Efectos de la exposición mediática a conductas reprochables

Cómo afectan a niños y jóvenes los chismes sobre los famosos

Existen edades en las que son más influenciables y requieren una guía de los adultos.

NUEVA YORK.- Cuando Britney Spears se rapó sus rulos típicos, Alexis Gursky, de 9 años, se cuestionó, en primer lugar, por qué Spears no hizo algo más con el cabello que se había cortado y no pensó, en cambio, en por qué había tomado la máquina de afeitar.

"Sólo pensé que era un poco raro hacer sólo eso y no darlo a la gente que tiene cáncer", dijo Alexis, una alumna de tercer grado.

Mucho antes de la pubertad, los niños de hoy están profundamente inmersos en los trapos sucios de las celebridades, sus desórdenes alimentarios, sus luchas con el alcohol y las drogas, y sus problemas con la ley. Los detalles escabrosos están en todas partes: en la Web, en el cable, en las noticias por Internet y expuestos en las tapas de las revistas.

La sabiduría reinante dice que la exposición a grandes cantidades de chismes, particularmente sobre las así llamadas chicas malas de Hollywood, Paris Hilton, Spears y Lindsay Lohan, para nombrar sólo a las más criticadas, está llevando a las niñas de entre 8 a 12 años, más influenciables, a un atolladero. Pero la realidad es más compleja.

En entrevistas, las niñas de esta edad tienden a ser altamente críticas de las tan publicitadas payasadas y las convierten en historias moralmente apropiadas para su edad que enorgullecerían a sus padres y darían tranquilidad a los que temen que la próxima generación esté formada por chicas que van a fiestas sin ropa interior y que se las conozca más por sus problemas por manejar alcoholizadas o drogadas que por sus calificaciones escolares.

Que los niños de esta edad no sigan al flautista ebrio que aparece en los titulares de chismes no es sorprendente para los expertos en conducta infantil. "Me sorprendería si lo hicieran", dijo el doctor Ritch C. Savin-Williams, director del Departamento de Desarrollo Humano de la Universidad Cornell, Estados Unidos. Después de todo, agregó, los niños de 8 a 12 años, en general, están "realmente bajo una gran influencia de sus padres".

Eso, sin embargo, no significa que la cultura del chisme sea inofensiva. "Puede haber un efecto postergado", aseguró el doctor Richard Gallagher, director del Instituto para Padres del Centro de Estudios del Niño de la Universidad de Nueva York.

"Cuando los niños saben que alguna conducta es posible y que no lleva a la ruina total de su vida, ellos pueden, cuando crecen, desear probar eso", agregó.

Ejemplos morales

Arielle Urvater, de 11 años, dijo que si bien alguna vez fue fan de Lohan y de Spears, ya no lo es más. "Estamos bien educadas, sabemos que las drogas no son buenas y que fumar tampoco", dijo Arielle.

Los niños de esta edad intermedia piensan en términos morales, especialmente si tienen una familia sólida que sirva de modelo, afirmó el doctor Savin-Williams.

Pero entre los 12 o 13 años, no es inusual que los valores individuales de un niño dejen lugar a la presión de los compañeros, aseguran algunos expertos en infancia, y los niños pueden ser influenciados por lo que perciben como "de onda" y no por lo que saben instintivamente que está bien.

"Los niños más pequeños son indiferentes a Paris", aseguró Susan Schultz, editora de CosmoGirl . "La mayor parte de ellos son buenos niños a esa edad."

Pero, agregó Schultz, cuando son adolescentes, "todos quieren tener para su fiesta de promoción una noche como la de Paris Hilton". Y eso es precisamente lo que algunos adultos temen.

El doctor David Walsh, psicólogo y fundador del Instituto Nacional de Medios y Familia, dijo que los niños adquieren más y más información a edades cada vez más tempranas. "El resultado -aseguró- es la adultificación de la juventud."

"Los niños tienen información pero no necesariamente la madurez emocional para absorberla -agregó-. Tenemos niños que están en la etapa de la aritmética, en términos de su madurez emocional, manejando ecuaciones de segundo grado."

El doctor Gallagher sugirió que los padres deben hablar son sus hijos sobre las malas conductas de las celebridades. "Se debe hablar de ello antes que otro lo haga -agregó-. Eso ayuda a los niños a digerirlo más fácilmente."

Por Stephanie Rosenbloom
De The New York Times

Traducción: María Elena Rey