Perdonar siempre fue un acto asociado a la bondad y al altruismo, una decisión vinculada a un cierto orden moral o religioso de las cosas. Pero el perdón está pisando otros terrenos y es, cada vez más, un tema de interés científico en el campo de la psicología. Numerosos estudios ponen en evidencia su estrecha relación con la salud física y mental, destacando la influencia de la capacidad de perdonar en la superación de estados depresivos y en el alivio del estrés cardiovascular, entre otros beneficios.
Las investigaciones sobre el tema se multiplican y fueron motivo de análisis y debate en el "Primer Encuentro Iberoamericano de Psicología Positiva", organizado por la Universidad de Palermo este fin de semana en Buenos Aires. Allí, varios profesionales presentaron estudios sobre el perdón como recurso psicológico. El más resonante fue el de la doctora en psicología Martina Casullo, investigadora del Conicet, que condujo una encuesta realizada a 1.715 personas de Capital y GBA sobre la importancia de perdonar y las razones para hacerlo.
La misma arrojó que gran parte de la población urbana considera que perdonar es importante; que las mujeres perdonan más que los varones (95%, frente al 88% de ellos), que lo hacen sobre todo para ser también perdonadas y que consideran al perdón un indicador de inteligencia; que los hombres perdonan mayormente para olvidar y seguir adelante; y que los jóvenes lo vinculan a una segunda oportunidad tras una equivocación y a la paz interior.
Sólo el 3% de las mujeres y el 10% de los varones consideraron que no es importante perdonar. ¿Las razones? "Es difícil", "depende de la situación", "el rencor puede ser más fuerte", "sólo Dios perdona", "no vale la pena".
"Los resultados revelan que las razones para perdonar no tienen mucho que ver con la empatía o el altruismo. La mayoría de las personas hace referencia a motivos más vinculados con el self (sí mismo), el bienestar personal y la convivencia social", apunta Casullo. "En general, se asocia el perdonar con la superación de sentimientos negativos, y se lo concibe como una manera de sentirse mejor con uno mismo", agrega.
Quienes enfocan el tema desde una perspectiva psicológica destacan que el perdón no debe ser confundido con el acto legal de indultar. Y que tampoco supone una reconciliación (no implica el restablecimiento del vínculo ni volver necesariamente las cosas a como estaban antes del enojo o el dolor), ni es sinónimo de condonar, justificar ni excusar. "Es importante destacar que la acción psicológica de perdonar no excluye la opción de reclamar justicia si la motivación de tal reclamo no es simplemente negativa. En general, los sentimientos de venganza están asociados con un estilo de apego negativo", dice Casullo.
Otra investigadora, la psicóloga Paula Ongarato, también presentó un estudio sobre el tema. "Entrevistamos a personas que están haciendo psicoterapia y encontramos que para todas es importante perdonar, y lo llamativo es que en todos los casos el valor del perdón estaba asociado al bienestar personal. No tenía que ver con el otro sino con aliviarse uno mismo, estar en paz, soltar el resentimiento y no dejar que el enojo o el dolor se enquiste y nos haga mal", dice.
Ongarato forma parte de un grupo de profesionales que consideran a la capacidad de perdonar como un valioso ingrediente a algo que llaman capital psicológico: "Desde la psicología siempre se habló de neurosis, de enfermedad. Esta noción, en cambio, está más vinculada a lo salugénico que a lo patológico. Tiene que ver con recursos y procesos que permiten a los individuos generar fortalezas personales para la protección, la supervivencia y el bienestar. Entre las cosas positivas para salir adelante está la capacidad de perdonar", explica.
¿Es un don? ¿Se desarrolla, se aprende, se entrena? "En Argentina todavía no está desarrollado, a eso apuntamos", dice Ongarato. El beneficio no es del otro, sino de uno, subrayan los expertos. Y reconocen que el desafío es grande. Ya lo dijo Mahatma Gandhi: "Perdonar es un atributo de los fuertes, las personalidades débiles jamás perdonan".