Catástrofes

Hospitales Públicos: Respuesta ante víctimas múltiples y desastres

¿Están nuestros hospitales públicos preparados para recibir víctimas múltiples o lo que es peor, para dar respuesta a un desastre de baja o moderada envergadura?, ¿Esta preparado nuestro país?.

Autor/a: Dr Rodolfo Faillace

Muestra de ello fueron los episodios vividos a fines del siglo pasado y comienzos del presente. La embajada de Israel y la Amia produjeron el colapso de la organización  para dar respuesta adecuada a estos incidentes.

¿Podemos estar preparados para cualquier evento de magnitud catastrófica?

Personalmente creo que nunca se puede estar preparado en forma ideal (ej.Katrina). ¿Qué gastos, qué preparación, cuántos recursos destinar, qué formación es la necesaria, qué organización es la requerida? Siempre habra una zona de penumbra “in-iluminable”.

Pero lo que no debe faltar ante las implicancias globales actuales es la organización. La organización institucional e interinstitucional, la formación científica, el cálculo de los recursos y costos, la adquisición de tecnología y la renovación de la infraestructura física son los pilares fundamentales para encarar una respuesta adecuada, prever riesgos y paliar las secuelas.

Una pregunta tan escueta y simple como ¿están preparados?

Ante la impaciencia de amigos, profesionales, medios y demás legos en la materia, comento que nunca se esta preparado totalmente. Lo que nos falta es organización y respuesta de  autoridades pertinentes, en cuanto a la actualización edilicia y tecnología.
Agregando seguidamente: los hospitales públicos, viven en situación permanente de desastre.  Claro que es un desastre “controlado” que nos da tiempo a tomar medidas paliativas.

Espacios reducidos, demanda exagerada, falta de recursos tecnológicos, camas saturadas, colapso de obras sociales continuando la crisis comenzada en los 90.

¿Es una utopía estar preparados?
 
Nos preparamos para la nueva condición de emergencia, educamos al personal con cursos basados en experiencias extranjeras, nos “aggiornamos” y creamos nuestros propios cursos y vamos  de apoco cambiando de paradigma.

Pero, ¿que pasa con la organización general, la infraestructura edilicia, los recursos destinados, la adopción de tecnología básica? 

Resultan terminalmente caóticos los espacios destinados a los departamentos emergencias o servicios de urgencia; cambio la denominacion, pero seguimos atendiendo en las viejas salas de guardia y debemos estar preparados para recibir victimas múltiples y responder ante catástrofes en ese mismo espacio físico.

Los departamentos de urgencias modernos, deben generar nuevos espacios amplios y funcionales con lugares especiales (ej: decontaminación de tóxicos).

El nuevo médico emergentólogo, debe ser diez médicos en uno, sin ser especialista, sin tener salida laboral. Superado a diario por la falta de lugar, por la demanda exagerada, por la violencia social y el estrés (burnout) con los que se convive diariamente en los hospitales públicos. 

Los encargados de estas unidades deben estar permanentemente solucionando contingencias, pequeñas catástrofes diarias: conseguir camillas de atención,  recuperar el agotamiento de los recursos, soportar la presión de los servicios pre hospitalarios, tratar de minimizar los efectos del estrés en sus médicos, conseguir reemplazos médicos con sueldos bajos, formar al personal de enfermería, administrativo; tratando al mismo tiempo de lograr consenso en forma interdisciplinaria de las acciones medicas del servicio. No hay tiempo para producir y programar estrategias adecuadas (guías clínicas, caminos críticos, guías de procedimiento, trabajos científicos, gerenciar, evaluar estadísticas, ateneos, etc.) que son la base del funcionamiento de un servicio.

Las críticas y  violencia generadas por el incidente de “Cromañon” demuestran lo insensato de una sociedad hipócrita y la desorganización estructural primordial; no basta con que una sola institución o grupo o sociedad u organización funcione bien, el cambio debe generarse en forma global, sobre todo a nivel publico, imbricando en la organización a todas las instituciones que deban formar parte de la respuesta ante un evento  (policía, bomberos, defensa civil, sistemas de emergencia pre hospitalarios, hospitales públicos, instituciones de salud no hospitalarias, ministerios, representantes del pueblo, instituciones privadas, etc.)


La organización debe estar respaldada con una infraestructura acorde en estos organismos involucrados (planta física renovada en tamaño, recursos y tecnología) de nada servirá la organización previa, si nuestros hospitales apenas pueden dar respuesta física a la demanda actual. Debemos advertir a los gobernantes que esto es fundamental.

Creo que comenzamos al revés, el auge de la formación educativa precedió a los cambios de infraestructura y organizacional, que deberían haber corrido juntos. 

Pero estamos a tiempo, esto recién comienza. Generar los cambios necesarios es responsabilidad nuestra. Los que trabajamos en Salud, una generación que asumió la responsabilidad de la dirigencia, que vive los cambios globales acelerados conociendo que los cambios políticos - administrativos son mas lentos por nuestras latitudes; estamos preparándonos para hacer realidad, la aplicación de los conocimientos aprendidos.

"Que renuncie quien no se adapte a la subjetividad de su época", LACAN

*Contacto con el autor: emergenciasposadas@hotmail.com
Jefe de Unidad de Urgencias Medicas del Hospital Nacional Prof. Dr. A. Posadas. Miembro de la Sociedad Argentina de Emergencias - SAE