Salud mental más allá de la enfermedad

Violencia y migración al consultorio psiquiátrico

Dos elementos de la realidad latinoamericana inciden en la estructura de la familia con repercusión de en la salud mental.

La violencia y migración constituyen dos temas actuales a los que enfrenta la psiquiatría en Latinoamérica. Ambas se interrelacionan con el desenvolvimiento de la estructura familiar.

La violencia —dice José Cruz Dueñas, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Psiquiatría— está representada en diferentes ámbitos y contextos: intrafamiliar, hacia la mujer y los niños, por asuntos raciales, intereses económicos, que muchas veces conllevan una desestructuración de la familia, la cual también se produce cuando se da la migración.

Por ejemplo, como resultado de la violencia que aqueja a Colombia mucha gente se desplaza al Ecuador, en medio del temor, la incertidumbre y desesperanza, ansiedad, estrés, y otros problemas de salud mental como la depresión.

Los médicos psiquiatras de España están empeñados en entender la emigración del latinoamericano, puesto que este fenómeno afecta no sólo al ser humano, sino a todo su entorno, ambiente, comunidad, cultura, etnia, valores espirituales, afirma Edgard Belfort, presidente electo de la Asociación de Psiquiatría de América Latina.

Migración y problemas de salud mental

Ante la pregunta: ¿Qué problemas de salud mental se relacionan con fenómenos como la migración?, Edgard Belfort dice: "Muchísimos. Uno de ellos tiene que ver con todo lo vinculado con la conducta. Es decir mucha de esta gente genera situaciones de miedo, de incertidumbre, de temor, y con ello los grupos más vulnerables tienen mayores posibilidades de sufrir un daño."

El médico psiquiatra venezolano señala que en primer lugar se generan problemas de ansiedad, seguido de trastornos mixtos de ansiedad y depresión y con estrés postraumático. "Es lo más común que se ve en la población migrante".

Y desde el punto de vista de su desarrollo como individuos, por sus condiciones humanas presentan muchísimas dificultades en su autoestima. "Son personas que ante los miembros del país receptor son vistas como posibles delincuentes, como gente de menor nivel independientemente de la formación y capacitación que tengan los migrantes".

Si bien la migración repercute en que la gente envíe remesas que se inyectan en la economía de los países, Edgard Belfort advierte que lo que "no se discute y no se ve es la ausencia del padre, de la madre, la ruptura de la estructura familiar, la no generación de valores".

Sin embargo, "las repercusiones no se dan sólo en la salud mental, sino en el elemento interrelacional, en la dificultad de la estructura y la dinámica de familia". Sin duda es un tema complejo, del cual Belfort identifica dificultades como aquella en la cual la gente recibe las remesas que les permiten adquirir muchas cosas que antes estaban fuera de su alcance, lo cual produce un cierto desajuste en los grupos familiares.

También los migrantes sufren problemas adaptativos, comunicacionales, porque están en países con diferente cultura, idioma, medio ambiente. Por ejemplo, el no saber el idioma del país receptor o saberlo más o menos es un factor de exclusión social que conlleva a que el candidato no pueda ocupar posiciones de alta relevancia.

Salud mental, ¿qué tan diagnosticado se encuentran los problemas?

La consulta al médico por conocer de la salud psíquica es poco frecuente, porque no hay una cultura psiquiátrica.

Entonces —dice Edgard Belfort—, corresponde a las sociedades científicas informar a la gente, concientizarla, romper el estigma que tiene acerca del concepto de la salud mental. La salud mental no es presencia de enfermedad o ausencia de ella; es todo un conjunto donde están elementos como la equidad, las relaciones con los demás, el bienestar con el otro, consigo mismo; la posibilidad de tener cada uno de nosotros una vida mucho más digna, con más tranquilidad, en fin... "con más paz".

El psiquiatra ayuda a que la gente maneje sus propias habilidades y talentos, con un sentido positivo, para su propio beneficio.

Edgard Belfort, quien participó en el Congreso Regional APAL de países bolivarianos efectuado en Quito en octubre de 2007, señala que existen estudios científicos que demuestran que si los migrantes están bien capacitados y siguen vinculados con su país de origen, y mantienen su cultura y su identidad, pueden ser mucho más productivos. Para ello, un elemento importante es que el ambiente del país receptor sea favorable para el desarrollo de esas competencias.

Pone énfasis en que las posibilidades de éxito están en uno mismo, no en el otro. Por ello, dice: "Tenemos que hacer que la gente concientice que hay posibilidades de desarrollo".

El médico psiquiatra le brinda al paciente herramientas para que las maneje en sí mismo, en el momento más deseado, de acuerdo con las situaciones que la vida le vaya presentando.

Tratamientos: Diferentes alternativas

Para determinar el tratamiento depende del diagnóstico que haga el médico. En el caso de los pacientes depresivos, dice Edgard Belfort, éstos deben entender que la depresión es una enfermedad por tanto requiere y necesita tratamiento. Existen varias alternativas.

El médico venezolano aclara que en los Estados Unidos, por ejemplo, el no tratar a un paciente con un cuadro depresivo una vez diagnosticado puede ser un problema de tipo legal, al médico lo pueden demandar.

En Latinoamérica se trabaja con los consensos para afinar los diagnósticos y su validez, para que al paciente diagnosticado se le aplique un tratamiento validado y comprobado. El caso de la depresión, afirma Edgard Belfort, "está bien comprobado que la primera opción de tratamiento es la farmacológica", aunque existen otras opciones como las terapias cognitivas y conductuales.

También hay la terapia familiar mediante la cual se hace entender el dolor del otro. Belfort pone un ejemplo: hombres con cuadros depresivos, después de haber sido trabajadores activos, y los familiares empiezan a verlos uno, dos, tres y más días acostados en sus camas poco a poco se vuelven fastidiosos para ellos.

"Oye, pon de tu parte", les dicen, algo que no se lo dirían a un familiar que tenga cianosis o cirrosis. A ellos les dirían "pobrecito, quédate acostado el tiempo que necesites".

Aquello sucede porque "no tenemos una cultura psiquiátrica". De ahí que, es necesario concienciar a la gente de que "la salud mental va más allá de la enfermedad".

La comunicación con el paciente

Para Edgard Belfort, el psiquiatra debe lograr una buena empatía con su paciente, explicarles en qué consiste el trabajo del médico, para lograr un ambiente favorable, una buena relación basada en la confianza.

El especialista agrega que varios estudios han comprobado que el conocimiento solo no es suficiente sino se tiene “la capacidad empática”, es decir la capacidad de entender al otro, de transmitirle información, de entender sus necesidades. De ahí que, concluye, “no todo el mundo puede ser psiquiatra, no todo el mundo puede ser terapeuta; se requiere de un perfil adecuado”.