Para el paciente, la satisfacción por la atención recibida, por obtener salud dental plasmada ya sea en la conservación o recuperación de la función masticatoria, en la rehabilitación oclusas; para el odontólogo, la educación continua a través de la experiencia, el bien realizado al paciente y la remuneración percibida.
La eficacia de la asistencia odontológica requiere una plena relación de confianza entre el cirujano dentista y el paciente. Dicha relación conlleva una serie de deberes. En este apartado enumeraremos sólo los deberes del cirujano dentista. También existen deberes de los pacientes con respecto a su odontólogo, pero aquí no serán abordados.
Todos los pacientes tienen derecho a una atención odontológica de calidad tanto científica como humana. El cirujano dentista tiene la responsabilidad de brindar esa calidad, comprometiéndose a emplear todos los recursos técnicos y científicos que se adecuen al caso particular con todas las posibilidades a su alcance.
El odontólogo actuará siempre con corrección, tratando con respeto y delicadeza a su paciente. Deberá cuidar y conservar las funciones estomatognáticas de sus pacientes en toda su acepción; será poco ética cualquier acción u omisión encaminada deliberadamente a producir incapacidades parciales o totales. Ahora señalaremos algunos puntos relevantes en torno a la cuestión de los deberes para con el paciente:
1. Como mencionábamos, la relación odontólogo-paciente es primordial. No se debe ver al paciente como un objeto, sino como una persona y hay que intentar que nuestra comunicación con él sea cercana. Es importante asegurarnos de que lo que le estamos explicando quede perfectamente entendido; para ello, una vez que nosotros terminemos de darle las explicaciones, él, con su lenguaje, debe ratificar lo que intentamos decirle. En algunas ocasiones, por ejemplo en las cirugías, es conveniente que se lleve por escrito las instrucciones posteriores para que las pueda consultar cuantas veces lo considere necesario.