Cuidados Paliativos en el Niño con Enfermedad Terminal

Uno de los aspectos más importantes es el  alivio del dolor, el cual continúa siendo subestimado en los niños; esta premisa tan importante de la medicina debe realizarse con todos los recursos que se tengan a la mano, incluyendo fármacos, psicoterapia y radioterapia. Para atender el dolor no debe haber horarios rígidos, y en caso de dolor de difícil control se habrá de recurrir a la  Clínica del Dolor, ya que más de 50 por  ciento de los niños con enfermedades crónicas experimentan dolor.(4)

El apoyo psicológico es primordial, pues ante esta situación las reacciones de los niños son diversas, por ejemplo, culpa, enojo, tristeza y temor especialmente a ser hospitalizados y a padecer los rigurosos estudios y tratamientos comunes. Según Piaget, el concepto de muerte es variable de acuerdo a la edad y sólo después de los 12 años se comprende su carácter irreversible.

Es de capital importancia la interacción con los padres para evitar la sobreprotección y el ocultamiento de la información. Los grupos de apoyo integrados por padres que han sufrido la pérdida de un hijo en circunstancias similares se han convertido en una ay u d a invaluable, probablemente una de las más útiles para quienes recientemente confrontan esta situación, por lo cual resulta conveniente que los hospitales impulsen y estimulen a dichas agrupaciones.

En la comunicación con el paciente y la familia, el secreto profesional ha de ser respetado, particularmente en niños con inmunodeficiencia adquirida, y todo el personal debe actuar con prudencia evitando comentarios ligeros en cualquier sitio.(5,7,8)

La huella que deja una muerte es indeleble, y la aceptación por parte de la familia es un proceso difícil. La muerte de un niño no tiene parangón, pues representa uno de los hechos más dramáticos y dolorosos que puede experimentar un ser humano. ¿Cómo aceptar que un niño muera, si representa el recurso más importante de las naciones, la promesa de un  futuro como retóricamente