Noticias médicas

/ Publicado el 23 de octubre de 2007

Cómo salvar dos millones de vidas al año

Más de 200 revistas científicas unidas por la salud y el desarrollo

100 artículos tratan diferentes temas sobre cómo alcanzar los Objetivos del Milenio. La distribución de antirretrovirales o la mejora de la nutrición, clave en la salud global.

ÁNGELES LÓPEZ

MADRID.- La seguridad en el parto, el tratamiento de la malaria, el sida o la carencia de alimentos son algunos de los temas que reflejan los artículos que publican 230 revistas científicas de todo el mundo. Se trata de una iniciativa del Consejo de Editores Científicos con la que pretenden concienciar y estimular investigaciones sobre pobreza y desarrollo humano.

Dos tercios de la población mundial vive en países con medios o bajos recursos. Algunos datos, como que más del 99% de las muertes que ocurren en niños menores de cinco años se produce en estados empobrecidos, evidencian la relación entre economía y salud.

"Sólo mediante una exhaustiva e intensa investigación se conseguirán los Objetivos del Milenio y que el mundo pobre se beneficie de los recursos esenciales, el conocimiento y las técnicas disponibles en las naciones desarrolladas", afirma un editorial de la revista 'The Journal of the American Medical Association' ('JAMA'), una de las publicaciones que participa en la Publicación Global sobre Pobreza y Desarrollo Humano 2007.

"Sólo mediante una exhaustiva e intensa investigación se conseguirán
los Objetivos del Milenio"

Es la tercera vez que se lleva a cabo una iniciativa como esta, aunque este año ha conseguido un mayor apoyo que el que logró en 1996 o en 1997. Doscientas treinta revistas de 34 países de todo el mundo se han unido para publicar más de 100 manuscritos sobre siete grandes temas: la seguridad en el parto, el VIH/sida, el tratamiento contra la malaria, la carencia de alimentos y la conducta sexual, las intervenciones para mejorar la supervivencia infantil, la fuga de cerebros en los países en vías de desarrollo y el impacto de la gripe en los niños.

Unas pésimas condiciones laborales y una limitada perspectiva de futuro en sus países han hecho que muchos profesionales de la salud migren a naciones más ricas. Este hecho tiene consecuencias considerables para los estados más pobres. Según la Organización Internacional para la Migración, las naciones en vías de desarrollo gastan cada año unos 500 millones de dólares en formar a sanitarios que luego abandonan sus residencias para trabajar en Norteamérica, Europa Occidental o el sur de Asia.

Un programa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Iniciativa en Política de Migración de los Trabajadores Sanitarios, puede dar alguna solución a este desequilibrio. Se trata de promover acuerdos entre países para intercambiar profesionales o compartir determinadas técnicas entre hospitales.

Tener en cuenta las características de cada país es crucial a la hora de poner en marcha medidas preventivas de salud

"Para poder llevar a cabo estos acuerdos, los países desarrollados deben producir suficientes trabajadores sanitarios para cumplir sus propias necesidades", explica Francis Omaswa, copresidente de la iniciativa de la OMS y director ejecutivo de la Alianza Global de Especialistas en Salud. Además, insiste Omaswa, los países ricos deberán ofrecer financiación a los más pobres para preparar profesionales y construir infraestructuras.

Por otro lado, las naciones pobres necesitan esforzarse en mejorar las condiciones de médicos y enfermeras y crear oportunidades para que mejoren. Un modelo a cumplir podría ser el de Malawi que ha desarrollado un programa con el que reclutó a más de 700 profesionales en 2005 gracias a mejores salarios y condiciones laborales.

Medidas eficaces

Otro ejemplo de cómo un programa y un entrenamiento de los profesionales pueden conseguir grandes logros se da en el trabajo que han llevado a cabo un equipo del Centro para la Investigación de Enfermedades Infecciosas de Zambia y que publica también la revista 'JAMA'. El estudio muestra que la administración de antirretrovirales, desde los centros de atención primaria, logra importantes beneficios sobre la población infantil con VIH sin necesidad de recurrir a especialistas en esta infección.

Conocer las características de cada país es también crucial a la hora de poner en práctica medidas preventivas de salud. Este hecho se evidencia en una investigación, publicada en 'The Journal of Infectious Diseases', en la que se ha comprobado que la vacuna de la gripe tiene distinta eficacia si se administra en zonas rurales o en ciudades. Esto se debe a que los niños que viven en el campo presentan un peor estado nutricional y una mayor incidencia de infecciones por parásito que interfieren en la respuesta inmunitaria. Por ello, es fundamental mejorar estos aspectos para lograr una mayor eficacia de la vacuna.

Intervenciones que mejoren la nutrición y las medidas higiénicas reduciría la mortalidad infantil

La información es otra valiosa herramienta en la lucha contra las desigualdades en la salud. Según un estudio, realizado en diferentes aldeas de la India, en los lugares donde se dieron charlas sobre los servicios sanitarios, sociales o educacionales que el Gobierno ofrece gratuitamente, algunos indicadores de salud mejoraron: se empezaron a realizar más exámenes prenatales, las mujeres tomaron más suplementos antes del embarazo, se vacunaron más personas del tétanos y mejoró la inmunización infantil.

No obstante, paliar el hambre en estas poblaciones es fundamental si se pretende mejorar los índices de salud global. "Implementar intervenciones que mejoren la nutrición infantil y ofrecer un agua limpia y combustibles no peligrosos para los hogares de niños menores de cinco años podría significar una reducción anual en las muertes infantiles de 49.700 (14%) en Latinoamérica y Caribe, 800.000 (24%) en el sur de Asia y casi un millón y medio (31%) en el África Subsahariana", explican los autores de otro estudio realizado por investigadores de la Universidad Harvard en Cambridge, Massachuset (EEUU).

"Romper el círculo de la enfermedad y la pobreza y reducir las desigualdades en la salud requerirá de un concertado acuerdo para crear y aplicar conocimientos que mejoren la capacidad de los individuos, comunidades y sistemas sanitarios para cumplir las necesidades globales de salud", afirman en otro editorial de 'JAMA', Robert Eiis y Roger Glass, del Fogarty International Center, la rama internacional de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU.