Alergia alimentaria | 04 JUL 11

Asociación entre la alergia alimentaria en niños y la estación del año en la que nacen

En los niños menores de 5 años, haber nacido en los meses de otoño o invierno estaría relacionado con la alergia alimentaria, probablemente por la menor exposición a la radiación ultravioleta B y la producción de vitamina D en etapas tempranas de la vida.
Autor/a: Dres. Vassallo M, Banerji A, Camargo C y Col. Ann Allergy Asthma Immunol. 2010 Apr;104(4):307-13.

Introducción
La alergia alimentaria (AA) afecta al 2% al 6% de los niños y, según la información que surge de estudios epidemiológicos realizados en Inglaterra, los EE.UU. y Australia, la prevalencia podría aumentar. La atopia es consecuencia de la falta de adaptación de las respuestas inmunes a los estímulos ambientales; por ejemplo, sustancias como el polen, las esporas fúngicas, los ácaros y los alimentos. El mecanismo fisiopatológico más común es un desequilibrio en el sistema inmunitario que conduce al desvío de los linfocitos TH2 y la producción de anticuerpos del tipo de la inmunoglobulina E específica (IgE) para ciertos antígenos. En general, las primeras manifestaciones de la atopia abarcan la dermatitis atópica y la AA, que se presentan en etapas tempranas y que pueden persistir durante toda la vida. Algunos de los factores de riesgo de la AA incluyen la predisposición genética y la acidez del medio intestinal.

Existen indicios de que la exposición a los rayos ultravioletas B (UVB) y los niveles de vitamina D podrían estar asociados con las enfermedades alérgicas. Debido a que en las latitudes más lejanas del norte, la exposición a la radiación UVB y los niveles de vitamina D se relacionan en gran medida con la estación del año, se supone que los niveles de exposición solar y de esta vitamina son menores en invierno y al finalizar el otoño.

Este estudio se llevó a cabo sobre la base de la hipótesis de que una alta proporción de pacientes con AA que habitan en Boston habrían nacido en otoño o invierno. Por esta razón, se analizó la asociación entre la AA y la estación del año al nacer en una amplia muestra de pacientes que concurrieron a 3 servicios de emergencias de Boston. También se examinó si ésta variaba según la edad de presentación de la AA, del alimento desencadenante o de la coexistencia de otras enfermedades alérgicas.

Materiales y métodos
El presente fue un estudio multicéntrico en el que participaron niños que consultaron a los servicios de emergencias (SE) de 3 centros asistenciales de Boston (Brigham and Women’s Hospital, Children’s Hospital Boston y el Massachusetts General Hospital) entre el 1 de enero de 2001 y el 31 de diciembre de 2006. La cohorte seleccionada estuvo formada por pacientes que concurrieron a estos servicios por reacciones alérgicas agudas relacionadas con los alimentos. Cada caso de AA se seleccionó a partir de los registros computarizados de estos centros que utilizan los códigos de la novena revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades. Para cada caso se completó un registro en el que quedaron asentadas las variables siguientes: la fecha de nacimiento, el momento de la consulta, la edad, el sexo, la raza/grupo étnico, los antecedentes clínicos, otras condiciones alérgicas, los alimentos desencadenantes, los signos y síntomas, las manifestaciones al ingreso en el SE y el tratamiento. La reacción alérgica aguda relacionada con alimentos se definió como el episodio agudo con síntomas mediados por la IgE (urticaria, hipotensión, broncoespasmo, vómitos, etc.), cuya aparición se relacionó temporalmente con la ingesta de un alimento conocido o sospechoso. Se seleccionaron los casos de anafilaxia que cumplieron los criterios diagnósticos del National Institute of Allergy and Infectious Diseases/Food Allergy and Anaphylaxis Network Symposium.

La fecha de la primera consulta al SE fue la que se utilizó para calcular la edad de los pacientes, ya que muchos de los participantes consultaron varias veces durante el período que duró el estudio. Las estaciones del año en las que nacieron los niños se clasificaron en primavera (meses de marzo, abril, mayo), verano (meses de junio, julio y agosto), otoño (meses de septiembre, octubre, noviembre) e invierno (meses de diciembre, enero, febrero).

En cada centro asistencial participante se conformaron tres grupos control que incluyeron niños que consultaron al SE por otras causas. Los datos de cada control se obtuvieron de los registros recolectados en el año 2004 (que coincide con la mitad del período estudiado, y se tomaron en cuenta los de la primera visita registrada en ese momento).

Los datos se presentaron en promedios, medianas y proporciones con intervalos de confianza del 95%. Para establecer las comparaciones se empleó la prueba de χ2 y se informaron los odds ratio con sus intervalos de confianza del 95%. Se consideró significativo un valor de p < 0.05 de dos colas.

Resultados
La cohorte estudiada incluyó 1 121 sujetos que consultaron a los SE por reacciones alérgicas agudas relacionadas con alimentos. De éstos, 1 002 acudieron una sola vez. Las edades de los pacientes estuvieron comprendidas entre los 2 meses y los 94 años y la edad promedio fue de 15 años. El 50% de los participantes pertenecía al sexo femenino y el 48% eran blancos. En el 47% de los casos se conocía el tipo de alergia y el alérgeno que la causaba. Asimismo, el 88% concurrió al SE dentro de las 6 horas de exposición al alimento sospechoso. Los alimentos desencadenantes de las reacciones alérgicas con más frecuencia fueron los maníes (22%), los frutos secos (19%) y los mariscos (14%). El 60% de los pacientes reunió los criterios de anafilaxia y el 62% había presentado otro tipo de alergia (reacciones alérgicas previas, antecedentes de asma, dermatitis atópica, fiebre del heno).

En el grupo de casos, las fechas de nacimiento observadas se concentraron en mayor medida en los meses de invierno y otoño. En el grupo de pacientes con AA menores de 5 años, la distribución de los nacimientos por estación fue la siguiente: 31% en invierno, 28% en otoño, 21% en verano y 20% en primavera. También se detectó que el 41% de los niños de este grupo nacieron en estaciones de mayor claridad (primavera y verano) y el 59% en estaciones oscuras (invierno y otoño; p = 0.002). Al realizar el análisis de casos y controles en este grupo etario, se constató que en sujetos nacidos en los meses de invierno y otoño, la probabilidad (odds) de presentar AA fue un 53% mayor. En niños mayores y adultos con AA, no se comprobó la asociación de la enfermedad con la estación del año al nacer, excepto en el subgrupo de pacientes con asma. Por su parte, en el grupo de pacientes menores de 5 años que consultaron por otras causas no relacionadas con los alimentos predominaron los nacimientos en los meses de verano (p < 0.001).

La asociación entre la estación del año al nacer y el riesgo de AA en los sujetos menores de 5 años con esta enfermedad no experimentó cambios significativos cuando se los agrupó según el tipo de alimento que desencadenó la reacción (maníes, frutos secos, huevos) o los antecedentes de otras condiciones alérgicas que se registraron en la primera consulta (asma, dermatitis atópica, fiebre del heno). Al comparar estos subgrupos con los controles se detectó que haber nacido en los meses de invierno u otoño aumentó la probabilidad de AA aproximadamente en un 50%.

 

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