El manco de Lepanto | 21 DIC 05

Reflexiones patobiográficas sobre Miguel de Cervantes

Para cualquier médico estudiar los aspectos patobiográficos de Cervantes, sobre todo las causas de su muerte, es una aventura sugestiva y un riesgo que desembocará probablemente en un terreno confuso sobre el que se han vertido ríos de tinta.
Autor/a: Dr. Ángel Rodríguez Cabezas (*). Dra. María Isabel Rodríguez Idígoras (**). El Médico Interactivo
INDICE:  1. Introducción | 2. Lepanto | 3. Muerte y obra
Lepanto

Cervantes, bien porque aprendió en "mano" propia los cuidados de la Medicina, bien porque tenía conocimientos de ella a través de los libros que existían en la biblioteca de su padre, D. Rodrigo Cervantes, conocimientos de los que deja constancia en el Quijote, trata a los médicos al menos con respeto, otras veces con admiración y, en clave de humor con verbo risueño y grave, cuando no tiene otra opción que criticar negativamente su conducta. El traumatismo de la mano es el único cierto en la vida de Cervantes. Él lo reconoce con orgullo "... perdió la mano izquierda de un arcabuzazo, herida que, aunque parece fea, él la tiene por fermosa...". También está bastante aceptado que quedó manco no en la acepción de pérdida anatómica de la mano, sino en la de quebranto del uso o la función de la misma, ya que "... la siniestra mano estaba por mil partes ya rompida...", tal como puede leerse también en la Epístola a Mateo Vázquez: "... en la naval, dura palestra, perdiste el movimiento de la mano izquierda para gloria de la diestra..." (Viaje al Parnaso), lo que confirma la teoría de privación de movilidad y función, así como lo orgulloso que Cervantes se siente con su manquedad.

De ninguna otra enfermedad o accidente tenemos conocimiento a través de la bibliografía histórica o de la propia producción literaria de Cervantes. Solamente se menciona, como relacionada con los últimos años de su vida, determinada sintomatología en la que los estudiosos se basan para determinar las causas de la muerte. No obstante, varias prisiones, años de cautiverios, campañas navales y herida de guerra tuvieron que dejar su vida maltrecha y desgraciada, lo que, a la vez y de forma un tanto paradójica, contribuyó a templar su alma y a facilitar, por tantas calenturas de la memoria, fluidez y belleza en sus producciones literarias.

Existen muchas dudas sobre las enfermedades que fueron causa de la muerte de Cervantes. Sólo sabemos con certeza que presentaba astenia y polidipsia, y que el diagnóstico que emite un estudiante de Medicina que hizo parte del camino de Esquivias a Madrid con Cervantes fue de hidropesía. Así es que en estos síntomas y en poca cosa más nos debemos apoyar para emitir un juicio clínico aproximado de las causas de su muerte. Es cierto que en los tres últimos años de su vida su salud se deterioró, hasta el punto de que don Miguel tuvo el presentimiento de que estaba a punto de iniciar el viaje al fondo de la noche, y, no queriendo dejar trabajo pendiente para la eternidad, entráronle las prisas literarias para concluir lo pendiente: Novelas Ejemplares (1613), Viaje al Parnaso (1614), segunda parte de El Quijote (1615), Trabajos de Persiles (1616-1617).

La polidipsia, síntoma evidente de diabetes mellitus, es confundida con hidropesía por el estudiante de Medicina, que le acompañaba desde Esquivias, y probablemente también por su médico. La diabetes no se conoce como tal enfermedad hasta los años veinte del siglo pasado, y por aquellas calendas la hidropesía no era un síntoma sino una enfermedad cuyo origen desconocían los físicos de la época. El texto más antiguo que hemos consultado sobre el significado del término "hidropesía" es el Diccionario castellano con las voces de ciencia y arte, de Esteban de Terreros y Pandro, de 1787. En él se dice que "es enfermedad causada por una masa de agua, que se junta en alguna parte del cuerpo". Por tanto, cuando Cervantes a lomos de su jumento patilargo confiesa al estudiante que está cansado, que las carnes le enflaquecen y que tiene sed4 recibe el diagnóstico lógico de hidropesía, ya que el exceso de agua que bebe el enfermo se "junta como masa de agua en alguna parte del cuerpo". Puede advertirse en esta secuencia que el estudiante no tiene futuro alguno ni como diagnosticador, ni como pronosticador de la evolución del mal: "Esta enfermedad es de hidropesía, que

 

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