Nota del Editor:
En los Estados Unidos las recomendaciones de suplir la dieta con hierro durante el embarazo están muy relativizadas y limitadas a las mujeres con déficit de hierro. En la Argentina la situación es diferente; existen áreas endémicas de déficit de hierro y un porcentaje importante de mujeres no tuvo acceso a una alimentación adecuada y rica en oligoelementos. Se considera que el 30% de las mujeres embarazadas en nuestro país tiene déficit de hierro. Por lo tanto, las recomendaciones del Ministerio de Salud Pública sugieren la suplementación con 60 mg de hierro por día a todas las mujeres durante el período gestacional.
Lo interesante de este artículo es que demuestra que aún en las mujeres con reservas de hierro normales, la suplementación con hierro es beneficiosa para el recién nacido.
Introducción
En 1993, el Instituto de Medicina de los Estados Unidos propuso recomendaciones respecto a la suplementación con hierro. En ese informe estableció que las mujeres que no estaban anémicas y que tenían valores adecuados de ferritina en sangre (> 20 g mg/l) no necesitaban suplementación con hierro durante el primer trimestre. Incluso se llegó a especular que la administración de hierro podría desviar la distribución de la hemoglobina y producir efectos adversos en las mujeres con un volumen plasmático inadecuado.
Sin embargo, un trabajo desarrollado en Cleveland, Ohio demostró que la suplementación con hierro en embarazadas sin anemia mejoró el peso del recién nacido a término y del recién nacido prematuro.
El presente trabajo tiene por objeto dilucidar estos aspectos.
Métodos
Desde agosto de 1997 hasta diciembre de 1999, durante la primera consulta prenatal, se incorporaron al estudio 2048 mujeres, de las cuales un total de 867 mujeres constituyó la base poblacional definitiva. Las 867 mujeres embarazadas fueron distribuidas en 4 grupos según sus niveles de ferritina. Estos grupos están descritos en la figura.
Figura. Distribución en forma aleatoria y doble ciego de los 4 grupos de tratamiento.
Los valores de ferritina y la concentración de hemoglobina se determinaron en la primera visita y en la semana 28-29 de la gestación. El déficit de hierro se definió como una ferritina en sangre < 20 g/l, y la anemia ferropriva se definió como la presencia de anemia junto con una ferritina en sangre < 20 g/l.
Se consideró que el recién nacido tenía bajo peso cuando estaba por debajo de los <2500 g y prematuro cuando el nacimiento se produjo antes de las 37 semanas.
Resultados y discusión
En las embarazadas que tenían al inicio del estudio valores normales de hemoglobina y ferritina, no se produjeron cambios en estos parámetros al término de la gestación.
Las mujeres que recibieron suplementación con hierro tuvieron recién nacidos con un peso promedio de 108 g superior a los recién nacidos de mujeres que no recibieron hierro. Asimismo, la tasa de partos prematuros fue inferior en las mujeres que recibieron hierro comparadas con las que no lo recibieron.
No está bien determinado el mecanismo biológico mediante el cual el hierro puede mejorar el peso en el recién nacido. Al respecto existen varias hipótesis: 1) un bajo valor en los depósitos de hierro puede afectar la función inmunitaria y aumentar la susceptibilidad de la madre a las infecciones de la vía vaginal; 2) la deficiencia de hierro puede aumentar las hormonas del estrés: norepinefrina y cortisol; y 3) la baja concentración de hemoglobina puede causar hipoxia crónica que activaría la respuesta del organismo al estrés aumentando los niveles circulantes de la hormona liberadora de corticotrofina.
Aspectos destacados
٭¿Qué se conocía del tema?
Las mujeres embarazadas suelen tener un déficit de hierro que repercute en forma negativa sobre el parto y el recién nacido.
La suplementación con hierro es perentoria cuando la mujer tiene anemia y valores bajos de ferritina.
٭¿Qué aporta el estudio?
Demuestra que la suplementación con hierro es beneficiosa aún en las mujeres embarazadas con valores normales de ferritina y de hemoglobina ya que aumenta el peso del recién nacido y reduce los partos prematuros.
٭ ¿Cómo se vincula a la práctica?
Se recomienda que todas las mujeres durante el embarazo, especialmente en el primer trimestre reciban una dosis de 60 mg de hierro diarios.