'Nature' | 05 FEB 08

La trampa de los estudios científicos repetidos

Un estudio alerta del número de creciente de estudios que se 'autoplagian' .

La mayoría de publicaciones sólo acepta trabajos originales Ilustración: Luis Parejo
MARÍA VALERIO

MADRID.- Es una tendencia creciente, y también preocupante. Investigadores de la Universidad de Texas (EEUU) han analizado siete millones de trabajos publicados en revistas científicas para tratar de dar con aquellos que se duplican: bien porque los propios autores envían su mismo trabajo a varias publicaciones, o bien porque comparten una excesiva 'similitud' con otros estudios.

Los promotores de este análisis, Mounir Errami y Harold Graner, critican que este tipo de prácticas distorsionan la literatura científica, inflan artificialmente el curriculum de publicaciones de algunos investigadores, y obligan a las revistas a emplear grandes sumas de recursos y tiempo para tratar de detectar este tipo de 'fraude'.

En algunos casos, añaden, las similitudes entre dos textos pueden estar justificadas, por ejemplo, en el caso de las citas adecuadamente atribuidas o de actualizaciones que arrojan nuevos datos de un ensayo clínico. Sin embargo, estos especialistas señalan que en la mayoría de los casos se trata de plagio o incluso de autoplagio de documentos anteriores (artículos repetidos o duplicados). Las conclusiones de su búsqueda pueden leerse esta semana en un comentario en la revista 'Nature'.

"No es equiparable copiarse a sí mismo (autoplagio) que copiar a otros autores", apunta a elmundo.es José Alonso, director editorial en el grupo Elsevier en España, uno de los principales grupos editoriales de publicaciones científicas. "Aunque ambas sean mala práctica, la primera es más discutible y en algunos casos puede justificarse". Como él mismo destaca, "partimos de la premisa de ofrecer al lector investigación original, novedosa, no publicada previamente o basada en artículos ya publicados, pero que ofrecen aspectos nuevos y de interés. Lo contrario es hacer perder el tiempo a los lectores y utilizar inútilmente recursos editoriales y humanos sin necesidad".

Entre las soluciones que los expertos de Texas proponen para controlar estas prácticas destaca el uso de los nuevos programas informáticos y de software capaz de analizar varios textos en busca de similitudes sospechosas. Pero sobre todo, disuadir a los investigadores exponiendo públicamente estos 'errores'.

70.000 identificados hasta ahora

Eso es lo que han hecho ellos de momento con los 70.000 abstracts (un resumen con los datos fundamentales de un trabajo científico) que por el momento han hallado duplicados en su búsqueda en MedLine (una de las principales bases de datos médicas). A través de una página web bautizada como Déjà Vu, cualquier internauta puede comprobar personalmente qué trabajos se han publicado en más de una ocasión.

 

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