Por Frederik Joelving
NUEVA YORK (Reuters Health) - La cantidad de tomografías computadas (TC) a niños con dolor abdominal aumentó de manera sostenida en las salas de ER de Estados Unidos, a la vez que la tasa de apendicitis se mantuvo estable, señaló un estudio.
Las imágenes obtenidas por rayos X le ofrecen a los médicos una mirada en alta resolución del interior del cuerpo, pero su creciente popularidad está acompañada de la posibilidad de que el uso de la TC eleve el riesgo de desarrollar cáncer.
Los resultados publicados en Pediatrics demuestran que el uso de las imágenes por TC en niños con dolor abdominal creció de menos del 1 por ciento a más del 15 por ciento entre 1998 y el 2008.
"Eso es lo mismo que decir que por cada seis o siete niños que llegan a una sala de ER por dolor de panza, a uno se le realizará una TC", dijo el doctor Jahan Fahimi, autor principal del estudio. "No hay muchas investigaciones que demuestren que estamos utilizando cada vez más TC, pero no sabemos con certeza si eso está teniendo algún efecto significativo en la atención".
Se estima que dos o tres TC pueden dañar las células lo suficiente como para aumentar el riesgo de desarrollar cáncer, en especial en los niños. Pero el riesgo extra aún es muy pequeño desde la perspectiva individual.
"Le digo a mis pacientes que las TC que hago hoy podría causarles cáncer en algún momento", contó Fahimi, emergentólogo de University of California, San Francisco. "Ese riesgo es de uno en 500 o de uno en 1000, pero no cero".
Cada TC cuesta entre unos cientos y varios miles de dólares.
El equipo de Fahimi analizó una base de datos nacional y halló que la cantidad de consultas pediátricas de emergencia por dolor abdominal se mantenía estable en un 6 por ciento y que la tasa de diagnósticos de apendicitis variaba entre el 2 y el 8 por ciento, sin un patrón claro.
El uso de otros tipos de estudios por imágenes, como la radiografía tradicional y el ultrasonido, tampoco cambió.
"Lo único que varió es el aumento de la cantidad de TC indicadas", dijo Fahimi, que también trabaja en el Hospital de Highland, Oakland, California. "Quizás exista algún beneficio, pero no sé si supera los riesgos".
Los resultados no sorprendieron a la doctora Brigitte Baumann, emergentóloga del Hospital Universitario Cooper, Camden, Nueva Jersey. "La cantidad de TC que estamos indicando actualmente es muy alta y preocupante", dijo Baumann, que no participó del estudio.
Baumann y Fahimi coincidieron en que utilizar o no la TC tendrá sentido según cada caso. Ambos dijeron que el ultrasonido, que no influye en el riesgo de desarrollar cáncer, suele ser una mejor alternativa, pero que también cuenta con limitaciones, como la dependencia del operador y que es una tecnología que no está disponible las 24 horas.
FUENTE: Pediatrics, online 8 de octubre del 2012.