Según se desprende de un estudio realizado por un equipo de investigadores del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, Estados Unidos, y publicado en la edición digital de la revista 'Journal of the National Cancer Institute', la experiencia de los cirujanos a la hora de realizar una prostatectomía y extraer la glándula prostática influye en las tasas de éxito de la operación y en la posibilidad de que el cáncer pueda reaparecer.
De esta manera, el hecho de que los cirujanos más experimentados lleven a cabo una cirugía más próspera y la posibilidad de que el cáncer vuelva a reaparecer disminuya se constituye como "una opinión válida", si bien hasta ahora había pocos datos que sustentaran dicha afirmación. Es por esta razón que los investigadores analizaron datos de 72 cirujanos de 4 centros y 7.765 de sus pacientes con cáncer de próstata a los que se realizó una prostatectomía entre los años 1987 y 2003, teniendo en cuenta el número de veces en que cada cirujano había operado antes de cada nueva intervención. Además, una mayor experiencia quirúrgica fue asociada con una mayor probabilidad de que el cáncer de los pacientes no volviera a resurgir tras la operación.
Tras analizar los datos, se observó una drástica mejora en el resultado de los pacientes cuando los cirujanos habían realizado más de 250 operaciones, relacionándose este aumento de experiencia con una pequeña influencia en la recurrencia del cáncer. Por el contrario, los pacientes tratados con cirujanos inexpertos -clínicos que, por ejemplo, sólo habían realizado 10 intervenciones- tenían un 70% más de posibilidades de una recurrencia del tumor en menos de cinco años que aquellos que habían operado más de 250 veces (17,9% frente al 10,7%, respectivamente).
En palabras del coordinador del estudio, el Dr. Andrew Vickers, aunque estos datos demuestran la evidencia de que es necesario una practica quirúrgica, "se deben ofrecer más oportunidades para que los nuevos cirujanos entrenen la técnica en sus primeros años de profesión".