Por Graciela Gioberchio
Aprender a leer las etiquetas de los alimentos y conocer cuáles son sus nutrientes clave puede convertirse en una herramienta muy útil para que padres, maestros, responsables de los kioscos y los propios chicos coman más sano en la escuela y en sus casas. Esta es una de las propuestas que incluye la guía “Qué como y cómo elijo lo que como” , que un grupo de nutricionistas de la UBA acaba de publicar y, en octubre, subirá a Internet para que la comunidad educativa la utilice.
El trabajo parte del diagnóstico preocupante de la situación nutricional de los escolares: un 10% llega a la escuela primaria con obesidad y a ellos se suma un 20% con sobrepeso. Además, por lo menos un 25% ingiere más de un 30% de las calorías necesarias.
“La idea es que los maestros aprendan y enseñen luego a los chicos que en la información nutricional de la etiqueta hay cuatro nutrientes clave: calorías, grasas totales, grasas saturadas y sodio”, explica a Clarín Sergio Britos, investigador del Programa de Agronegocios de la UBA. Su colega, Agustina Saraví agrega: “Las actividades de búsqueda y los análisis de las etiquetas permitirán que los chicos inicien un cambio progresivo, pequeño quizás, pero sustentable”. “Hay que eliminar todos los excesos, los del kiosco escolar y los de la mesa familiar”, apunta Nuria Chichizola, tesista de la carrera de Nutrición de la Universidad Nacional de Entre Ríos.
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