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/ Publicado el 19 de septiembre de 2025

Concepto "Fat but fit"

¿Son correctos los rangos del índice de masa corporal?

Una investigación presentada en el congreso anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) 2025 revela que personas con sobrepeso e incluso obesidad leve pueden presentar tasas de mortalidad similares a aquellos con peso normal alto.

Fuente: European Association for the Study of Diabetes

La relación entre el índice de masa corporal (IMC) y la mortalidad ha sido objeto de intenso debate en la comunidad médica internacional. Durante décadas, se ha establecido que el rango de IMC de 20-25 kg/m² representa el punto óptimo, pero un estudio dirigido por la Dra. Sigrid Bjerge Gribsholt del Steno Diabetes Center Aarhus presenta evidencia convincente de que los rangos tradicionales de IMC asociados con menor mortalidad pueden estar desplazándose hacia valores superiores.

Metodología del estudio

Los investigadores analizaron datos de salud de 85 761 individuos, con una representación predominantemente femenina (81,4 %) y una edad mediana basal de 66,4 años, seguidos durante un período de cinco años. Las variables confusoras críticas fueron sexo, nivel de comorbilidad y nivel educativo. Durante el período de seguimiento se registraron 7555 defunciones (8 % de la cohorte). La población de referencia se estableció en individuos con IMC de 22,5-<25.0 kg/m².

Resultados principales

Los resultados más impactantes se observaron en las categorías de bajo peso. Los individuos clasificados como bajo peso (IMC <18.5 kg/m²) presentaron un riesgo de mortalidad 2,73 veces mayor, en comparación con la población de referencia.

Incluso dentro del rango tradicionalmente considerado "normal", se observaron variaciones significativas en el riesgo de mortalidad. Los individuos con IMC de 18,5-<20 kg/m² mostraron el doble de riesgo de muerte, mientras que aquellos con IMC de 20-<22,5 kg/m² presentaron un 27 % mayor riesgo de mortalidad comparado con la población de referencia.

Contrariamente a las expectativas basadas en guías clínicas tradicionales, los individuos con sobrepeso (IMC 25-<30 kg/m²) y obesidad leve (IMC 30-<35 kg/m²) no mostraron incremento en el riesgo de mortalidad, comparado con la población de referencia. Este hallazgo respalda empíricamente el concepto de "metabólicamente saludable" o "fat but fit".

Los datos revelan un patrón complejo en las categorías de obesidad más grave. Mientras que la obesidad moderada (IMC 35-<40 kg/m²) se asoció con un incremento modesto del 23 % en el riesgo de muerte, la obesidad severa (IMC ≥40 kg/m²) duplicó el riesgo de mortalidad comparado con la población de referencia.

Implicancias

La Dra. Gribsholt propone explicaciones multifactoriales para estos hallazgos aparentemente paradójicos. La causa reversa representa un mecanismo plausible: individuos pueden experimentar pérdida de peso como consecuencia de enfermedades subyacentes, creando la apariencia estadística de que el IMC más alto confiere protección.

Adicionalmente, existe la posibilidad de que individuos con IMC elevado que alcanzan edades avanzadas posean características protectoras intrínsecas que influyen en los resultados observados. Esta hipótesis sugiere un sesgo de supervivencia, donde solo los individuos con obesidad metabólicamente favorable alcanzan la edad de estudio.

El Profesor Jens Meldgaard Bruun enfatiza la importancia crítica de la distribución del tejido adiposo por encima del IMC absoluto. La grasa visceral, metabólicamente activa y localizada profundamente en el abdomen, secreta compuestos que afectan adversamente la salud metabólica.

Esta diferenciación explica por qué individuos con distribución androide (forma de manzana) pueden presentar diabetes tipo 2 o hipertensión arterial con el mismo IMC que individuos con distribución ginecoide (forma de pera) que permanecen metabólicamente saludables.

Los hallazgos subrayan la necesidad de personalizar el tratamiento de la obesidad, considerando no solo el IMC, sino también la distribución grasa y la presencia de comorbilidades metabólicas al establecer objetivos de peso. Esta aproximación holística puede optimizar los resultados clínicos y evitar intervenciones potencialmente innecesarias o contraproducentes.

Se abren múltiples líneas de investigación. La caracterización detallada de perfiles metabólicos en individuos "fat but fit" podría identificar biomarcadores predictivos de supervivencia. Similarmente, el estudio de intervenciones dirigidas a modificar la composición corporal, independientemente del peso total, representa un área de interés traslacional significativo.

La personalización del manejo del peso corporal, considerando distribución adiposa, estado metabólico y comorbilidades, emerge como un imperativo clínico basado en esta evidencia. Simultáneamente, la vigilancia intensificada del bajo peso, particularmente en poblaciones vulnerables, se confirma como una prioridad.