Una enfermera inyecta una vacuna contra la gripe en el estado de Tabasco. (Foto: Tomás Bravo| Reuters)
MADRID | VILLAHERMOSA (MÉXICO).- Enfermedades como el cólera o el dengue amenazan a las decenas de miles de mexicanos obligados a vivir en refugios improvisados desde que hace una semana las inundaciones arrasaran el estado de Tabasco, según han informado las autoridades sanitarias locales.
Los resfriados, las enfermedades respiratorias y los hongos en la piel ya han proliferado entre la población y en los últimos días se han dado miles de inyecciones contra la hepatitis, la gripe y el tétanos, pero los médicos temen la aparición de brotes más peligrosos, como el cólera.
"Las infecciones son el riesgo actual. Podría producirse una epidemia", comenta Ramón de Jesús Velarde, al frente del programa de prevención sanitaria de Tabasco. Para él, el cólera y el dengue son las principales amenazas.
El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Mauricio Hernández Ávila, ha declarado al diario mexicano 'La Jornada' que ya se han analizado más de 600 casos sospechosos de cólera, y aunque ninguno resultó positivo, el riesgo de que la enfermedad surja es muy alto.
Este funcionario recomendó a la población beber agua embotellada, informar a los centros de salud si detectaban la presencia de muchos mosquitos, algún animal muerto o una fuga de agua y evitar transitar por zonas inundadas, entre otras medidas.
Las fuertes lluvias que durante días cayeron sobre el estado mexicano de Tabasco anegaron la zona, produciendo uno de los desastres naturales más importantes en la historia reciente de México.
El agua estancada atrae a los mosquitos, que pueden portar enfermedades infecciosas como el cólera, mientras que el cólera se trasmite a través del agua contaminada. Debido a las inundaciones han tenido que cerrarse varios centros sanitarios, incluidos hospitales.
Fumigación de las zonas afectadas
Decenas de insectos zumban alrededor de la cabeza de Leticia Frías, de 40 años, mientras cuida del ganado en un antiguo campo situado a las afueras de la ciudad, ahora convertido en una ciénaga.
“Estamos preocupados por las moscas desde que se han formado estos charcos”, comenta Frías, que lleva días refugiada en una cabaña de madera después de que su casa se inundara.
El ministro del interior mexicano, Francisco Ramírez, ha manifestado que se iniciará en los próximos días una fumigación en las áreas anegadas para reducir el riesgo de epidemias.
Las inundaciones, producidas por la crecida de los ríos tras las fuertes lluvias, acabaron con la vida de al menos res personas, dejaron cientos de miles de damnificados y provocaron graves pérdidas en cultivos, hogares, negocios e infraestructuras.
Una cuarta persona falleció, y otras 21 desaparecieron en la localidad de Juan de Grijalva, en el estado vecino de Chiapas, después de que la ciudad fuera anegada por el barro. Las labores de rescate continúan en la zona.
La Comisión Nacional del Agua ha informado que los ríos Teapa, Puxcatán, La Sierra, Pichucalco, Grijalva, Viejo Mezcalapa, Carrizal y Samaria continúan desbordados.
Según sus datos, el 70% de la superficie del estado se encuentra inundada. De hecho, gran parte del centro de Villahermosa, la capital, sigue bajo el agua y miles de personas tienen que hacer cola para poder comer.