La realización de tratamientos de conducto en piezas dentarias con conductos curvos se puede pensar como una serie de muy pequeños pasos que producen colectivamente el resultado endodóntico deseado. Dicho diferentemente, el obturar un conducto curvo con una forma ideal requiere paciencia y el logro de muchos objetivos de menor importancia para llegar al punto final deseado. Este artículo examinará y detallará muchos de estos pasos pequeños pero esenciales necesarios para ayudar al profesional a poder acceder a las curvaturas del o los conductos de forma segura y eficiente, independiente del sistema utilizado.
Desarrollo
Como punto de partida, debemos recordar que todos los conductos son curvos en un cierto grado, incluso los que aparecen radiográficamente rectos. La curvatura de un conducto es visible solamente en una radiografía tomada en dirección de mesial hacia distal y como tal proporciona una imagen de dos dimensiones que resulta ser engañosa en lo concerniente a la curvatura verdadera que pudiera tener el conducto, que puede orientarse tanto hacia vestibular como hacia lingual.
Todos los conductos están en riesgo de sufrir acontecimientos iatrogénicos si no fueron manejaron correctamente independiente del aspecto radiográfico, e inversamente, si están bien tratados, incluso las raíces más técnicamente difíciles de trabajar pueden ser instrumentadas de manera correcta.
No debemos dejar librado a la suerte la limpieza y la conformación de los conductos curvos El análisis preoperatorio de los factores relacionados con la dificultad del caso es de fundamental importancia, como así también la realización minuciosa de todos los pasos que luego se mencionan a fin de poder tratar toda la curvatura del conducto.
El caso debe ser examinado de forma preoperatoria para determinar los grados de dificultad que pueden ser encontrados. Aparte de la curvatura que se observa radiográficamente (considerando que no podemos detectar si existe curvatura hacia las caras libres, vestibular o lingual) ,las dificultades del acceso, longitud de la raíz, la presencia de calcificaciones, arquitectura del ápice y su madurez, el etc., entre otros desafíos deben ser también considerados. Tal gravamen puede dirigir al clínico a quizás decidir que el tratamiento de conducto en un diente dado está más allá de su nivel de habilidad y requerir la remisión o evaluar las estrategias para evitar de un acontecimiento iatrogénico potencial.
Por ejemplo, si un conducto se curva de forma pronunciada en la parte media de la raíz en vez de en su porción apical, la incidencia y el riesgo de fracturar una lima de níquel titanio que se utiliza con instrumental rotatorio en esta área es alto. Esto debe alertar al clínico para tener especial cuidado de instrumentar el conducto primero en forma manual y crear una trayectoria de deslizamiento (descrita abajo) para ayudar a determinar el ahusamiento y el tamaño que se utilizará de la lima principal en el nivel apical. Un radio muy pequeño de curvatura en la parte media de la raíz puede conducir con seguridad a la separación debido a la fatiga cíclica (y en un menor grado a una falla en la torsión) y a tamaños más grandes de la extremidad en instrumentos afilados 06 (o ahusamientos más grandes que 06) cuando son utilizados para estos tratamientos.
Si se van a utilizar limas con instrumental rotatorio, podría ser mejor, depende del caso, reducir al mínimo el ahusamiento máximo usado al final de la curvatura al 04. El hecho de llevar todos los dientes que tratamos a una conicidad mínima del 06 (tamaño mínimo de la extremidad mínimo: 25) según lo recomendado por algunos, conducirá probablemente a las separaciones innecesarias. La estrategia importante es que el clínico considere el problema potencial antes de que ocurra.
Una vez que se haya hecho el acceso, la instrumentación del primer tercio coronario, en segundo lugar del tercio medio y por último del tercio apical es lo ideal (instrumentación de la corona hacia abajo). El formar un buen acceso permite mayores volúmenes de irrigación y de acceso táctil sin trabas en los tercios medios y apical (o llano de curvatura significativa) del sistema de conductos para las limas manuales y las que se manejan con instrumental rotatorio. En resumen, no es posible confiable instrumentar el tercio apical y manejar curvaturas difíciles si el camino que conduce a la curvatura o al tercio apical no se maneja bien primero. Especialmente para las curvaturas en el tercio apical, crear una forma ideal del
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