Prueba con simuladores de cirugía

Los cirujanos que tienen resaca cometen más errores

En cirugías simuladas, estudiantes y expertos que bebieron excesivamente la noche anterior tuvieron peor desempeño.

Fuente: Medlineplus

Los cirujanos que beben en exceso la noche anterior a la cirugía tienen más probabilidades de cometer errores al día siguiente, incluso hasta las cuatro de la tarde, según un experimento novedoso descrito en un estudio irlandés reciente.

El índice de errores en la sala de operaciones debido a la resaca pareció aumentar al máximo hacia la hora del almuerzo, según la investigación, publicada en la edición de abril de Archives of Surgery.

El mensaje parece obvio. "Los cirujanos y otro [personal médico] no deberían beber en exceso la noche anterior a la cirugía", aseguró Tony Gallagher, primer autor del estudio y profesor de factores humanos de la Facultad de medicina del Colegio Universitario de Cork en esa ciudad. "La definición de excesivo es un asunto que la profesión de la cirugía debe definir".

De hecho, con todos los retos que imponen las técnicas quirúrgicas modernas guiadas por imágenes, "la abstinencia del alcohol la noche anterior a la cirugía podría ser una consideración sensata para las cirujanos activos", concluyeron los autores del estudio.

A diferencia de los pilotos de las aerolíneas, que necesitan seguir un mandato sobre el mínimo de horas entre el consumo de la última bebida y un vuelo desde 1971, no existe una regla similar para los cirujanos.

Ningún piloto de avión puede volar si ha consumido alcohol ocho horas antes del despegue o si su nivel de alcohol en la sangre es de 0.04 o más, según las regulaciones federales. Además se insta a los pilotos a no beber el día anterior al vuelo.

Sin embargo, entre los médicos, "se espera que estén libres de sustancias todo el tiempo mientras trabajan, aunque no existe una regla real sobre [el consumo de alcohol fuera de las horas de trabajo]", señaló el Dr. Albert Wu, profesor de gestión y políticas de salud de la Facultad de salud pública Bloomberg de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore. "Si sus hallazgos se repiten, resultaría razonable [restringir] el consumo de alcohol tantas horas antes de entrar de turno".

Los investigadores irlandeses se enfocaron en la cirugía laparoscópica mínimamente invasiva que, según anotaron, establece exigencias particularmente elevadas sobre las capacidades cognitivas y perceptuales del cirujano.

Los investigadores realizaron dos estudios, en realidad. En el primero, se pidió a 16 estudiantes universitarios de ciencia con capacidades laparoscópicas iniciales que no bebieran alcohol durante la noche anterior a una cirugía simulada o a que bebieran hasta embriagarse.

En el otro, ocho expertos recibieron permiso para beber todo lo que quisieran.

Independientemente de que se les hubiera indicado que consumieran alcohol o no, los participantes se reunieron para una cena en grupo con la presencia de al menos uno de los investigadores para determinar los niveles de intoxicación.

Los expertos realizaron una cirugía simulada con el sistema de realidad virtual para capacitación quirúrgica el día anterior a las cenas en grupo para establecer una línea de base.

El día siguiente a la cena, ambos grupos realizaron cirugía simuladas de realidad virtual en el mismo sistema a las 9 a. m., a la 1 p. m. y a las 4 p. m.

En el primer grupo, los puntajes con registro de horas no fueron significativamente distintos entre los grupos que bebían y los que se abstenían, aunque hubo más errores entre los bebedores.

Los investigadores anotaron problemas similares relacionados con la bebida en el otro grupo, en donde las diferencias alcanzaron un punto máximo hacia la 1 p. m. y se nivelaron hacia las 4 p. m. Se cometieron errores durante el día, aunque sólo los errores de la 1 p. m. fueron estadísticamente significativos.

De manera extraña, los médicos realizaron los procedimientos más rápidamente la mañana siguiente al consumo excesivo de alcohol, frente al desempeño de la línea de base. Sin embargo, esto fue algo que los autores señalaron que podría atribuirse a la pérdida de la inhibición, no a un mejor desempeño.

No hubo diferencias en el índice de errores antes y después de la cena en el grupo de control de estudiantes que se abstuvieron de beber.

"Los cirujanos y la medicina necesitan conversar acerca de las implicaciones de los resultados mencionados. Una cosa queda clara. No deberían estar bebiendo excesivamente la noche anterior a la operación", aseguró Gallagher, también del Centro Nacional de Capacitación en Cirugía del Real Colegio de Cirujanos de Dublín.

Sin embargo, las dificultades no surgen únicamente por salir una vez, explicó Wu, y agregó que "esto no es más que la punta de un iceberg sustancial".

"Casi todo el mundo tiene dificultades en algún momento", dijo. "Es plausible pensar que un dolor de cabeza muy intenso o que la privación del sueño puedan afectar la atención y la conciencia, incluso saltarse las comidas, discutir con la pareja, las deudas o un miembro de la familia enfermo".

Si se replican en estudios futuros, "podría valer la pena pensar" en los hallazgos de este estudio, "aunque junto con muchas otras cosas", concluyó Wu.

FUENTES: Anthony G. Gallagher Ph.D., experimental psychologist and professor of human factors, School of Medicine, University College Cork, Cork, Ireland; Albert W. Wu, M.D., professor of health policy and management, Johns Hopkins University Bloomberg School of Public Health, Baltimore; April 2011 Archives of Surgery .