Por Gene Emery
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un estudio de los CDC revela que los habitantes de los barrios más acomodados y de población blanca o integrada son más propensos a salvar a víctimas de un paro cardíaco con las maniobras de RCP que los residentes de otros barrios.
"El lugar en el que uno cae al piso puede, literalmente, determinar la posibilidad de que alguien se detenga y realice RCP. Y eso varía entre una vereda y la de enfrente", dijo la coautora, doctora Comilla Sasson, de la Facultad de Medicina de University of Colorado.
Aunque influyó el perfil étnico del barrio, opinó que "probablemente importe más el nivel socioeconómico".
Cada año, unas 300.000 personas padecen un paro cardíaco y hay estudios que habían sugerido que las condiciones étnicas o socioeconómicas modifican la posibilidad de que un transeúnte realice las maniobras de RCP.
"Durante muchos años vimos que en ciertas comunidades aumenta la probabilidad de que un paciente reciba RCP en la vía pública", dijo otro coautor, doctor Bryan McNally, de Emory University, Atlanta.
Los resultados, publicados online en New England Journal of Medicine, surgen de 14.225 casos de paro cardíaco de 29 áreas urbanas de Estados Unidos. Con datos del Censo, los autores dividieron los sitios de cada caso en dos categorías: altos ingresos (un ingreso familiar promedio de 40.000 dólares o más) y bajos ingresos. Los barrios recibían una calificación étnica si la población de una etnia determinada superaba el 80 por ciento de los habitantes.
La probabilidad general de recibir RCP en la vía pública es del 29 por ciento.
A partir de los resultados, "la posibilidad de que una persona que cae al piso en un barrio de altos ingresos y con población blanca reciba RCP es del 55 por ciento", dijo Sasson.
En un barrio de altos ingresos integrado, esa posibilidad disminuye al 49 por ciento, comparado con el 45 por ciento en un barrio de altos ingresos de población afroamericana.
"Si la misma persona cruza la calle e ingresa a un barrio pobre de afroamericanos, el porcentaje se reduce al 35 por ciento", agregó Sasson.
La autora recordó que la información de los grupos focales sugiere que la causa de los resultados de los barrios más pobres sería el costo del entrenamiento en RCP, que es de hasta unos 250 dólares por clase. "Si una persona gana 20.000 dólares por año, eso equivale al 15 por ciento del ingreso mensual. Muchos quisieran aprender las maniobras, pero no pueden."
"Cuando se comprendan mejor las barreras para el acceso al entrenamiento y la realización de la RCP, se podrán diseñar programas de entrenamiento más adaptados lingüísticamente y más sensibles culturalmente a los barrios con bajas tasas de RCP en la vía pública", indicó el equipo.
El estudio "orienta a los responsables de decidir la asignación de los recursos", opinó McNally.
La investigación no analizó si las características barriales influían en la posibilidad de sobrevivir a un paro cardíaco. En el estudio, sólo el 8 por ciento de las víctimas sobrevivió al alta hospitalaria y la mitad sufrió de algún grado de daño cerebral.
FUENTE: New England Journal of Medicine, 2012