Cómo reaccionamos ante la muerte

ÁNGELES LÓPEZ (elmundo.es)

MADRID.- Negación o incredulidad, añoranza, ira, depresión... y mucha aceptación. Según un estudio, estos son los estados de ánimo que acontecen tras la pérdida de un familiar por causas naturales. Al contrario de lo que se pensaba, los allegados aceptan desde el primer momento la muerte del ser querido, eso sí con mucha añoranza. Y en la mayoría, a los seis meses habrán desaparecido los sentimientos negativos que hayan podido imperar en algunos momentos del duelo. De lo contrario, quizás requieran un tratamiento especializado.

Desde que en los años 60 el psicoanalista John Bowlby propusiera las fases del duelo tras la falta de un familiar cercano, han sido muchas las teorías que han aparecido modificando estas etapas o añadiendo alguna más. Según los expertos en psiquiatría, los sentimientos que aparecen en los primeros meses son negación, añoranza, ira, depresión y aceptación.

Sin embargo, hasta la fecha todavía no se había realizado ningún estudio que comprobara empíricamente el curso normal que sigue al fallecimiento de una persona querida.

"En la clínica tiene poca aplicabilidad saber si la persona se encuentra en una u otra fase. Lo más útil es conocer si se ha estancado en una de ellas, sobre todo en la negación porque no esto no permite pasar a las siguientes", explica Francisco Montañés, jefe de la Unidad de Psiquiatría de la Fundación Hospital Alcorcón de Madrid y profesor de psicobiología de la Universidad Complutense.

Se confirman las fases clásicas

Un grupo de psiquiatras de diferentes centros de Estados Unidos ha llevado a cabo un estudio retrospectivo con 233 personas que habían sufrido la desaparición de un familiar por muerte natural. Los investigadores analizaron las respuestas de las entrevistas que les realizaron a cada participante unos seis meses después de haber perdido a un familiar cercano, en la mayoría de los casos, la pareja.

Lo que el estudio detectó fue por un lado que las etapas del duelo enunciadas por Bowlby se producían en la misma secuencia, es decir, los picos de la negación o incredulidad fueron más potentes al principio del duelo, seguidos meses después por los de añoranza, ira y depresión. A partir de los seis meses, estos sentimientos disminuyen y aumenta la aceptación.

Sin embargo, el estudio, publicado en 'The Journal of the American Medical Association',