Envejecimiento prematuro | 23 FEB 09

El tabaco: enemigo público de la piel

El envejecimiento prematuro por el tabaco se hace más evidente en la cara.

* Las arrugas de los fumadores son más estrechas, profundas y muy definidas.

* La piel es el primer órgano que muestra los efectos positivos del abandono del tabaco.

LAURA TARDÓN

¿Nota su pelo más frágil o sus uñas muy debilitadas? ¿Cree que su piel se ha envejecido antes de tiempo? ¿Sus encías están especialmente irritadas? ¿Usted fuma?

La respuesta a esta última cuestión podría ser el origen de estos problemas. Varios estudios y especialistas exponen a elmundo.es los daños que genera este hábito sobre la piel.

Se conoce como el ''''rostro del fumador''''. La persona presenta una piel rugosa y un tanto grisácea, su cara deja a la vista los relieves óseos (especialmente de los pómulos), los labios y los ojos están rodeados de arrugas finas, líneas profundas y superficiales en las mejillas y las mandíbulas.

Según señalan los expertos, las arrugas de los fumadores son distintas, más estrechas, profundas y con contornos bien marcados.

Los efectos nocivos del tabaco no sólo afectan a la dermis. El cuero cabelludo pierde luminosidad y se vuelve quebradizo, incrementa su porosidad y adquiere un olor muy característico de los cigarrillos. Además, según Susana Puig, dermatóloga del Hospital Clínic de Barcelona, "las uñas se debilitan, están más frágiles y pierden brillo".

Todos estos cambios causados por el humo del tabaco "suelen manifestarse a partir de los 35 años y son directamente proporcionales al grado de consumo", afirma el dermatólogo Just-Saboré en una revisión que publicó en mayo de 2008 en la revista de la Academia Española de Dermatología (AEDV), ''''Actas Dermosifiliográficas''''.

Además, el tabaco se asocia con otras alteraciones dermatológicas. Incrementa el riesgo de aparición de psoriasis y reduce la respuesta a los distintos tratamientos. El humo del cigarro también afecta a la cicatrización de las heridas. Julián Conejo-Mir, presidente de la Academia Española de Dermatología y Veneoreología (AEDV), insiste en que "también provoca acné, cáncer cutáneo y alteraciones en la estética bucal [aumento de la placa bacteriana, mayor riesgo de gingivitis, irritación de mucosas y encías, color amarillento de los dientes]".
Los enemigos de la piel

Los estudios epidemiológicos realizados hasta la fecha confirman que el riesgo de arrugas de las mujeres fumadoras es casi el triple respecto a quienes no consumen tabaco y el doble en el caso de los hombres. "Por lo general, las mujeres tienen una piel más delicada", aclara Justa Redondo, presidenta del VIII Congreso Nacional sobre Prevención y Tratamiento del Tabaquismo, que se celebra en Córdoba hasta el próximo 21 de febrero.

 

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