Vida cotidiana

Afirman que no son seguras todas las sillas para llevar bebés en auto

Modelos más baratos pero poco confiables.

Noticias médicas

/ Publicado el 2 de octubre de 2006

Son conclusiones del CESVI (Centro de Seguridad Vial), que hizo una encuesta entre empresas aseguradoras. Advierten que los anclajes de las sillitas no se fabrican siguiendo normas únicas.

Las sillas para bebés en los autos pueden ser sólo decorativas si no cumplen ciertas normas. Sobre la cantidad de chicos lesionados en accidentes testeada por el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI), un gran número corresponde a quienes viajaban atados a sillas que no funcionaron bien o eran inadecuadas.

Así lo determinó el estudio del CESVI que analizó más de 15 mil accidentes con lesionados, ocurridos en 2005 y este año.

Entre ellos, 836 nenes con heridas y golpes de diferente consideración. La entidad agrupa a diez de las compañías aseguradoras más importantes que operan en el país.

Según el CESVI, el uso de sillas para bebés reduce la mortalidad en accidentes en un 70% en el caso de los bebés de meses, y en un 54% en el de chicos de 1 a 4 años, pero la vida de los nenes depende mucho de la elección del producto.

No todas las sillas tienen la misma eficiencia, porque su tecnología de atadura o de anclaje y otros elementos de seguridad dependen del tipo o marca de los vehículos en los que se usa. Esto quiere decir que no todas las sillitas sirven para todos los modelos de auto.

Los modelos de sillitas se agrupan según las edades y los pesos del niño (Ver infografía), por lo que van adaptándose a su crecimiento. Teniendo en cuenta que, de los menores lesionados en accidentes de tránsito, el 50% se encuentra dentro del vehículo —y una cantidad de ellos atados a sillitas para bebés—, el CESVI realizó la primera consulta a aseguradoras sobre el tema.

Sobre más de 15 mil lesionados en accidentes de tránsito, se puso la lupa sobre la situación de 836 bebés y chicos de hasta 12 años que habían salido lastimados de choques o vuelcos.

"La mitad se trata de chicos peatones o ciclistas, y el resto de pasajeros de autos y otros vehículos", dijo a Clarín el responsable de seguridad vial del CESVI, Gustavo Brambati.

El especialista explicó que "el estudio se hizo sobre los lesionados". Agregó que "por lo menos un 80% de los chicos lesionados eran los que no estaban atados y sufrieron golpes en la cabeza, contra el parabrisas y otras partes del vehículo".

Brambati señaló que "el 20 por ciento de los chicos pasajeros que salieron lastimados corresponde a los que viajaban atados a sus sillitas; ahí hubo fallas de anclaje o una velocidad de impacto superior a lo que podía soportar el asiento, o bien impactados por objetos dentro del habitáculo o por otros pasajeros que no estaban atados a cinturones de seguridad".

"Vemos que últimamente han ingresado al país muchas sillas de mala calidad, más baratas, pero con plásticos que se quiebran y dejan de contener al chico, desprendiéndose además del cinturón de seguridad", explicó Brambati.

Por una cuestión de costos, cambió la procedencia de las sillas importadas, y fueron llegando las fabricadas por ejemplo en China o México, países que no tienen una homologación de las normas requeridas por ese producto para ser completamente seguro.

A partir de ese punto, el CESVI produjo recomendaciones para el uso de sillas con triple anclaje o atadura, lo que evita el efecto bisagra: "Por el peso de su cabeza, el chico se vuelca hacia adelante y cae boca abajo, porque el asiento no tiene un anclaje en la parte superior del respaldo", explicó Brambati.

Algunas sillas se ajustan con el cinturón de seguridad y otras cuentan con anclajes específicos puestos por el fabricante en cada vehículo. Estos anclajes especiales, llamados Isofix o Latch, no se confeccionan siguiendo normas únicas. Por eso es necesario usar una silla distinta para cada marca de auto. No todo se soluciona entonces instalando el famoso "huevo". Es clave saber si el modelo de silla elegido podrá ser fijado con seguridad al vehículo. Las sillas para bebés cuentan con una norma en países de la Comunidad Europea pero no en países como la Argentina. No rigen aquí normas, salvo la ubicación de los menores en el asiento trasero, como las que determinan especificaciones técnicas de las sillitas.

Esto ocurre cuando ya se encuentra en estudio una nueva generación de cinturones de seguridad con un sistema de cuatro puntos (el número marca la cantidad de anclajes), diseñado a partir del actual sistema de tres puntos.

Son parecidos a los de competición, pero se diferencian porque estos últimos (de cinco puntos) utilizan un anclaje más que se conecta por la entrepierna y evita el deslizamiento hacia la pedalera.


Un protagonista
Eduardo San Pedro
esanpedro@clarin.com

La Argentina es uno de los países que más accidentes de tránsito anuales contabiliza. Y los excesos de velocidad, la falta de respeto a las normas de circulación y la ausencia o mal uso de luces están a la orden del día. Y en este panorama sobresale un protagonista: el cinturón de seguridad. Muchos no lo usan, entre ellos, no pocos taxistas y sus pasajeros. ¿Qué pasa con los chicos en este caos?. Dependen, obviamente, de la actitud de los padres, que muchas veces tienen buenas intenciones pero no toman las precauciones debidas para que cuenten con una sillita con anclajes homologados y probados. Esa silla no es un juguete más, aunque sea colorida y tenga un diseño amable. Es el cinturón de seguridad infantil.


Recomendaciones para tener en cuenta

Las fallas e insuficiente seguridad de las sillas no homologadas —en la Argentina no se homologan sillas de seguridad— son las que preocupan al ingeniero Gustavo Brambati, el jefe de Seguridad Vial del CESVI Argentina. Por eso recomendó elegir solamente modelos de butacas que hayan sido testeadas y certificadas en Europa y Estados Unidos.

Señaló que las butacas deben tener información acerca del peso y la altura que soportan, la forma de instalación y la identidad del fabricante. Además agregó la exigencia de la certificación FMVSS 213, el nombre de modelo, número de serie y fecha de fabricación.

El "Informe mundial sobre prevención de los traumatismos causados por el tránsito" de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sugiere a su vez recomendaciones, basadas en estadísticas:

En bebés de 0 a 15 meses con un máximo de 13 kilos, las sillas colocadas en el sentido contrario a la marcha reducen todos los traumatismos en un 76%, y las lesiones graves, en un 90%. Colocadas mirando "hacia adelante", la eficacia cae: todos los traumatismos se reducen al 34% y los graves en un 60%. "Las sillas de seguridad colocadas en el sentido contrario a la marcha distribuyen de forma óptima la fuerza del impacto sobre la espalda y la cabeza de los bebés", indicó.

Para chicos de entre 9 y 18 meses con un peso de entre 9 y 18 kilos, los asientos adecuados "son los que van colocados mirando hacia adelante", dice el estudio. "Para niños mayores, hasta los 11 años, se pueden combinar cojines elevadores de un grosor adecuado con los cinturones de seguridad ordinarios".

También se recomendó cuidado con los airbag: "En los EE.UU. muchos niños han resultado gravemente heridos o han muerto al ir sentados en sillas infantiles de seguridad orientadas hacia la parte trasera cuando el vehículo disponía de bolsa autoinflable".

En Argentina, el problema se agrava por el descuido de los mayores. La Asociación Civil Luchemos por la Vida realizó en el año 2004 una observación directa en 440 autos particulares que circulaban por la ciudad con chicos. Alberto Silveira, de Luchemos, distribuyó uno de los resultados: "El 37% de los autos tenía por lo menos un chico en el asiento delantero". La OMS, en este sentido, es muy clara: "A falta de este tipo de asientos, debería aconsejarse a los padres que no lleven a los niños en el regazo, ya que en caso de choque podrían resultar aplastados". Y en el asiento delantero, demás está decirlo, jamás.

"Muchos buscan una sillita que combine con el tapizado del auto"


"La mayoría de los padres compran las sillitas de bebés para los autos por precio, antes que por seguridad", confiesa Paola Vietes, vendedora de la casa para bebés Planeta BB, de la avenida Cabildo, en Belgrano.

En toda una pared del local se exhiben unos 15 modelos de sillas que van de los $ 199 hasta los $ 1.100. Y varían su costo según el peso del bebé (de 0 a 36 kilogramos), la calidad de los materiales, la marca y, si son "homologadas (es decir, cumplen las normas de seguridad y además las han testeado) o no homologadas (cumplen las normas pero no fueron testeadas)", detalla la vendedora, convertida en una experta en el tema.

"Los padres que se preocupan por la seguridad de su hijos enseguida te preguntan las fechas de vencimiento de las sillas, el tipo de material plástico con el que se construyó y el sistema de ajuste al asiento del auto. Saben todo y con lujo de detalles. Son los que vienen y te piden las mejores marcas: Evenflo, Graco o Chicco, entre las más conocidas y más caras", agrega Vietes.

"Pero, también, aunque no se puede creer, están los clientes que buscan una silla que les combine con el tapizado del auto o porque tiene buen diseño. Y a ellos, si tratás de aconsejarlos, no les interesa. Enseguida te dicen 'yo no voy a chocar' o 'hacemos viajes muy cortos'", comenta otra vendedora, Adela González.

Las madres desde las dos semanas de embarazo hasta cuando ya tienen a sus hijos —aseguran las vendedoras— comienzan a buscar sillitas para el auto. Por eso las ventas son parejas todo el año, agregan. Pero en diciembre, cuando están por arrancar las vacaciones, las sillitas desaparecen de las góndolas.

Sin embargo, los padres, "así se vayan a la Costa, en un viaje de 400 kilómetros, siguen pensando en el precio, cuando una silla para bebés no es como un cochecito, que si se le sale una rueda no pasa nada", advierten las vendedoras, sin poder comprender que haya padres que escatiman en la seguridad de sus hijos.

A pesar de que está comprobado que el uso de sillitas adecuadas disminuye en forma decisiva las consecuencias de un accidente, no todo parece solucionarse con la elección de un buen producto.

Eso, al menos, parece revelar un estudio realizado en 2001 en Suecia. La investigación demostró que los modelos corrientes de sillitas son ineficaces para proteger a los chicos de los choques laterales, que causan, según esa investigación, el 50 por ciento de las muertes.

De todos modos, con una adecuada elección y un comportamiento responsable por parte de los mayores, se pueden evitar consecuencias graves.