Telemedicina | 07 ENE 08

¿Qué puede hacer su celular por Ud. y sus pacientes?

La telefonía móvil desbanca a internet como sistema de comunicación con el paciente.

Este pequeño dispositivo se perfila como el candidato idóneo para que la relación entre el enfermo y el hospital pueda continuar en el domicilio, se mejore el cumplimiento de los tratamientos o se reduzcan las ausencias en las consultas. Pero su uso aún no está extendido y se debe resolver alguna limitación técnica
 
MARÍA CORISCO 
 
No se sorprenda si en su próxima visita al hospital junto con la receta médica le 'obsequian' con un teléfono móvil. Puede que le hayan elegido para participar en alguno de los programas de telemedicina con estos dispositivos que se están probando en varios centros sanitarios nacionales. Ese inseparable compañero de bolsillo se está revelando como una de las herramientas más valiosas de comunicación entre el médico y el paciente y como una fórmula eficaz para ahorrar desplazamientos al enfermo y, de paso, los costes sanitarios, al reducir las listas de espera y descargar las consultas. Pero, además, puede resultar beneficioso si, gracias a un sms, se evitan olvidos en los tratamientos.

«Desde allí me preguntaron cómo me encontraba, si tenía fiebre y me dieron una serie de consejos. Me sentí mucho más segura: sabía que si tenía algún problema ellos estaban allí», recuerda.

«Ellos» son el equipo que conforma la Unidad de Cirugía sin Ingreso (UCSI) del Hospital Doctor Peset de Valencia, un departamento que desde hace año y medio viene realizando a través del teléfono móvil estudios de seguimiento a pacientes de cirugía ambulatoria.

«Este tipo de intervenciones son cada vez más complejas y requieren un control en los días inmediatamente posteriores», explica el doctor Juan Viñoles, responsable del servicio. «Nuestra idea es ver hasta qué punto la telefonía móvil nos permite estar en contacto con el paciente, obtener los datos que necesitamos para incorporarlos a su historia clínica electrónica y, además, captar alguna imagen de la cicatrización», agrega.

Tras el éxito del estudio piloto inicial -que reveló que se habían reducido las visitas a Urgencias en un 66%-, una beca del Fondo de Investigaciones Sanitarias les ha permitido ampliar la muestra y, en la actualidad, los 10 teléfonos con que cuenta la unidad están en funcionamiento constante, rotando de unos enfermos a otros.

«Estamos comprobando que suponen un ahorro de los costes, pero también vemos que hay un valor añadido: el de la satisfacción de los pacientes. Les gusta y aceptan encantados cualquier medida que les ayude a sentirse más ligados al hospital», dice Viñoles.

El seguimiento posquirúrgico es tan sólo una de las muchas posibilidades que en materia de salud puede ofrecer el teléfono móvil. Si la aparición de internet supuso una primera revolución en la historia de la telemedicina, todo apunta a que estos dispositivos van a convertirse en el mejor instrumento de comunicación a distancia entre médico y paciente. ¿Las razones? Su sencillez de manejo, la generalización de su uso y, también, que poco a poco se han ido convirtiendo en un 'mil en uno': teléfono, cámara videofotográfica, miniordenador.

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SEGUIMIENTO

«Todas estas características lo convierten en el elemento más adecuado para que la relación entre el enfermo y el hospital continúe en el domicilio», apunta Guillermo Gavilán, responsable de aplicaciones de salud de Telefónica Móviles, compañía que ha colaborado en el proyecto del Hospital Doctor Peset. «Hay que matizar, no obstante, que no se trata de una herramienta diagnóstica ni terapéutica, sino de comunicación. El resumen es: tu servicio de salud va contigo», añade.

Y éste puede ser más o menos complejo. Un simple sms, por ejemplo, probablemente no llegue a salvar una vida, pero indirectamente puede hacer otras muchas cosas.

Entre ellas, convertirse en una suerte de 'Pepito Grillo' y recordar al paciente una cita médica -los centros sanitarios que han implantado esta opción corroboran que está descendiendo el absentismo en las consultas-; que ha pasado un año desde la última citología; que se ande con ojo porque el nivel de polen es muy elevado; que ya le toca la vacuna al niño; que es la hora de la pastilla para la hipertensión o, incluso, que se tiene que tomar la píldora.

Sí, la anticonceptiva, porque desde hace poco más de un mes, el laboratorio Wyeth ofrece a las usuarias la posibilidad de suscribirse gratuitamente a un servicio diario de alerta.

«Es especialmente útil para las mujeres que comienzan a utilizar este contraceptivo, pues suelen ser bastante olvidadizas. Se les avisa de la toma diaria y, también, de cuándo tienen que comenzar un nuevo envase», señala un responsable de la compañía farmacéutica.

Esta última utilidad del móvil puede resultar anecdótica, pero pone sobre la pista de un aspecto que, pese a su importancia, a menudo descuidan los enfermos crónicos: la adherencia al tratamiento. En otras palabras, hacer caso y consumir todos los días la medicación.

«El teléfono móvil es el vehículo idóneo para que los pacientes tomen conciencia de que deben ser responsables de su propia salud», explica José Luis Monteagudo, director de la Unidad de Telemedicina y e-Salud que se ha creado en el Instituto de Salud Carlos III, con el apoyo de la Fundación Vodafone España.

Monteagudo ha sido también director del programa Airmed Cardio, dirigido a pacientes cardiacos crónicos, preferentemente mayores de 65 años. En este proyecto el móvil ya tenía una función más allá de la meramente recordatoria: transmitía a sus médicos de atención primaria los parámetros clínicos del enfermo, desde el pulso o la tensión arterial hasta el electrocardiograma. Y Airmed Neumo, por su parte, permitía que pacientes asmáticos o en programas antitabaco enviaran a través del móvil los datos obtenidos en su espirómetro (un aparato que mide la capacidad pulmonar).

«Además de ser mucho más receptivos a las recomendaciones terapéuticas, los participantes están encantados con esa sensación de que su médico está ahí detrás, preocupándose de que realmente se toman su pastilla. Es una posición de reforzamiento psicológico», afirma Monteagudo.

Este tipo de refuerzo es también vital en patologías más complejas. Un ejemplo es el de las personas con insuficiencia renal que realizan la hemodiálisis en su propio domicilio. ¿No se sentirían más seguras si durante el proceso tuvieran la posibilidad de estar conectados con su equipo médico? Pensando en ellos, el Hospital de La Princesa de Madrid ha llevado a cabo un proyecto piloto en el que han contado con 10 pacientes, seis de diálisis peritoneal y cuatro de hemodiálisis.

«Ha funcionado muy bien desde el punto de vista del apoyo a los enfermos: les quitabas presión y les dabas seguridad», indica el doctor José Antonio Sánchez Tomero, jefe de Nefrología de este centro.

Ahora bien, en cuanto al desarrollo técnico, este programa piloto ha 'pagado la novatada'. Es lógico: a enfermedades más complejas, 'software' más complicado. De hecho, el programa «ha tenido un matiz importante; seleccionamos a los candidatos jóvenes, para que les fuera más fácil manejarse con las nuevas tecnologías. Aun así, hemos tenido muchos problemas técnicos que hemos tenido que ir resolviendo sobre la marcha», admite Sánchez Tomero.

Estos problemas los conoce bien Juan María Catalán, un enfermo de 32 años que lleva cuatro realizándose la diálisis peritoneal y que ha participado en el estudio de La Princesa: «Me apañaba bien con el móvil, pero me daba coraje porque había fallos en la conexión y no podía mandar fotos. Me parece muy útil, imagino que en el futuro será estupendo, pero mientras no tengamos una buena cobertura.».

 

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