Investigación

La tensión arterial indica si la población de un país es feliz o no

La presión sanguínea está relacionada con la satisfacción ciudadana. Suecos, daneses y británicos son los europeos más dichosos.

 ALEJANDRA RODRIGUEZ 
 
Se imagina que algún día además, o en lugar del Producto Interior Bruto (PIB) o la renta 'per' 'cápita', los analistas económicos empleen las cifras de tensión arterial para evaluar el bienestar y la felicidad de los ciudadanos, así como la bonanza de una nación?

Pues a pesar de parecer una idea extravagante, algunos especialistas no lo ven descabellado. El motivo es que, según un informe de la Oficina Nacional de Investigación Económica de Massachusetts (EEUU), la presión sanguínea de la población es un indicador bastante fiable de su nivel de vida y de su alegría.


EUROBARÓMETRO

Los autores partieron del Eurobarómetro, una encuesta de carácter eminentemente económico que se realiza a más de 15.000 ciudadanos de 16 países europeos, entre los que figura España.

Las cuestiones giran en torno a casi todos los aspectos de la vida, desde la salud mental y física, la calidad de su sueño y su descanso, sus preocupaciones, hasta sus niveles de satisfacción personal o profesional. En esta ocasión, se hizo especial hincapié en incluir los problemas de tensión en esta batería de preguntas.

Estos factores emocionales tienen una influencia directa en la cascada de reacciones endocrinas (producción de sustancias químicas implicadas en los procesos inflamatorios y en dolencias cardiovasculares) que condicionan la salud de un individuo. Los resultados revelan que Suecia, Dinamarca y Reino Unido son los países más felices y los que, a la sazón, muestran tener la tensión arterial más baja.

Por el contrario, Portugal, Alemania y Finlandia se sitúan a la cola de este curioso 'ranking'. Además de ser los europeos que se sienten menos afortunados, registran problemas de hipertensión más acuciantes; dentro de que, tal y como se recalca en la investigación, la tensión arterial elevada se ha convertido en una plaga en los países occidentales. España se sitúa justo en la mitad de la clasificación, por detrás de Luxemburgo y delante de Grecia.

Se da la circunstancia de que, además, Suecia tiene la esperanza de vida más larga dentro de los países evaluados; mientras que nuestos vecinos lusos ostentan la más corta.

Los especialistas creen que su trabajo es valioso porque aporta un parámetro clínico objetivo (la tensión) para determinar la felicidad y, en consecuencia la salud y el equilibrio mental de un paciente, aspectos mucho más difusos a la hora de hacer un análisis en la consulta. Éstos admiten que «aunque hay evidencias de que la gente más dichosa tiene la presión arterial mejor controlada», la felicidad es algo subjetivo. Además, las diferencias socioculturales entre los diversos países hacen que en cada uno este término pueda entenderse de diferente manera.

Por otro lado, en algunas culturas no es aceptable admitir la infelicidad y el hecho de padecer trastornos depresivos o ansiedad supone una especie de estigma. Esto alteraría un poco los resultados del sondeo ya que, llevados por estos motivos, algunos encuestados podrían haber 'suavizado' sus respuestas.

En cualquier caso, opinan que «aunque parezca extraño plantear una cuestión así en 2007, quizá la presión arterial llegue a ser un factor que se valore junto a otros meramente monetarios y que los economistas tengan que trabajar junto con los médicos en el diseño de políticas económicas de cara al futuro».