Es falso que causen disfunción sexual en las mujeres
NUEVA YORK (The New York Times).- Durante años, los científicos han sabido que los asientos tradicionales de las bicicletas podían causar disfunción sexual en los hombres.
Y a pesar de que las ciclistas femeninas no habían sido estudiadas directamente, se daba por sobrentendido que ellas también podían sufrir ese mismo inconveniente.
Pero no parece ser ese el caso. Por primera vez un estudio observó a mujeres que practicaban el ciclismo con avidez y encontró que los asientos pueden afectarlas, pero de manera diferente.
Al igual que los varones, muchas mujeres que participaron del estudio experimentaron hormigueo, dolor y disminución de la sensación genital.
Pero no mostraron síntomas de disminución en la función sexual, lo que posiblemente refleje una menor susceptibilidad que en los hombres, a los efectos sexuales colaterales.
El estudio, publicado recientemente en la revista especializada Sexual Medicine, observó a 48 ciclistas sanas y premenopáusicas que practican ese deporte de tres a cuatro días por semana durante dos horas por vez, y luego se las comparó con 22 corredoras.
Riesgo de impotencia
En los hombres, los asientos tradicionales de las bicicletas comprimen una arteria y el nervio que proveen de sangre y sensación a los genitales, respectivamente, lo que aumenta el riesgo de desarrollar impotencia con el paso del tiempo.
Debido a que la misma arteria y el mismo nervio son cruciales en la función sexual femenina, a menudo se han extrapolado las conclusiones de los estudios en hombres a las mujeres.
Pero la doctora Marsha K. Guess, profesora adjunta en la Universidad de Yale, Estados Unidos, y autora del nuevo estudio, afirmó que las ciclistas pueden verse favorecidas por las diferencias anatómicas que producen menor compresión.
También destacó la posibilidad de que los efectos colaterales sexuales en las ciclistas podrían notarse sólo en estudios a más largo plazo.
En síntesis, los asientos de las bicicletas pueden causar disminución de la sensación genital en mujeres que la practican con avidez, pero el más reciente estudio sugiere que no pueden causar disfunción sexual femenina.
Anahad O´Connor
Traducción: María Elena Rey