Introducción
La maloclusión clase III, según la clasificación de Angle, se caracteriza por una posición mesial de la arcada dentaria inferior con respecto a la superior; hay una relación anómala de los incisivos con mordida cruzada anterior o, en casos más ligeros, el contacto es borde a borde.1 Para los ortodoncistas, las displasias más difíciles de tratar son las clase III, ya sea desde el punto de vista terapéutico como del pronóstico.2 La motivación principal de los pacientes a pedir ayuda al ortodoncista es 17 esencialmente de carácter estético.
Sin duda, en un alto porcentaje de casos, es necesario un tratamiento combinado ortodóntico-quirúrgico. 3,4 Por esta razón, resulta claro que los objetivos del tratamiento deben ser estéticos, funcionales, oclusales y psicológicos.5,6 El aspecto psicológico influye en gran parte para lograr el éxito en cuanto al estímulo principal para el paciente que debe someterse a molestias por un largo periodo de tiempo.1
Cada tratamiento es capaz de producir uno o más cambios, sin embargo, ninguno ha demostrado la capacidad de producirlos todos en forma simultánea. Por esta razón, la elección de uno u otro método depende, en última instancia, de los objetivos que el clínico, en virtud de cada caso, desee alcanzar.
Caso clínico
En el año 2007 se presentó a consulta clínica, al Centro de Estudios Superiores de Ortodoncia ubicado en México, DF, una paciente de 28 años y 2 meses de edad refiriendo como motivo de consulta que quería que se le alineara la mordida. En sus estudios de inicio observamos, en las fotos extraorales de frente, una paciente simétrica y mesofacial (Figura 1); su perfil se puede observar cóncavo con un ángulo nasolabial disminuido y mentolabial aumentado (Figura 2).
Figuras 1 y 2. Inicial de frente. Inicial de perfil
Se le catalogó como clase III esqueletal y normodivergente (Figura 3).
Figura 3. Cefálica lateral inicio