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Tratamientos sin inmunosupresión para la esclerosis múltiple (EM)

Distinguir lo relevante en la avalancha de noticias científicas es difícil. En IntraMed, destacamos algunos avances de las últimas semanas que podrían tener impacto futuro en la práctica clínica.

Autor/a: Leonardo Biolatto

Fuente: IntraMed

Sabemos que el tiempo es valioso y que estar al día con los desarrollos más relevantes en salud puede ser un desafío. Por ello, esta selección es una guía curada de noticas que, en el futuro próximo, pueden convertirse en realidad para el ejercicio de los profesionales de la salud.

Terapia combinada podría cambiar el tratamiento de la esclerosis múltiple

Fuente: Targeting aryl hydrocarbon receptor functionally restores tolerogenic dendritic cells derived from patients with multiple sclerosis

Un equipo de científicos del Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol y el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, en Barcelona, ha desarrollado una innovadora estrategia terapéutica para la esclerosis múltiple. Combina el uso de células dendríticas tolerogénicas tratadas con vitamina D3 (VitD3-tolDCs) con un fármaco inmunomodulador ya aprobado.

Los tratamientos actuales para la enfermedad se centran en suprimir la respuesta inmunitaria. Pero ello acarrea una reducción en las defensas naturales del cuerpo, lo que expone al paciente a otros riesgos. Por ello se está apostando por enfoques más precisos y menos inmunosupresores. En este caso, se utilizan células del propio paciente, que son modificadas para enseñarle al sistema inmunitario a tolerar los componentes del sistema nervioso, sin bloquearlo por completo.

Las células dendríticas tolerogénicas (tolDCs) son un tipo especial de células del sistema inmune que pueden regular la respuesta, frenando reacciones autoinmunitarias, sin afectar la capacidad de defensa. En este estudio se utilizaron las tolDCs tratadas con vitamina D3 y cargadas con antígenos de mielina.

Sin embargo, los científicos también descubrieron que las células extraídas de los propios pacientes con esclerosis múltiple presentaban una "firma proinflamatoria" persistente. Esto sugiere que el entorno inflamatorio característico de la enfermedad compromete la calidad del material inicial para la terapia celular.

Además, los investigadores identificaron un componente molecular clave en el proceso: el receptor de hidrocarburos aromáticos (AhR). Esta vía, alterada en los pacientes con EM, parece ser responsable del comportamiento anómalo de sus células. Al aplicar un fármaco que modula el AhR, lograron restaurar el funcionamiento normal de las tolDCs derivadas de los pacientes. El dimetilfumarato —un medicamento ya aprobado para tratar la EM— imita este efecto y puede normalizar las células.

Los resultados con animales fueron contundentes: la administración conjunta de VitD3-tolDCs y dimetilfumarato redujo significativamente los síntomas de EM en ratones. Ahora sería posible avanzar hacia la fase II de los ensayos clínicos.

Implante esponjoso y nanopartículas para frenar el avance de la esclerosis múltiple primaria progresiva 

Fuente: Engineered immunological niche directs therapeutic development in models of progressive multiple sclerosis

La esclerosis múltiple primaria progresiva (EMPP) es la forma de avance y progresión más veloz de la enfermedad. A menudo, conduce a una discapacidad severa en menos de 13 años, aunque en algunos casos los síntomas empeoran drásticamente en tan solo 2.

Investigadores de la Universidad de Michigan han combinado un implante biodegradable tipo esponja con nanopartículas terapéuticas, logrando frenar e incluso revertir los síntomas de una enfermedad parecida a la EMPP en modelos animales. La limitación es que es imposible obtener muestras de tejido cerebral o medular en pacientes vivos. Por eso se recurrió a un implante poroso, similar a una esponja, para resolver el problema.

El dispositivo, de solo 13 milímetros de diámetro y 2 milímetros de grosor, se coloca bajo la piel, y desde allí atrae a células inmunes. En ratones con una enfermedad autoinmune similar a la esclerosis múltiple, el implante permitió capturar la actividad del sistema en sus primeras fases, sin necesidad de intervenir directamente en el sistema nervioso central.

Este "andamio celular", como lo llaman los investigadores, sirvió como un sustituto de tejido enfermo fácilmente accesible. Allí, las células inmunes interactuaban como lo harían en el cerebro, revelando datos fundamentales sobre el origen de la inflamación.

Una vez obtenida la información del implante, los investigadores descubrieron que un grupo de proteínas —las quimiocinas CC— estaba hiperactivado en el tejido enfermo. Estas proteínas, responsables de atraer células inmunitarias a las zonas de infección, generaban una respuesta excesiva.

Con este dato, los científicos desarrollaron nanopartículas inyectables de solo 400 nanómetros, para envolver y neutralizar una de estas quimiocinas clave. El resultado fue que en los ratones tratados antes de que aparecieran los síntomas, la enfermedad no se desarrolló. Y en aquellos tratados tras el inicio de los síntomas, la gravedad se redujo a la mitad.

El éxito de la técnica abre la puerta a una nueva generación de terapias inmunomoduladoras que no dependen de suprimir por completo el sistema inmunitario. Además, la tecnología del implante ofrece una ventaja adicional: permite estudiar la enfermedad en tiempo real y en sus primeras etapas.

Aunque todavía es una terapia en etapa preclínica, los resultados obtenidos en ratones son suficientes para avanzar hacia ensayos clínicos en humanos. Si el tratamiento demuestra ser seguro y efectivo en personas, podría convertirse en una alternativa revolucionaria para los pacientes con EMPP.