No se les toma la presion a los niños | 04 NOV 07

Advierten que se suele subestimar la hipertensión en los más chicos

Un reciente estudio realizado en más de 14.000 chicos de entre 3 y 18 años en los Estados Unidos mostró que la hipertensión arterial elevada se encuentra subdiagnosticada.

Tres de cada cuatro casos pasaron inadvertidos para los médicos. En la Argentina, donde no hay estadísticas sobre este tema, los especialistas aseguran que aún falta incorporar masivamente la toma de presión a la rutina de la consulta pediátrica. Cuáles son los síntomas a los que se les debe prestar atención y por qué es fundamental que los niños tengan una dieta sana. PERFIL consultó a distintos expertos.
Por Clara Pensa

Atencion.

Se necesita adaptar el aparato con brazaletes especiales para medir la presión en los chiquitos. Pero muchos pediatras y hospitales no los tienen.

Sólo uno de cada cuatro niños y adolescentes con hipertensión arterial fue correctamente diagnosticado; el resto pasó desapercibido para el ojo médico, según un reciente estudio de la Case Western Reserve University de Cleveland (EE.UU.), realizado a 14.187 chicos de entre 3 y 18 años. A estas edades, la prevalencia de esa enfermedad es del 2% al 5%, y esta investigación en particular arrojó un 3,6% de menores afectados.

“Un 3% puede sonar a pocos casos, pero si se refiere a la población argentina, equivaldría a que 360 mil menores de 18 años son hipertensos. Además, se sabe que en nuestro país un cuarto de la población adulta lo es, y seguramente no se convierten en hipertensos de forma repentina”, indicó Beatriz Grunfeld, a cargo del Servicio de Hipertensión Arterial del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Y agregó: “También se conoce que la principal causa de muerte es por problemas cardiovasculares. La única forma de modificar estos valores es comenzando a tratar la dolencia desde chiquitos”.


Un problema

Lo curioso del trabajo norteamericano publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA) es que al revisar casi 14.200 historias clínicas los investigadores hallaron que 507 chicos reunían criterios para ser considerados hipertensos, pero sólo el 26% aparecía diagnosticado como tal. Y en el caso de los prehipertensos la cifra era aún menor: los detectados descendían al 11%. “Hipertensión y prehipertensión está frecuentemente subdiagnosticadas en esta población pediátrica”, indica el estudio.

¿Por qué razón no se detecta a tiempo?

“Los médicos suelen asociar la hipertensión arterial a una enfermedad del adulto y no de los más chicos”, coincidieron Grunfeld, Rosa Simsolo y Miriam Romo, pediatras del mismo servicio de salud porteño. A veces falta realizar el primer paso. “Pesar o medir a un chico ya está incorporado a la rutina de la consulta pediátrica, se debe sumar la toma de presión y prestar atención a los datos obtenidos para que no ocurra el subdiagnóstico”, remarcó Grunfeld, presidenta de la Fundación para el Estudio de la Hipertensión y Lípidos en la Infancia (Fehilin).

En este sentido, Simsolo agregó: “Si bien cada vez los pediatras toman más la presión, igual todavía falta. Tiempo atrás, fuimos a escuelas secundarias porteñas y del municipio bonaerense de Vicente López a medir la tensión arterial a 2.500 adolescentes. A un 28% de ellos nunca en sus vidas se la habían tomado”.

Diferencias. Mientras en los adultos el parámetro aconsejable para mantener la tensión arterial es estable, en los chicos y adolescentes no existe un valor único. “Los pediatras tienen tablas que, de acuerdo con el percentilo de altura, edad y el sexo se fija la presión correspondiente para ser considerada normal. Por ejemplo, si un varón de seis años de cierta altura registra más de 115/75 mmHg, es considerada elevada, cuando en un adulto debe ser de más de 140/90 mmHg”, explicaron las especialistas.

Además, el aparato de medición requiere de ajustes. El brazalete o mango debe ser de un tamaño adecuado para cada caso. “Si el mango es muy grande se corre el riesgo de subdiagnosticar la alta presión arterial”, puntualizó Grunfeld.

“En algunas localidades hay un tomógrafo pero, en cambio, no existen los distintos manguitos de presión para adaptarlos a los chicos, a pesar de que son económicos. Igual, a partir de los dos años se puede hacer la toma de presión en el muslo de la pierna del niño con el mango de un adulto”, indicó por su parte Simsolo.

Para las especialistas, el objetivo fundamental es que el signo de la presión alta sea cada vez tomado más en cuenta, para evitar problemas en el futuro. “Casi debería ser un derecho del niño tener tomada la presión y que los padres la conozcan”, concluyó, contundente, Grunfeld, quien desde 1981 trabaja en este tema buscando generar conciencia.

Cuando el riesgo es de familia

La hipertensión arterial es como la fiebre, un signo que puede deberse a diversos motivos, como una enfermedad renal o endocrina, entre otras. A partir de los 12 o 13 años, la principal causa es, como en los adultos, desconocida.

Ciertos factores predisponen más que otros. Ser hijo de hipertenso o nieto de un abuelo a quien antes de los 55 años se le detectó la hipertensión tiene sus riesgos, y si se le suma sobrepeso aumentan las chances. La obesidad infantil puede funcionar como disparador de esta enfermedad. “Se podría hacer una verdadera revolución en la salud de nuestro país si los chicos comieran sano, realizaran actividad física y se controlaran la presión. Con estos tres elementos se modifica el riesgo cardiovascular de la población”, remarcó Beatriz Grunfeld, del Hospital de Niños.

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

CONTENIDOS RELACIONADOS
AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024