Noticias médicas

/ Publicado el 16 de septiembre de 2007

Consenso sobre duleces y endulzantes

Afirman que los dulces, en dosis justas, no hacen mal a la salud

Los especialistas están de acuerdo en no prohibirlos, pero piden que no se sobrepasen los límites.

Eliana Galarza

Ayer por la mañana, en la sede de la Asociación Médica Argentina, un grupo de nutricionistas de distintos países protagonizó y asistió a una serie de exposiciones sobre cómo incorporar -en forma saludable- los azúcares en la vida cotidiana. En ese marco se presentó una Declaración del Consenso Científico sobre los Dulces y los Endulzantes, es decir una toma de posición frente al tema. Una postura que se basa en no prohibirlos y que apoya la necesidad de saber administrarlos. ¿Buenas noticias para los golosos?

Que los científicos se hayan puesto de acuerdo en no prohibirlos no quiere decir que se los pueda incorporar sin límites. Al contrario, los especialistas recomiendan que la gente haga un esfuerzo por equilibrar su consumo de azúcares, "que provienen en general de los alimentos ricos en carbohidratos, frutas y lácteos", puntualizan las nutricionistas Adelina Ordoñez y Pilar LLanos. Una vez incorporados, el organismo los convierte en glucosa, una de las principales fuentes de energía para los procesos metabólicos que ocurren en el organismo.

Para tener una idea: si en un desayuno hay una croissant o una factura grande, convendría que el café o té, o la infusión que la acompañe, no tenga cucharaditas de azúcar porque esa factura también incorpora azúcares. (Ver detalles en Infografía)

"Hoy desayuné un café negro sin azúcar y una factura", le comentó a Clarín Adam Drewnowski, profesor de epidemiología y medicina del Centro Público de Nutrición de la Universidad de Washington, en los Estados Unidos. Con ese simple ejemplo, el especialista graficó el concepto de "equilibrar".

En el consenso presentado -que se elaboró en Bruselas hace un año- se establecen algunos de estos puntos:

La aceptación de lo dulce es innata y universal. Lo dulce guía a los mamíferos recién nacidos hacia los alimentos y bebidas seguros y nutritivos, mientras que lo amargo señala, de algún modo, un potencial peligro.

Los humanos hemos buscado alimentos dulces, bebidas dulces y edulcorantes a través de la historia; el sabor dulce continúa siendo un factor primordial para la elección de los alimentos y bebidas e influye en grandes sectores de la vida cotidiana.

La glucosa es esencial para la vida porque es el combustible primario que el cuerpo quema en sus procesos metabólicos para generar energía para las células.

Una frecuencia elevada de consumo de azúcares y otros carbohidratos fementables, combinada con la falta de una apropiada higiene bucal, ha sido vinculada al aumento de riesgo de caries. (Ver otros puntos en "Consenso").

Pero si hay verdaderos expertos en dulces, esos son los chicos. Para comentar su situación hay que incorporar otro concepto, el de calorías discrecionales. "Esas calorías representan el 'espacio' para consumir alimentos con más energía (azúcares y grasas) que nutrientes en el marco de una dieta saludable. El término deriva del concepto de que no hay alimentos buenos o malos, todos tienen un lugar en la dieta. Bajo esa perspectiva no hay que hablar de 'comida chatarra' sino enseñarles a los chicos qué y con qué frecuencia comer", explicó Sergio Britos, profesor titular de la Escuela de Nutrición de la UBA.

Britos dijo que en ese 'espacio' se pueden incluir azúcares y también los alimentos que los nutricionistas piden moderar: bebidas, jugos, alfajores, snakcs, facturas, galletitas rellenas. Siempre que se hayan incorporado antes los alimentos esenciales. Si ya ingirieron su cuota diaria de verduras y frutas, pueden tomar un helado. Pero el helado solo, no.

Los argentinos consumen un 10% más de lo permitido

La nutricionista Adelina Ordóñez, ex presidente de la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas, habló en su ponencia, la segunda de la mañana durante el Consenso de Azúcares y Edulcorantes, sobre la situación local respecto de los dulces. Y dio un dato que enciende una alarma. Mientras que en la estructura de una dieta recomendada, los dulces ocupan un 9 por ciento; en la ingesta de los argentinos llegan al 19 por ciento. Un 10 por ciento más de los permitido.

"Es un dato a tener en cuenta en el marco de la tendencia actual, donde la población reconoce la relación entre alimentación y salud, y en donde se apoyan propuestas con mayor nivel de información y no con prohibición", señaló Ordóñez. Queda claro que aquí hay una predilección por las carnes vacunas y una gran debilidad frente a los dulces.

"Hay que aprender a equilibrar"

Adam Drewnowski trabaja en el Centro de Nutrición de la Universidad de Washington. En charla con Clarín comentó: "A quienes tenemos que ver con la alimentación nos gustaría que todos consumieran pescados, frutas, carnes magras y verduras pero todo eso tiene un costo, por lo general mayor. El desafío es manejar al mismo tiempo la nutrición, el costo y el placer. Hay que aprender a equilibrar", dijo.

Puntos del consenso

1 Existen varias y diferentes fuentes de azúcares en la naturaleza, además del azúcar de caña, remolacha o maíz. Estas incluyen frutas, vegetales y leche.

2 El deseo por lo dulce también se satisface con edulcorantes intensivos, edulcorantes de bajo valor energético o con una combinación de los dos.

3 En la digestión no se diferencian los azúcares que encuentran naturalmente en los alimentos de aquellos que se adicionan. Todos los azúcares aportan 4 calorías por gramo.

4 Mantener un peso saludable depende de un manejo sensato de la energía proveniente de alimentos y bebidas y de estilos de vida inteligentes, como el hacer ejercicios regularmente.