Entre los diferentes modelos de conducta suicida se hallan el modelo médico, el sociológico y el de salud pública. Con la intención de integrar estos modelos, se describen estrategias que diversos investigadores han formulado para la prevención de la conducta suicida.
Si se desea reducir la tasa de suicidio y mitigar sus efectos sobre los sobrevivientes, es esencial la provisión de información apropiada y entrenamiento a las organizaciones o grupos de relevancia y público en general. Los puntos siguientes son de particular consideración:
1. Los profesores y los orientadores deben ser informados sobre la depresión y otros disturbios psicológicos en el contexto escolar y sobre los factores de riesgo suicida agudos y crónicos. Deben ser capacitados para la adecuada referencia de estudiantes a otras instituciones de ayuda. Lo anterior requiere entrenar a los educadores en destrezas interpersonales y comunicacionales necesarias para establecer una relación de confianza con tales alumnos (10 -13).
La interrelación eficiente entre Servicios de Salud Mental y Centros Educacionales, puede ser la mejor forma de responder al suicidio o a los intentos de suicidio de los alumnos (10).
2. Los servicios policiales deben asegurar que su personal posea las destrezas psicológicas básicas para manejar un intento o un suicidio. Sobre la base de su propia experiencia deberían organizar cursos y confeccionar normas de procedimientos que incluyan, por ejemplo, cómo apoyar a los familiares del caso índice hasta la llegada del médico (31).
3. Los servicios de ayuda telefónica debieran ser sometidos a investigación para evaluar su rol preventivo. Es necesario centrarse sobre aspectos como el entrenamiento de los voluntarios, su relación con otras instituciones de ayuda o de salud mental y seguimientos a largo plazo de las p