preocupación" afirma el experto.
El síndrome letal causado por la bacteria E. coli
Recomiendan evitar algunos vegetales para contener propagación de una cepa letal de la bacteria Escherichia coli, que ha dejado al menos 10 muertos en Alemania.
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Científicos en Europa intentan identificar la fuente de una cepa particularmente virulenta de la bacteria Escherichia coli (E. coli) que ha causado ya diez muertes en Alemania.
El patógeno, que se creía estaba siendo propagado por pepinos contaminados, provoca en los pacientes una enfermedad llamada síndrome urémico hemolítico (SUH) que se caracteriza por insuficiencia renal, diarrea y sangre en las heces.
Se informa que se han registrado al menos 270 casos de SUH en Suecia, Dinamarca, Reino Unido y Holanda de personas que viajaron desde o hacia Alemania.
El brote de SUH, sin embargo, ha sorprendido a los científicos porque este trastorno suele afectar principalmente a los niños menores de cinco años y ahora se está presentando mayoritariamente en adultos y en mujeres.
Cepa letal
El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), basado en Suecia, calificó a este brote de SUH como "uno de los mayores que se han descrito en todo el mundo y el mayor que se ha registrado en Alemania".
Este síndrome se presenta frecuentemente después de una infección gastrointestinal que, en el caso de Alemania, está siendo causada por una peligrosa cepa de la bacteria E. coli, llamada Escherichia coli productora de la toxina Shiga o STEC.
La cepa STEC de E. coli, como su nombre lo indica, produce un compuesto tóxico llamado Shiga que es el causante de una infección severa en el ser humano.
La toxina Shiga actúa destruyendo los glóbulos rojos, lo cual conduce a insuficiencia renal y en casos severos provoca convulsiones y complicaciones graves en el sistema nervioso.
"Este brote de SUH es uno de los mayores que se han descrito en todo el mundo y el mayor que se ha registrado en Alemania"
ECDC
Hay cerca de 200 tipos de STEC -unos 100 asociados con enfermedades en el ser humano- y cualquiera de estos brotes es considerado un grave problema de salud pública por su potencial infeccioso y porque presenta la amenaza de causar complicaciones graves en el paciente.
Una de estas complicaciones es el síndrome urémico hemolítico o SUH.
Según el ECDC, este síndrome "es considerado la causa más común de insuficiencia renal aguda en niños europeos".
Pero ahora, la enfermedad ha dejado perplejos a los científicos porque, tal como informa el ECDC, está mostrando "una distribución de los casos atípica en los grupos de edad y sexo" y, en vez de niños, está atacando a adultos.
Según el organismo, 90% de las víctimas hasta ahora han sido adultos y 70% de éstas son mujeres.
Brote "digno de atención"
La bacteria STEC se propaga principalmente en comida o agua contaminada o por contacto con animales enfermos.
Según los expertos, la transmisión de persona a persona también es posible.
Los científicos sospechan que tanto tomates como lechuga y pepinos frescos pueden ser vehículos de infección, pero hasta ahora sólo se han obtenido análisis positivos de contaminación en muestras de pepinos en Hamburgo, presuntamente procedentes de España.
La E. coli produce una toxina que causa complicaciones letales.
Los síntomas típicos de la infección gastrointestinal son fiebre moderada y vómito y en algunos casos diarrea con sangre en las heces.
La mayoría de los pacientes suelen recuperarse en unos siete días. Sin embargo, una minoría de estos pacientes, entre 10 y 15%, desarrollan la complicación severa de SUH.
Hasta ahora se pensaba que los niños menores de 5 años eran los que estaban más en riesgo de esta complicación, pero los casos en Alemania muestran lo contrario.
Según el ECDC, "el brote de STEC que se registra en Alemania es digno de atención considerando su magnitud".
En sólo unas semanas, agrega el organismo, se han registrado 276 casos de SUH y diez muertes debido a esta enfermedad.
"Esto quiere decir que en el actual brote es probable que estén ocurriendo varios cientos de casos de STEC con diarrea".
Además, también se han identificado casos de SUH fuera de Alemania: en el Reino Unido, Dinamarca, Suecia y Holanda, todos relacionados con viajes al norte de Alemania.
Los científicos del ECDC están analizando el ADN de la bacteria para tratar de encontrar formas de detectarla en sus primeras etapas de infección en los pacientes.
Sin embargo, las autoridades en Alemania ya advirtieron que la fuente de infección podría estar todavía activa lo que significa que existen probabilidades de que el brote de contagio sea aún mayor.