El 30 por ciento de las embarazadas de la provincia de Buenos Aires no reciben hierro durante el embarazo para prevenir la anemia, según reveló ayer un informe del Ministerio de Salud bonaerense.
Otro estudio de la cartera sanitaria provincial, realizado con Unicef, demostró que este déficit de hierro alcanza al 24 por ciento de las embarazadas del distrito.
La prevención de la anemia en el embarazo mediante la prescripción de hierro permite evitar muertes maternas, nacimientos prematuros y partos complicados por la falta de energía que ocasiona el déficit en la madre. También disminuye el riesgo de problemas en el crecimiento, en el desarrollo psicomotor y en las capacidades cognitivas del recién nacido. Sin embargo, un relevamiento realizado en hospitales públicos bonaerenses entre 2700 parturientas reveló que el 30 por ciento no había agregado este mineral a su dieta antes de dar a luz.
"Es frecuente ver embarazadas con sobrepeso, pero al observar los análisis de sangre detectamos que están anémicas, sobre todo en el tercer trimestre de gestación", explicó Perla Farinato, obstetra del Programa Maternoinfantil del Ministerio de Salud provincial.
Entre los factores que aumentan la predisposición a padecer anemia, figura el haber tenido muchos hijos, sobre todo con intervalos inferiores a dos años entre un embarazo y el siguiente, y tener antecedentes de menstruaciones abundantes, algo frecuente en las mujeres que usaron dispositivo intrauterino.
"Tienen mayor riesgo de padecer anemia las embarazadas adolescentes, las que tienen una dieta con poco hierro y las que sufren alguna parasitosis", precisó Farinato.
El hierro es un componente fundamental de la hemoglobina de los glóbulos rojos. Su función consiste en combinarse con el oxígeno en los pulmones y transportar este elemento vital a todo el organismo.
Las autoridades sanitarias bonaerenses y los médicos del distrito reiteraron que es tan significativa la necesidad de hierro durante el embarazo que con sólo consumir más carnes, legumbres, leches y harinas fortificadas no alcanza.
"La suma de los requerimientos del bebe y la placenta, más la expansión del volumen sanguíneo materno y las pérdidas de sangre que se producen durante el parto, hacen que la necesidad de hierro alcance cifras máximas en un período muy corto, por lo que se requieren reservas previas", explicó María Vojkovic, jefa del área de nutrición del hospital provincial Noel Sbarra, de La Plata.