Pilar Ferreyra
Si todas las embarazadas se hicieran el test de VIH/sida al enterarse que esperan un hijo o a lo largo del embarazo, prácticamente no nacerían bebés seropositivos en el país.
En los últimos 10 años se redujo un 75% la cantidad de casos de bebés que nacen con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Por año, a mediados de los noventa, eran 400 chiquitos los recién nacidos seropositivos. Hoy son 100, según las autoridades del Programa Nacional de Lucha contra los Retrovirus Humanos, Sida y ETS. La misma fuente indica que en la Argentina viven unos 3.000 menores de 14 años con VIH. Un 55% en el conurbano bonaerense, un 25% en la Ciudad de Buenos Aires y el resto en el interior.
La mayoría nació de madres con VIH/sida que no hicieron el tratamiento. Aunque como advierte la jefa de infectología del Hospital de Pediatría Juan Garrahan, Rosa Bologna, la transmisión no ocurre en el 100% de los casos. "Si la madre se trata durante el embarazo la tasa de transmisión de la infección se reduce a menos de un 5%".
Más allá de si la madre hace o no hace el tratamiento para impedir la transmisión del virus a su pequeño, las autoridades en la materia destacan que los factores de riego intervinientes son múltiples debido a que:
Si la madre se infecta durante el embarazo el bebé puede infectarse porque la carga viral que circula en su cuerpo en el inicio de la infección es muy alta.
Si la madre está en un período avanzado de la infección, con defensas bajas o enferma su carga viral aumenta al igual que la posibilidad de transmisión.
Otros factores dependen de la modalidad del parto. Motivo por el cual se recomienda:
Una cesárea programada para impedir que el bebé entre en contacto con la sangre materna.
"También hay que evitar las maniobras invasivas como la amniocentesis (prueba prenatal comúnmente utilizada para detectar desórdenes cromosómicos en el bebé), la episiotomía o los tactos repetidos porque podrían generar algún sangrado que en contacto con el bebé podría infectarlo", indicó Carlos Falistocco, coordinador del Programa Nacional de Lucha contra el Sida.
Otros factores de riesgo de infección son la prematurez del bebé y la lactancia materna.
En la actualidad el 80% de las embarazadas se realizan el test de VIH. Una tasa que aumentó en los últimos años -en parte- porque en 2001 la Ley 25.543 obligó a los médicos a ofrecer a las mujeres gestantes el testeo.
Una vez que nace un bebé de una mamá seropositiva, es posible diagnosticar con un 99% de certeza el estado de infección del bebé mediante dos estudios virológicos completos que se le realizan a las dos y seis semanas de haber nacido. "No obstante continuamos el seguimiento de los chicos hasta el año y medio."
En caso de que un bebé tenga VIH hay un problema: el tratamiento. Son veinte las terapias anti VIH, pero sólo la mitad con fórmulas pediátricas.