Mejora de la calidad de vida

El envejecimiento ya no se mide en años

El nuevo método a través de distintas mediciones calcula la relación entre aquellos que necesitan cuidados y los recursos disponibles para atender sus necesidades.

El coste de la atención sanitaria a las personas de la tercera edad en los países industrializados debe recalcularse. Esta es la principal conclusión de un estudio liderado por investigadores estadounidenses y austriacos que asegura que, debido a la mejora en la calidad de vida que han experimentado las personas en este grupo de edad, la inversión necesaria para hacer frente a sus necesidades en las próximas décadas no será tan alta como se había estimado.

Justo cuando varios países debaten la posibilidad de elevar la edad de jubilación, los autores de este trabajo que publica la revista 'Science' proponen un nuevo método para medir el envejecimiento que, en lugar de basarse únicamente en la edad cronológica, también tiene en cuenta otros factores, como el grado de discapacidad de la persona.

Actualmente, explican los investigadores, la manera en la que se hacen la previsiones de envejecimiento tienen a "ignorar el progreso en la esperanza de vida y la mejora en el estado de salud" las personas de edad avanzada. "Estos indicadores consideran en muchos casos que las personas son mayores cuando cumplen los 65 o incluso antes", subrayan.

Sin embargo, según sus palabras, cada vez más personas de 65 años no necesitan ningún cuidado por parte de otros e, incluso, pueden actuar como proveedores de asistencia a otros.

"Si aplicamos las medidas que proponemos para calcular el envejecimiento y tenemos en cuenta el aumento de la esperanza de vida y la disminución del número de personas que sufren handicaps ligados a la edad, vemos que la población envejece más lentamente de lo que habíamos previsto", señalan.

En el trabajo, los investigadores subrayan que aplicar el nuevo método -que, a través de distintas mediciones calcula la relación entre aquellos que necesitan cuidados y los recursos disponibles para atender sus necesidades- tiene importantes implicaciones. "Nuestro estudio muestra que ver a la gente mayor de 65 años como una 'carga para la sociedad' es un concepto caduco", señalan.


Conexiones internas

Las largas 'carreteras' que conectan el cerebro maduro
En verde las conexiones que se refuerzan. En naranja, las que se debilitan.| Science/AAAS

La madurez cerebral se caracteriza por las conexiones de mayor longitud. Los expertos intentan dar con un patron 'normal' de conectividad.

María Sainz | Madrid

Los años pasan por todos, incluido el cerebro. Eso sí, con el tiempo, en lugar de arrugas, el 'órgano gris' gana en conexiones más largas y férreas; unas carreteras que conectan las zonas más distantes y que encajan con la mayor complejidad de los pensamientos.

A partir de 238 resonancias magnéticas funcionales de una serie de participantes, con edades entre los siete y los 30 años, y de un complejo programa informático, un grupo de investigadores intentó realizar distintos esbozos de la conexión interna del cerebro (a medida que éste va madurando). Sus resultados aparecen publicados en 'Science'.

Como explican estos expertos, capitaneados por Bradley L. Schlaggar y procedentes de la Universidad de Washington en St. Louis (EEUU), sus investigaciones tienen un doble objetivo: predecir la evolución de determinados déficits cognitivos y establecer un modelo de conectividad 'normal' en función de la edad del individuo.

Según estos nuevos datos, la madurez cerebral depende de "dos tipos de conexiones funcionales": las más largas, que se van fortaleciendo y las más cortas, que van perdiendo fuerza con los años.

Y añaden: "La presencia de uniones debilitadas contribuye más a la hora de predecir la madurez cerebral (un 68%), en comparación con las que se refuerzan (un 32%)".

Para José Miguel Láinez, jefe de Neurología del Hospital Clínico de Valencia, el hallazgo esencial "es haber detectado la ganancia de conexiones largas". Éstas conectan las distintas áreas cerebrales pero especialmente la anterior con la posterior.

Conexiones más cortas en la infancia

Por otro lado, los expertos explican que el cerebro de los niños no tiene una estructura anárquica, ni mucho menos, sino que se organiza con 'autopistas' más cortas que unen zonas más cercanas. Según se van cumpliendo años, si la maduración es 'normal', estas conexiones de menor tamaño se van debilitando a favor de las de mayor longitud.

En este sentido, Láinez, que subraya la calidad del citado trabajo, plantea la posibilidad de que estas uniones de menor tamaño realmente no desaparezcan con la madurez sino que queden ocultas por las más largas.

A pesar de que, como él mismo destaca, "se trata de un paso esencial", todavía será necesario avanzar en las investigaciones hasta dar con "un patrón de normalidad". Éste serviría como punto de partida para predecir la presencia o evolución de distintos trastornos cognitivos.

"Se ofrece un modelo eléctrico del cerebro muy interesante pero que, todavía, resulta demasiado simple", concluye este neurólogo.

El Mundo, España