Hidatidosis

Quistes hidáticos intratorácicos extrapulmonares

Los autores reportan su experiencia con los quistes hidáticos intratorácicos pero extrapulmonares y discuten conceptos sobre su tratamiento.

Autor/a: Dres. Ulku R, Eren N, Cakir O, Balci A, Onat S.

Fuente: Can J. Surg, 2004; 47(2): 95-98

Indice
1. Desarrollo
2. Bibliografía
3. Resultados
4. Discusión y conclusiones

La enfermedad hidatídica es una parasitosis causada por la Taenia echinococcus. Es común en muchas áreas de ovejas y ganadería, notablemente en países Mediterráneos, América del Sur, el Medio Este, Nueva Zelanda y Australia [1,2]. En Turquía, se dice que la frecuencia de la enfermedad hidatídica es de 20 en un millón [3]. Los quistes equinocóccicos pueden desarrollarse en casi cualquier parte del cuerpo excepto en el pelo, los dientes y las uñas [4].

La localización extrapulmonar de un quiste en el tórax es muy rara. Los quistes agrandados pueden producir síntomas de compresión. La complicación más seria es la ruptura del quiste, la cual puede causar un shock anafiláctico y hasta la muerte. Aquí los autores presentan su experiencia y los métodos de diagnóstico en 14 pacientes con quistes hidatídicos en sitios extrapulmonares dentro del tórax y opciones para su tratamiento quirúrgico.

Material y métodos

Entre enero de 1990 y octubre del 2002, se revisaron 14 casos de enfermedad hidatídica localizada en el tórax pero sin involucrar el pulmón. Durante el mismo período, 119 pacientes con enfermedad hidatídica pulmonar también fueron tratados quirúrgicamente en el centro donde trabajan los autores.

El diagnostico preoperatorio estuvo basado primariamente en la radiografía de tórax (Fig. 1), junto con la tomografía computada (TC), resonancia magnética nuclear (RMN) y ecocardiografía.


· FIGURA 1: radiografía de tórax mostrando un quiste hidático localizado en el mediastino

La toracotomía posterolateral o la esternotomía mediana fueron los abordajes estándar en todos los pacientes. Cuando se identificaba un quiste hidatídico durante la cirugía, la herida quirúrgica y el tejido adyuvante eran cubiertos con gasas empapadas en yodo-povidona al 10%.

El fluido hidatídico fue aspirado desde el quiste a través de una aguja G20 conectada a una jeringa de vidrio de 50 ml. Siguiendo esto, el mismo volumen de yodo-povidona al 10% fue inyectado en el quiste. Después de 10-15 minutos esta solución fue aspirada y se realizó una exéresis total. Después de la resección de un quiste mediastinal, la pleura mediastinal fue reparada. En 1 paciente el diafragma fue reparado por una técnica de sutura interrumpida utilizando material no absorbible.

Artículo comentado por el Dr. Rodolfo Altrudi, editor responsable de IntraMed en la especialidad de Cirugía General.