Cristina G. Lucio
Esta frase hecha, sacada de la sabiduría popular, podría haber encontrado ahora su refrendo científico, ya que una investigación acaba de demostrar que los vasos sanguíneos de los que tienen mal carácter están en peor estado que los de quienes son agradables.
Los autores de esta particular investigación, que publica la revista 'Hypertension' -una de las publicaciones de la Asociación Americana del Corazón-, realizaron un seguimiento a 5.614 individuos de Cerdeña (Italia).
Entre otras pruebas, al inicio de la investigación, les sometieron a varios cuestionarios psicológicos para evaluar los rasgos de su personalidad. Además, a través de técnicas de ultrasonidos, evaluaron el grosor de la capa de tejido que cubre las arterias carótidas, una medida que se relaciona con el riesgo de sufrir problemas vasculares como el infarto cerebral.
Tres años después repitieron los exámenes. Y sus resultados pusieron de manifiesto que los caracteres más hostiles y, especialmente aquellos que mostraban rasgos manipuladores y agresivos, tenían más posibilidades de presentar un mayor espesor en la pared de sus arterias.
Aquellos que puntuaban más bajo en la escala de 'buen carácter', explican los investigadores, "tenían 40% más de posibilidades de que el grosor del tejido de sus vasos hubiera crecido significativamente en los tres años estudiados", comentan.
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