¿Y si lo hacemos de manera más inteligente?

Screening basado en el riesgo poligénico del cáncer de próstata como nueva oportunidad

La incidencia del cáncer de próstata está aumentando. El cribado con antígeno prostático específico (PSA) presenta una alta tasa de falsos positivos. En contraposición, una puntuación basada en el riesgo poligénico podría ser más útil.

Autor/a: McHugh JK, Bancroft EK, Saunders E, Brook MN, et al.

Fuente: N Engl J Med. 2025 Apr 10;392(14):1406-1417. Assessment of a Polygenic Risk Score in Screening for Prostate Cancer

El screening del cáncer de próstata ha sido motivo de amplio debate en las últimas décadas. En especial, debido al uso del antígeno prostático específico (PSA) como herramienta principal. 

Si bien la introducción del PSA permitió detectar muchos tumores en estadios tempranos, también condujo a un aumento significativo en el diagnóstico de cánceres clínicamente insignificantes, es decir, tumores de bajo riesgo que probablemente no habrían causado síntomas ni comprometido la vida del paciente.

Este fenómeno, conocido como sobrediagnóstico, ha tenido como consecuencia directa el sobretratamiento, con intervenciones como la cirugía o la radioterapia, que pueden generar efectos adversos, tales como incontinencia urinaria o disfunción eréctil, afectando la calidad de vida de pacientes que, en muchos casos, no habrían necesitado tratamiento activo.

A pesar de la detección precoz, la evidencia sobre el impacto del screening en la supervivencia global es controvertida. Estudios, como el Prostate, Lung, Colorectal, and Ovarian (PLCO) Cancer Screening Trial en Estados Unidos no demostraron una reducción significativa en la mortalidad por cáncer de próstata con el uso rutinario del PSA, mientras que el estudio europeo (ERSPC) sí mostró una disminución relativa en la mortalidad específica por cáncer de próstata, aunque a costa de un número considerable de diagnósticos innecesarios. Esta dicotomía ha llevado a diferentes recomendaciones entre países y sociedades científicas, promoviendo un enfoque más individualizado y centrado en el riesgo del paciente, especialmente en varones entre los 50 y 70 años con antecedentes familiares o factores de riesgo adicionales.

 

¿Indicar una resonancia?

En este contexto, la resonancia multiparamétrica de próstata ha emergido como una herramienta complementaria valiosa para refinar el proceso de screening. Su capacidad para identificar lesiones sospechosas con mayor precisión permite reducir la cantidad de biopsias innecesarias y mejorar la detección de tumores clínicamente significativos.

Diversas guías clínicas ahora recomiendan su uso antes de realizar una biopsia en pacientes con PSA elevado, como parte de una estrategia más precisa y menos invasiva. Así, la incorporación de la resonancia al algoritmo diagnóstico representa un avance hacia un screening más personalizado, que busca mitigar los riesgos del sobrediagnóstico y el sobretratamiento, sin perder de vista el objetivo de reducir la mortalidad por cáncer de próstata.

Utilidad del puntaje de riesgo poligénico

Un reciente estudio, BARCODE1, evaluó el uso de un puntaje de riesgo poligénico (PRS) como herramienta para identificar a hombres con alto riesgo genético de cáncer de próstata. En esta investigación realizada en el Reino Unido se invitó a hombres de 55 a 69 años a participar mediante el envío de muestras de saliva para determinar su PRS, basado en 130 variantes genéticas.

Aquellos con un PRS en el percentil 90 o superior pasaron a imágenes por resonancia magnética multiparamétrica (MRI) y biopsia de próstata, independientemente de su nivel de PSA. De los 468 participantes evaluados con MRI y biopsia, se detectó cáncer en el 40 %, y más de la mitad de estos casos (55,1 %) correspondieron a enfermedad de riesgo intermedio o superior, según los criterios del NCCN.

El estudio demostró que el uso del PRS permitió identificar un número considerable de casos clínicamente significativos que no habrían sido detectados con los criterios tradicionales basados en PSA y MRI. Además, la combinación del PRS con otros factores, como edad, historia familiar y hallazgos de MRI, mejoró la capacidad predictiva del modelo, alcanzando un AUC de 0,78.

Aunque se identificaron algunos casos de sobrediagnóstico, la mayoría de los tumores de bajo riesgo fueron manejados con vigilancia activa, lo que redujo el riesgo de sobretratamiento. Estos hallazgos sugieren que la incorporación del PRS en los programas de detección podría mejorar la detección precoz de cánceres clínicamente relevantes y reducir diagnósticos innecesarios. Se requieren más estudios para evaluar su implementación en poblaciones más diversas y para definir estrategias costo-efectivas de tamizaje. 

 

Conclusión

El screening del cáncer de próstata ha evolucionado significativamente desde la introducción del PSA, enfrentando desafíos importantes, como el sobrediagnóstico y el sobretratamiento.

La incorporación de técnicas avanzadas, como la resonancia multiparamétrica y el uso de puntajes de riesgo poligénico, presenta una oportunidad para mejorar la precisión del diagnóstico y reducir los riesgos asociados. Es esencial continuar investigando y adaptando estas estrategias para lograr un enfoque más personalizado y eficaz, que no solo disminuya la mortalidad por cáncer de próstata, sino que también preserve la calidad de vida de los pacientes.

Solo mediante una evaluación continua de los métodos y la implementación de guías basadas en evidencia podremos avanzar hacia un modelo de tamizaje que sea verdaderamente inteligente y beneficioso para la población.