Después de años de déficit

España: se agotaron las plazas de residentes en medicina familiar

Para el ciclo 2022-2023 habían quedado 131 puestos sin cubrir en esa especialidad, y para 2023-2024, fueron 246.

Fuente: IntraMed

La tendencia parecía irrefrenable; de ello daban cuenta los resultados de las “elecciones MIR”, nombre que recibe el sistema por el cual los flamantes médicos, luego de aprobar un examen, eligen –según el orden de mérito en esa prueba- en qué especialidad y en qué sede sanitaria quieren realizar su residencia. Puede verse en las cifras del "Informe de necesidad de médicos especialistas en España 2023-2035" (pdf disponible aquí), publicado en abril de 2024, que la situación era preocupante: en la convocatoria 2022-2023 habían quedado 202 plazas sin cubrir en el primer llamamiento. “Todas ellas, a la cola en las preferencias, eran de Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC)”, resalta el documento. Finalmente se adjudicaron 71 de esas 202 en una segunda convocatoria, para la que se había ampliado el cupo de extranjeros extracomunitarios y se había permitido la elección a los aspirantes que decidieron no elegir en su llamamiento por el turno ordinario. De todas formas 131 plazas quedaron definitivamente sin cubrir.

Los motivos de esta situación son variados, pero el estudio “El Médico de Familia en España” (pdf disponible aquí), desarrollado por la Organización Médica Colegial (OMC) entre junio de 2024 y enero de 2025, a partir de las respuestas de 1784 de profesionales en ejercicio, dice que “el 75% de los médicos encuestados declara sentirse desprotegido y poco respaldado por la administración sanitaria; (…) este sentimiento de desamparo institucional constituye un indicador más de la ‘insatisfacción generalizada’ que afecta al colectivo de atención primaria, y pone de relieve la necesidad urgente de medidas estructurales que fortalezcan su reconocimiento, su seguridad y sus condiciones laborales”.

Sin embargo, el nivel de satisfacción con la especialidad es, en promedio, del 80 %, y levemente mayor en el medio rural (83 %), a pesar de que allí la situación se agrava por las distancias que tienen que recorrer (hay que considerar que la mitad de los médicos rurales disponen de hospital de referencia a más de 30 km), lo que implica tiempo y dinero para el transporte, y que el número de horas de atención continuada y de guardias es mayor que en el ámbito urbano.

Por otro lado, el 75 % de los encuestados considera que la conciliación laboral y familiar es deficiente, situación que también es más aguda para quienes trabajan en zonas rurales, y casi el 70 % critica las condiciones de los centros de salud: “solo el 31 % valora positivamente la infraestructura, y apenas el 34 % considera suficiente la dotación diagnóstica, señalando una falta de inversión continuada”, agrega el documento.  Y hay otro dato significativo: más del 42 % supera los 26 años de servicios; si se tiene en cuenta que un médico ronda los 24 años al momento de egresar, casi la mitad de los médicos de familia en este momento tiene alrededor de 50 años: clara tendencia del envejecimiento de la especialidad. Concretamente, según un informe de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), “el 54,9 % de los Médicos de Familia del Sistema Nacional de Salud (SNS) tienen 50 años o más, y dentro de este grupo, un 27,8 % tienen 60 o más años. Esto implica que una gran parte de estos profesionales se jubilará entre 2023 y 2038”.

¿Soplan nuevos aires?

Pero en 2025 parece haberse producido una modificación de la curva: por primera vez desde 2021, todas las plazas se agotaron sin necesidad de acudir a lo que llaman “turno de repesca”, una segunda oportunidad a quienes no accedieron en la primera fase. "Es necesario desterrar la percepción de que se trata de una especialidad con poca demanda por parte de los aspirantes durante el proceso de elección MIR y tener en cuenta, en su lugar, el elevado número de plazas ofertadas. En la convocatoria MIR de este año se han ofertado 2.508 plazas para esta especialidad, lo que representa el mayor número entre todas las disciplinas. Ante este dato, cabe plantearse una cuestión fundamental: "¿otras especialidades lograrían completarse si contaran con un volumen de plazas similar?", señala José Polo, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y destaca como posible factor en el cambio de tendencia el esfuerzo realizado por algunas comunidades autónomas para mejorar los contratos de fidelización y las condiciones laborales ofrecidas a los médicos al finalizar su residencia. Pero eso no es todo, advierte: "este cambio de tendencia es también fruto del trabajo y del esfuerzo conjunto realizado por las sociedades científicas y los médicos de Familia comprometidos con una medicina cercana, eficaz y humana".

Los incentivos

En la convocatoria 2022-23, la Generalitat de Cataluña había ofrecido estímulos de entre 5.000 y 9.000 euros anuales para quienes eligieran la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, según el área geográfica en donde estuviese la vacante (a más distancia de las ciudades, mayor el monto), pero ese intento no fue suficiente para compensar las fuertes preferencias por lo urbano y sus hospitales, en desmedro de las zonas rurales. Para la convocatoria siguiente (2023 y 2024) Cataluña amplió su programa, ofreciendo entre 5.175 y 9.315 euros anuales adicionales, según el grado de ruralidad del destino, y con aplicación desde el primer año de residencia, al tiempo que varias otras comunidades autónomas implementaron diferentes alternativas: Madrid mejoró las condiciones contractuales y salariales de los nuevos especialistas, con retribuciones que alcanzan los 56.000 euros anuales, complementos para médicos en zonas de difícil cobertura y bonificaciones mensuales. En Aragón, el plan de fidelización incluye contratos de tres años y un incentivo económico acumulado de hasta 30.000 euros. Cantabria y Baleares han apostado por contratos estables y de larga duración, con salarios competitivos, mientras que en Murcia y Asturias se han ofertado sueldos de entre 60.000 y más de 70.000 euros anuales, junto con apoyo para la conciliación familiar  y la movilidad.

Estas medidas han contribuido a mejorar el atractivo de la especialidad y han permitido, por primera vez en años, cubrir la totalidad de plazas ofertadas en MFyC para el ciclo 2024/2025, incluso en zonas rurales o tradicionalmente desiertas.

¿Alcanzará esta modificación de la curva para cubrir las necesidades? Difícil saberlo, pero sí está claro que para lograrlo las inversiones y los incentivos deben crecer: según informe de la SEMG que hemos citado al principio, la inversión en personal en AP es un 41 % inferior que la que se realiza en el ámbito hospitalario.