Stress y muerte súbita

Mirar deportes no es apto para algunos cardíacos

Los hinchas de fútbol, emblemas de la pasión y, a veces, el riesgo.


La final de Wimbledon y la salvación de Racing de la Promoción son algunos ejemplos de momentos que generan alegrías pero también emociones extremas que desencadenan lo que los especialistas denominan estrés agudo

La final del Grand Slam de tenis de Wimbledon que se desarrolló el pasado domingo entre el número uno y dos del ranking, -el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal, respectivamente- ha sido uno de los espectáculos deportivos más emocionantes de los últimos tiempos. En la misma línea, la final de la Copa Libertadores, la Eurocopa o la definición del torneo local.

Sin embargo, el torneo de tenis es sólo un ejemplo de una cuestión que podríamos calificar como "mundial": la pasión que despiertan los espectáculos deportivos, y el riesgo que implica alegrarse, amargarse, enfurecerse o emocionarse hasta las lágrimas ante el triunfo, el empate o la derrota.

"El tema de los peligros que corren los fanáticos del deporte es importante. En nuestro país tal vez está más relacionado con el fútbol que es el que despierta las mayores pasiones. Cuando pensamos en la prevención, lo primero que hay que hacer es informar. Todos sabemos que cuando se va a realizar una actividad física, hay que hacer análisis y estudios pre-competitivos para saber si la persona está apta, pero en lo que respecta a los que están 'afuera del campo de juego', los datos son pocos", postuló a Pro-Salud News el doctor Gastón Albina, médico del Staff del Servicio de Electrofisiología y Arritmias del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA).

"Básicamente, el peligro radica en cómo recibe las emociones cada persona, porque estrés -entendido como la reacción del organismo frente a un estímulo- tenemos y sufrimos todos; por eso la clave está en cómo se capitaliza. Desde este punto de vista, no es lo mismo una persona que mira un partido de fútbol sin importante cuál sea el resultado que un fanático que está involucrado emocionalmente con alguno de los dos equipos, sobre todo si tiene enfermedades previas o latentes. Por eso, hay que distinguir y explicarle a la población que una cosa es el estrés crónico que es muy importante prevenir, y otra es el agudo -aquel que desarrollamos ante situación inicialmente placentera que luego se transforma en 'límite'- que tampoco es un tema menor", detalló el doctor Albina.

A la hora de los "datos concretos", hay numerosos estudios avalados por ejemplo por la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) que indican que las muertes súbitas y los infartos aumentan durante los espectáculos deportivos.

Uno de los más recientes, publicado en la revista New England Journal of Medicine (NEJM) luego del último mundial disputado en Alemania en el año 2006 afirmó que durante los encuentros que disputó el equipo local, el riesgo de padecer alguna de las afecciones mencionadas anteriormente aumentó dos veces, y hasta tres en las instancias definitorias. De hecho, según los reportes periodísticos de ese momento, se registraron fallecimientos en las tribunas.

"El estrés emocional es el gran protagonista de estos hechos que no sólo sufren quiénes van a la cancha sino también los que ven el partido en sus casas. Físicamente se produce una reacción que parte de la emoción que se genera ante una instancia decisiva de cualquier espectáculo deportivo que sea representativo para la persona que lo está mirando, que a su vez provoca una movilización hormonal y aparece la adrenalina que actúa aumentando la frecuencia cardíaca y la presión arterial", explicó a Pro-Salud News el doctor Norberto Debbag, médico cardiólogo y deportólogo.

"El inconveniente surge cuando ese proceso se desencadena en una persona que ya tiene afecciones previas, y más aún si no lo sabe y por ende no está tratada. Por eso lo que tenemos que destacar es la necesidad de desdramatizar los juegos y deportes y, por supuesto, conocer el estado de salud para poder prevenir", refirió el especialista.

Los padres: nervios y riesgo

Un estudio cuyas conclusiones forman parte de la reciente edición de la publicación Applied Social Psychology, señaló que los padres que observan a sus hijos practicando algún deporte son un "blanco fácil" para las emociones extremas y, por ende, el incremento del riesgo cardíaco.

"Por lo general cuando los padres que tienen de identificarse mucho con sus hijos y 'controlarlos' son más propensos a enfurecerse o experimentar emociones extremas cuando les toca presenciar algún acto en medio de una práctica deportiva que consideran 'injusto'. Esta actitud, por supuesto, repercute en importantes riesgos físicos", concluyó el investigador principal Jay Goldstein, de la Universidad de Maryland quién se dedicó el último tiempo a analizar el comportamiento de los padres durante partidos de fútbol en Washington DC.

Fuente: Pro-Salud News