¿Por qué la inmunidad de la embarazada no rechaza al feto? | 17 MAR 08

Resuelven un misterio inmunológico

El hallazgo podría tener implicancias para el tratamiento del cáncer.

Investigadores argentinos descubrieron por qué el organismo de la mujer embarazada no rechaza al bebe en gestación

Si la razón de ser del sistema inmune es destruir toda partícula extraña que encuentre a su paso, ¿cómo se explica que en el cuerpo de la mujer pase por alto al bebe en gestación, que lleva en sus células los genes del padre? Dicho de otro modo: ¿por qué nuestra madre no nos rechaza si tenemos genes de otra persona?

Esta pregunta aparentemente sencilla inquieta a los científicos desde hace más de un siglo. Y aunque habían postulado muchas hipótesis para explicarlo -por ejemplo, que la placenta actuaba como una barrera mecánica que impedía que el sistema inmunológico dañara al bebe-, ninguna pareció concluyente.

Ahora, un equipo de investigadores del Conicet y la Fundación Sales acaba de encontrar una respuesta a ese enigma: una de las hormonas claves del embarazo, la progesterona, estimula la producción de una proteína capaz de inhibir localmente al sistema inmune, la galectina-1.

"El sistema inmune evolucionó como un complejo mecanismo de defensa capaz de distinguir entre los componentes propios del organismo y aquellos que le son extraños, como bacterias, parásitos y virus. Si yo te trasplanto la piel de tu marido, seguramente la vas a rechazar porque ambos tienen distintos genes -explica el doctor Gabriel Rabinovich, que lideró el trabajo de investigación-. El sistema inmunológico interpreta que el trasplante es algo externo que no tiene que estar ahí. El bebe es un «semitrasplante», porque es mitad de la mamá y mitad del papá; sin embargo, el sistema inmunológico no lo ve como extraño. Es uno de los grandes enigmas de la naturaleza."

Trabajando con animales de experimentación, el equipo del Instituto de Biología y Medicina Experimental del Conicet y las doctoras Sandra Blois y Petra Arck, de la Universidad Charité, de Berlín, lograron desentrañar un complejo mecanismo de regulación capaz de silenciar durante nueve meses, en el útero materno, el sistema de defensa de la mujer embarazada. El trabajo se publicó en una de las más prestigiosas y rigurosas revistas científicas del mundo, Nature Medicine.

"Lo que observamos fue una cascada de eventos moleculares -dice Rabinovich-. La progesterona estimula la producción de galectina-1; en su presencia, las células dendríticas, las "estrellas" del sistema inmune, pierden su capacidad de activar linfocitos T [otro de los soldados de nuestro ejército interior] para transformarse en "dendríticas tolerogénicas", que a su vez generarían "células T regulatorias", que producen citoquinas inhibitorias de nuestras defensas."

Y enseguida agrega: "Las ratonas deficientes en el gen de galectina-1 presentan una mayor tasa de abortos que la normal y si se los trata con esta proteína el efecto se revierte".

Hilvanando ideas

La génesis de la idea que dio lugar a este trabajo apasionante surgió un poco por casualidad hace ya 4 años, junto con la doctora Sandra Blois, que había sido alumna de Rabinovich en la Universidad Nacional de Córdoba.

 

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