Comportamiento | 21 MAR 09

El dinero puede provocar una costosa adicción

Estudios muestran que actúa en el cerebro como si fuera una droga.

LONDRES.- "Plata", "dinero", "guita". Uno podría pensar que son sólo palabras, pero conllevan una misteriosa fuerza psicológica. Con sólo paladearlas durante unos momentos, se convertirá en una persona diferente. Pensar en palabras asociadas con el dinero parece hacernos más independientes y menos inclinados a ayudar a los demás.

Y todavía hay más: manejar efectivo puede disminuir, incluso, el dolor físico. Según distintas investigaciones, el dinero tiene un potente efecto psicológico que sólo ahora empieza a estudiarse.

Nuestra relación con el dinero tiene muchas facetas. Algunos parecen adictos a acumularlo, mientras que a otros les resulta imposible ahorrar para el futuro. Con nuevos estudios centrados en este punto, se encontró que algunos cerebros reaccionan como lo harían a una droga, mientras que otros, como frente a un amigo.

Algunos sugieren que el deseo de dinero se puede dinero se puede confundir con nuestro apetito. Y, por supuesto, como tener mucho dinero se traduce en que puedes comprar muchas cosas, es un sinónimo virtual del estatus. Tanto que perderlo puede causar depresión e incluso suicidio. Por eso, un atisbo en la psicología del dinero tal vez puede mejorar la manera en que nos relacionamos con él.

Esto es todavía más extraño cuando se considera qué se supone que es el dinero. Para los economistas, es sólo una herramienta para el comercio, para hacerlo más eficiente. Igual que un hacha nos permite cortar árboles, el dinero es esencial para la creación de los mercados que, según dicen los economistas, fijan precios desapasionadamente, a cualquier cosa, desde una hogaza hasta un cuadro de Picasso. Sin embargo, el dinero crea más pasión, estrés y envidia que cualquier hacha o martillo. Aparentemente no podemos manejarlo racionalmente, pero ¿por qué?

Valores relativos
Incluso como un simple medio de intercambio, el dinero puede tomar una cantidad de formas desconcertantes, desde retazos de corteza y plumas hasta monedas de oro, billetes de diferentes nacionalidades o datos en la computadora de un banco, la manera más fría y desapasionada de concebirlo.

En vez de tratar el dinero simplemente como una herramienta a ser empuñada con precisión, permitimos que penetre en nuestra mente y accione antiguas áreas emocionales de nuestro cerebro, en la mayoría de los casos con resultados imprevisibles. Para entender cómo esto afecta nuestro comportamiento, algunos economistas están empezando a pensar cada vez más como antropólogos evolucionistas.

Daniel Ariely del Instituto Tecnológico de Massachussets propone que la sociedad moderna nos presenta dos grupos de pautas de comportamiento. Están las sociales, diseñadas para mantener relaciones de larga duración, confianza y cooperación. Y las normas de los mercados, que se centran alrededor del dinero y la competencia, y alientan a las personas a anteponer sus propios intereses.

El intercambio comercial se ha producido a lo largo de la historia humana, con lo cual es posible que en nuestros antepasados haya evolucionado una capacidad instintiva para distinguir entre las situaciones en que hay que manejarse con las reglas sociales y las de mercado, y esto puede haber pasado mucho antes de la invención del dinero.

Sin embargo, experimentos publicados en 2007 revelaron que incluso el contacto fugaz con conceptos relacionados con el dinero nos llevan a pensar y comportarnos de acuerdo con las reglas del mercado.

Un ejemplo es el estudio que realizaron Kathleen Vohs y colegas, del departamento de marketing de la Universidad de Minnesota. Los estudiantes voluntarios tenían que armar frases con palabras no relacionadas con el dinero, como "frío", "escritorio" o "afuera", o con palabras sí relacionadas, como "salario", "costo" y "pagar". Los voluntarios que trabajaron con las palabras relacionadas con el dinero trabajaron durante más tiempo antes de pedir ayuda y fueron menos dados a ayudar a sus compañeros que los demás.

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

CONTENIDOS RELACIONADOS
AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024