NURIA BAENA
Ante la incertidumbre que provoca la llegada del frío al hemisferio norte y el previsible recrudecimiento de la gripe A en esta zona, un nuevo modelo matemático, publicado en la versión digital de la revista 'Annals of Internal Medicine', señala que en un área urbana de unos 8,3 millones de habitantes con características demográficas similares a las de la ciudad de Nueva York, comenzar la campaña de vacunación en octubre en lugar de en noviembre podría salvar unas 600 vidas más y permitiría ahorrar cerca de 150 millones de dólares.
Este modelo predictivo, desarrollado por investigadores de la Universidad de Stanford, en EEUU, sostiene que una vacunación en octubre evitaría 2.051 muertes y permitiría ahorrar 469 millones de dólares en una urbe parecida a 'la gran manzana', mientras que vacunar en noviembre 'sólo' prevendría 1.468 muertes y ahorraría 302 millones de dólares respecto a que no hubiese ninguna vacunación.
No obstante, los autores reconocen que, ya sea antes o después, es mucho mejor llevar a cabo la campaña de vacunación que no hacerlo. Tal y como resume Nayer Khazeni, una de las autoras, "la estrategia que permitirá salvar más vidas y ahorrar más costes es vacunar al mayor numero de gente posible cuanto antes".
Basándose en los resultados de una campaña de vacunación contra la gripe porcina que se llevó a cabo en Nueva York en 1976, los investigadores han concluido que una cantidad importante de la población podría ser vacunada en una campaña de 10 días. Además, según los autores del estudio, la vacuna inmunizaría por completo al 75% de los vacunados 14 días después de recibirla.
Sin embargo, son las vacunas las que se están haciéndose esperar ya que, tal y como han reconocido las autoridades de salud pública estadounidenses, una inmunización contra el virus H1N1 a gran escala podría no ser posible en octubre. No obstante, los Centros para el Control y prevención de Enfermedades ya han comenzado la campaña, la mayor en la historia de EEUU, informa EFE. A lo largo de esta semana, el gobierno espera garantizar el acceso gratuito de los ciudadanos a un máximo de 7 millones de vacunas, algunas de ellas en forma de inyección. El objetivo es sacar de los almacenes una media de 20 millones de dosis semanales y completar el reparto del suministro antes de que acabe el año.
Actualmente se considera que unos 45 millones de dosis que servirían para inmunizar al 15% de la población estadounidense. A los ojos de los autores de este estudio, esta cifra sería suficiente como para que se notasen los beneficios de una temprana campaña de vacunación, que permitiría ahorrar un dinero en hospitalizaciones que podría ser aprovechado para vacunar a un mayor número de personas.
Según reconocen los investigadores, aunque la cobertura total de la población por una vacuna eficaz contra la pandemia del H1N1 sería deseable, este objetivo no parece ser alcanzable en términos logísticos para este otoño, pero vacunar al 44% de la población podría ser suficiente para ralentizar la expansión de la transmisión del virus al introducir la 'inmunidad de rebaño' en la población (protegiendo indirectamente a los individuos no vacunados contra el virus, al inmunizar a una gran parte de las potenciales victimas) y acortando el alcance de la pandemia.
A pesar de que, por ahora, la vacuna contra el A/H1N1 no parece contar con serios efectos secundarios, los investigadores también han querido tener en cuenta en su modelo las potenciales reacciones adversas, a pesar de las cuales la vacunación masiva seguiría resultando rentable, tanto en términos económicos como en vidas humanas. Según sus cálculos, los efectos secundarios sólo provocarían dos muertes en una ciudad como Nueva York si se inmunizase al 40% de sus habitantes.
Ventajas de una pronta vacunación
El doctor Francisco Guillén, director de la Unidad de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Clínica Universitaria Navarra, considera que se trata de un estudio técnicamente adecuado del que se desprende que cuanto antes se vacune contra la gripe A menor será la mortalidad y mayores los beneficios económicos, algo perfectamente aplicable a España.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), Ferrán Segura, también apoya una pronta vacunación, pero sin olvidar los criterios de seguridad que deben acompañar a la inmunización. Este experto aclara que este tipo de modelos son interesantes dado que las medidas preventivas siempre se basan en la evaluación coste-beneficio, pero aconseja examinarlos con cautela, ya que sus resultados son especulativos y están sujetos a un alto índice de error.
Por otra parte, los autores de este modelo matemático defienden que puede ser utilizado en el futuro para analizar potenciales pandemias, como la que podría provocar el H5N1, causante de la popularmente conocida como gripe aviar. Es precisamente este virus el que inspira otro estudio que firman los mismos autores y que se publica simultáneamente en 'Annals of Internal Medicine'.
Este segundo trabajo, que también sitúa sus hipótesis en una ciudad similar a Nueva York, analiza las reservas de vacunas y antivirales como Tamiflu y Relenza y su distribución extensiva para uso preventivo en el caso de que se desencadenase un brote a nivel local.
Al contrario que en el caso del A/H1N1, el H5N1 necesitaría de dos dosis y de un adyuvante (que según los autores permitiría reducir la dosis individual necesaria hasta 45 veces) para conseguir altas respuestas de inmunidad en humanos.
Ante estos resultados, Khazeni cree que los suministros de antivirales y adyuvantes por parte de la Reserva Estratégica Nacional (SNC en sus siglas en inglés) del gobierno estadounidense deberían aumentar, ya que resultarían útiles no sólo contra el H5N1, sino también frente a otras cepas de la gripe con potencial pandémico que podrían surgir en cualquier momento.
ARRANCA EN DOS ESTADOS
EEUU empieza a vacunar contra la gripe A en la mayor campaña de su historia
Los primeros en vacunarse fueron médicos, enfermeras y personal de emergencia
EFE
Washington.- EEUU ha iniciado este lunes en hospitales de Indiana y Tennessee la campaña de vacunación más masiva de su historia, en la que distribuirá 250 millones de dosis para tratar de inocular contra la gripe A al menos a la mitad de su población.
Las primeras dosis de la vacuna, todas ellas en forma de inhalador nasal, comenzaron a administrarse un día antes de lo previsto por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades del país (CDC), que en un principio calculaba que el primer suministro de 600.000 dosis estaría disponible a partir del martes.
El Departamento de Salud de Estados Unidos coordinó la pasada semana el reparto de ese primer cargamento, procedente de cinco fabricantes distintos y repartido a los estados a través de un solo distribuidor.
Los primeros en vacunarse fueron los médicos, enfermeras y personal de emergencia de dos hospitales de Indiana y Tennessee, de acuerdo con las indicaciones del gobierno de inocular de forma prioritaria a los trabajadores de salud y los grupos con más riesgo de contagio.
Con estas primeras dosis, las autoridades sanitarias del país pusieron en marcha un complejo esquema preventivo en el que el gobierno ha invertido más de 2.000 millones de dólares.
En total, a lo largo de esta semana, el gobierno espera garantizar el acceso gratuito de los ciudadanos a un máximo de siete millones de vacunas, algunas de ellas en forma de inyección, según el CDC.
El objetivo de las autoridades es acelerar el ritmo de distribución a partir de la próxima semana, para sacar de los almacenes una media de 20 millones de dosis semanales y completar el reparto del suministro antes de que acabe el año.
Hasta el viernes, 47 estados y localidades habían encargado al gobierno más de 1,3 millones de dosis de la vacuna, para paliar una enfermedad que se ha extendido ya a todos los territorios del país y que ha causado alrededor de 600 muertes y 9.000 hospitalizaciones.
La cantidad de recursos que el gobierno ha invertido en la campaña y la rapidez con la que los laboratorios autorizados han concluido su trabajo han dividido a la población entre la expectación y la indecisión.
Entre la duda y el caos
Según una encuesta nacional divulgada el viernes por la Universidad de Harvard, la preocupación por la seguridad de las dosis y sus posibles efectos secundarios hacen dudar al 60% de los estadounidenses sobre si someterse a la vacuna.
Ese escepticismo contrasta con el caos en las centralitas de hospitales de todo el país, que aseguran estar saturadas de llamadas de ciudadanos deseosos de asegurarse una dosis de la vacuna.
La incertidumbre acerca de cuándo llegarán las vacunas a cada centro de salud tiene su origen en "la independencia de los estados a la hora de decidir cuántas dosis necesitan y a quién se las conceden con prioridad", según confirmó una portavoz del CDC.
Sin embargo, la falta de información precisa sobre un plan de contingencia concreto en caso de escasez de vacunas o de pánico entre la población inquieta tanto a los ciudadanos como a la comunidad médica, preocupada por el aumento de casos que se prevé con la llegada de la temporada de gripe estacional.
Estados Unidos ha concluido la carrera contrarreloj para fabricar y distribuir la vacuna casi a la par que Australia y sólo por detrás de dos países: China, que estrenó su fórmula en los soldados y estudiantes a finales de septiembre, y el Reino Unido, que ha empezado a vacunar a un millar de niños.
Por su parte, la Unión Europea ya ha autorizado dos vacunas y está enviando las primeras remesas, que en España comenzarán a dispensarse a principios de noviembre, mientras que América Latina no recibirá las dosis iniciales hasta enero de 2010.