(Primera parte) | 19 ABR 07

Regeneración acelerada de las lesiones musculares/Nuevas tendencias terapéuticas

Las lesiones musculares, contusiones y distensiones o roturas musculares son traumatismos habituales en la fisioterapia deportiva, y su incidencia supone entre 10 y 55% de todas las lesiones deportivas. Los músculos se pueden lesionar por un golpe directo, lo que provoca una fuerza de compresión excesiva, es decir, una contusión; y si se aplica una fuerza tensora elevada, produce una distensión.
Autor/a: José Manuel Sánchez, especialista en recuperación deportiva VOL IV. / No. 7 / MAYO / 2006
Lesiones musculares de causa intrínseca

Lesiones musculares de causa intrínseca

Dentro de las lesiones musculares sin afectación evidente de la estructura y sin alteración ecográfica se encuentra el calambre, la contractura y el dolor muscular de origen tardío (DOMS). En este capítulo sólo describiré las lesiones estructurales del músculo por considerarlas más importantes desde la clínica deportiva y la anatomopatología. En dichas lesiones musculares existe una afectación de la estructura, alteración ecográfica, y se corresponderían con la elongación muscular, rotura parcial o distensión muscular y rotura total. La elongación muscular es consecuencia de un estiramiento excesivo de las fibras musculares sin provocar su rotura. El paciente se queja de dolor agudo e impotencia funcional y no existe ni hematoma ni equimosis.

 

Las distensiones o roturas de fibras musculares se producen con mayor frecuencia en los músculos biarticulares (cuádriceps, isquiotibiales, gemelos) como consecuencia de una descoordinación neuromuscular momentánea. Las distensiones más frecuentes no son las roturas completas, sino las roturas parciales del tejido muscular, cuya principal localización es la unión miotendinosa. La clasificación clínica de las lesiones musculares depende de la naturaleza intramuscular o intermuscular del hematoma o de la gravedad de la lesión:

• Grado I. Desgarro de unas pocas fibras, aunque la aponeurosis está intacta. Si hay hematoma intramuscular, éste suele tener un tamaño inferior a 1 cm.

• Grado II. Desgarro de un número moderado de fibras, mientras que la aponeurosis permanece intacta, aunque existe hematoma localizado. La rotura fibrilar es inferior a un tercio de la superficie muscular y el hematoma acompañante es inferior a 3 cm. Ocasionalmente puede haber un hematoma interfascial pequeño.

 

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