La bioseguridad farmacéutica, aparece entonces como un área de acción fundamental, estrechamente asociada a la fármaco-vigilancia. Es así como aun los medicamentos ya lanzados al mercado siguen siendo evaluados por los laboratorios que los producen y por las autoridades competentes. Por lo tanto, cobran aquí un papel muy importante las normas y reglamentaciones que se deben dictar y hacer cumplir, para la protección de la salud pública. El interés constante de los laboratorios de investigación farmacéutica, junto con los organismos oficiales de fiscalización y supervisión, aseguran el cumplimiento de ellas, de tal modo que ejercen una verdadera vigilancia y autocontrol de los productos elaborados. De este modo, la comunidad está protegida con el proceso continuo de evaluación y control de calidad farmacéutica. Dos ejemplos ilustrarán el valor de la investigación permanente y de la farmacovigilancia.
Uno de los puntos de mayor relevancia que recibe la mayor atención de los especialistas de todo el mundo, es hallar los medios más idóneos para evitar la transmisión accidental de enfermedades virales graves, principalmente el SIDA y las Hepatitis B, NoA-NoB y C. Los principales vehículos de transmisión son las transfusiones de sangre o sus derivados y ciertos instrumentos y aparatos, como los que se utilizan para realizar las diálisis renales crónicas. Las normas al respecto son cada vez más estrictas, para preservar así la seguridad tanto de los donantes como de los receptores.
Otro ejemplo es la utilización de sangre de donantes voluntarios, evitando así a los remunerados, cuya condición social y sanitaria, por lo general, no cumple con los criterios preestablecidos. Otra medida que asegura la calidad del producto es la continua inv
Comentarios
Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.