Por Amanda Gardner
Un estudio reciente halla que los conductores que hablan por celular están más distraídos y son más propensos a cometer errores que si su interlocutor estuviera a su lado en el automóvil.
"Consideramos que se trata básicamente de un proceso de atención conjunta, así que cuando hay una persona sentada a su lado que también sabe manejar, esa persona en realidad sabe lo que está sucediendo con el tráfico, le apoya activamente en la manera como lo enfrenta", explicó Frank Drews, autor del estudio y profesor asociado de psicología de la Universidad de Utah en Salt Lake City.
"Se obtiene un comportamiento de mucho apoyo que se demuestra no solo en los gestos sino en dirigir la conversación ... hacia lo que está sucediendo en el entorno de la conducción", aseguró.
"El quid del asunto es la idea de la atención compartida", agregó Drews.
Los estudios sobre los peligros de conducir mientras se habla por teléfono abundan, aunque ha habido poco sobre hablar con otra persona que esté dentro del vehículo.
En el estudio, que aparece en la edición de diciembre de la Journal of Experimental Psychology: Applied, participaron 41 hombres y mujeres de entre 18 y 26 años. Cada participante se agrupó con un amigo (no con un investigador) y se le pidió que condujera por una autopista de varios carriles con condiciones "reales" en un simulador durante 24 millas (39 km). Se le pidió a los participantes que hablaran sobre una situación peligrosa que hubieran vivido.
Las conversaciones fueron intencionalmente "realistas" y los participantes llamaron a gente conocida que no participaba en el estudio, aseguró Drews.
A los participantes se les presentaron tres escenarios, el conductor haciendo uso de un teléfono manos libres, el conductor hablando con un pasajero o la ausencia de conversación.
Se le pidió a los conductores que salieran de la "autopista" a una zona de descanso a unas ocho millas (13 km) de donde habían comenzado. Sus parejas también conocían esta instrucción.
"Los conductores que hablaban por teléfono pasaron de largo por la salida", aseguró Drews. "Aquí el fenómeno es que cuando se habla por celular, se hace evidente al colgar que uno no estaba atento a todo".
"Fue difícil convencerlos de que simplemente no se habían dado cuenta de que ahí estaba [la salida]", continuó. "Esto coincide con el trabajo anterior que mostró ''ceguera por falta de atención'', un cincuenta por ciento de incapacidad para procesar los estímulos visuales" al hablar por celular, señaló Drews.
La mitad de los conductores que hablan por celular pasaron de largo por la salida. En comparación, apenas tres de los 24 conductores pasaron de largo por la salida si hablaban con una persona sentada a su lado.
"El asunto con los celulares tiene que ver con la atención", explicó el Dr. Christopher Colenda, decano Jean y Thomas McMullin de medicina del Colegio de medicina del Centro de ciencias de la salud Texas A&M. "Cuando uno habla por celular, parece como si el proceso de hacerlo afecte la atención y la capacidad de visualizar lo que sucede a su alrededor porque está concentrado en un concepto abstracto llamado teléfono".
Otro experto estuvo de acuerdo y agregó que era importante y necesario contar con nuevos datos.
"El público y, en menor medida, la comunidad de investigadores, se ha preguntado durante algún tiempo sobre la diferencia entre hablar por celular y hablar con otro pasajero", señaló Robert D. Foss, director del Centro para el estudio de los conductores jóvenes del Centro de investigación de seguridad en las autopistas de la Universidad de Carolina del Norte. "Conceptualmente, está claro que hay alguien más en el automóvil que ve lo que está sucediendo. Esto documenta la evidencia sobre cómo sucede".
No significa que sea necesariamente bueno que haya un pasajero dando instrucciones constantemente al conductor.
"Probablemente, lo que hace falta es una persona involucrada a nivel medio", aseguró Drews, no alguien demasiado involucrado que señale todos los errores.
"El mensaje aquí es hablar con una persona real, no por teléfono, al volante y al hacer los cambios.
Además, si se da cuenta de que su interlocutor va conduciendo un automóvil, termine la conversación telefónica con delicadeza.
"Usted también es responsable por la seguridad de esta persona", según Drews.
Al final, es el conductor quien tiene la responsabilidad principal. Cuando habla por celular, "su mente está en otra parte, no sobre la carretera", señala Colenda. "Cuando va en un vehículo, le preocupa más la conversación que su entorno".
(FUENTES: Frank Drews, Ph.D., associate professor, psychology, University of Utah, Salt Lake City; Robert D. Foss, Ph.D., senior research scientist, director, Center for the Study of Young Drivers, Highway Safety Research Center, University of North Carolina, Chapel Hill; Christopher Colenda, M.D., Jean and Thomas McMullin Dean, Texas A&M Health Science Center College of Medicine, College Station; December 2008, Journal of Experimental Psychology: Applied)